SB. 1.1.2 - Depender de la misericordia de Kṛṣṇa

Clase de Su Divina Gracia
A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda
Śrīmad-Bhāgavatam 1.1.2
Depender de la misericordia de Kṛṣṇa
Caracas, 23 Febrero 1975


(Traducido al español por Hṛdayānanda dāsa)

Nitāi: (dirige el canto del verso, etc.)

dharmaḥ projjhita-kaitavo 'tra paramo nirmatsarāṇāṁ satāṁ
vedyaṁ vāstavam atra vastu śivadaṁ tāpa-trayonmūlanam
śrīmad-bhāgavate mahā-muni-kṛte kiṁ vā parair īśvaraḥ
sadyo hṛdy avarudhyate 'tra kṛtibhiḥ śuśrūṣubhis tat-kṣaṇāt

(cortado)

Hṛdayānanda: (dirige la traducción al español)

(cortado)

Prābhupada:

dharmaḥ projjhita-kaitavo ’tra paramo nirmatsarāṇāṁ satāṁ
vedyaṁ vāstavam atra vastu śivadaṁ tāpa-trayonmūlanam
śrīmad-bhāgavate mahā-muni-kṛte kiṁ vā parair īśvaraḥ
sadyo hṛdy avarudhyate ’tra kṛtibhiḥ śuśrūṣubhis tat-kṣaṇāt

Dharma significa generalmente una clase de fe, dharma. Pero en realidad dharma no quiere decir eso. Fe, ustedes tienen fe y otros puede ser que no la tengan, pero ese no es el hecho. Es un hecho que es aceptado por todos, tengan o no tengan fe. En el lenguaje sánscrito, en la Literatura Védica, dharma significa los códigos o la ley dada por Dios. Alguien puede tener fe y otro no tenerla. No importa. Las reglas o leyes dadas por Dios, eso es un hecho. Así como las leyes establecidas por el estado. Uno quizá no tenga fe y otro si la tenga, pero deben ser aceptadas. Por ejemplo, en la calle podemos ver: “Mantenga la derecha”. Esa es una ley dada por el estado. Ustedes pueden creer en ella o no, pero deben cumplirla. En ninguna circunstancia puede cambiarse. Por lo tanto, dharma no significa fe, es obligatoria. Así que, la ley obligatoria es que Dios es grande, y nosotros somos subordinados o siervos de Dios. Quizá lo crean o no, pero la ley de Dios se aplicará obligatoriamente sobre ustedes. Exactamente como la ley del estado, que ustedes crean o no, tienen que aceptarla. De otra manera se les impondrá forzosamente. Así que dharma, tal como se explica en el diccionario Inglés, “una clase de fe”, no es el significado apropiado. Dharma significa que están obligados a obedecer las leyes dadas por Dios. Igual que en nuestra condición material; nacimiento, enfermedad, vejez y muerte. Alguien puede decir que: “Yo no creo en la muerte. Eso es falso”. Puede que lo crean o no; tienen que morir. Similarmente, lo crean o no, tienen que nacer. La muerte significa abandonar este cuerpo y aceptar otro cuerpo. Esto está muy bien explicado en el Bhagavad-gītā, tathā dehāntara-prāptir dhīras tatra na muhyati (BG 2.13). Así como un niño. Él debe aceptar el cuerpo de un muchacho. El muchacho debe aceptar luego el cuerpo de un joven y el joven debe aceptar el cuerpo de un hombre viejo. Esa es la ley de Dios. Todos debemos aceptarla. Y cuando este cuerpo ya no sirve más prácticamente, entonces tienen que aceptar otro cuerpo y comenzar una nueva vida. Esa es la ley de la naturaleza, o la ley de Dios. La naturaleza es árida o sin brillo, material. Sin el incentivo o la manipulación de Dios detrás de la naturaleza, ésta no puede trabajar automáticamente. Las personas necias piensan que la naturaleza trabaja automáticamente. Esa es su ignorancia. La naturaleza está trabajando bajo la dirección del Señor Supremo. Esto se afirma en el Bhagavad-gītā,

mayādhyakṣeṇa prakṛtiḥ
sūyate sa-carācaram
hetunānena kaunteya
jagad viparivartate

El Señor dice que: “Este mundo material funciona bajo Mi dirección, y por eso ocurren muchas cosas maravillosas”. Así que la naturaleza funciona por orden del Señor Supremo, y nosotros estamos bajo las rigurosas leyes de la naturaleza. Estamos por lo tanto forzados a cumplir los procesos naturales. Tal como ya he explicado, de la infancia a la adolescencia, de la adolescencia a la juventud, de la juventud a la vejez, esas son leyes naturales. Y después de la vejez, tienen que cambiar este cuerpo y aceptar otro cuerpo. Si decimos que: “Yo no creo en las órdenes de la naturaleza material. Yo las ignoro”, eso no es posible. Por lo tanto, este dharma significa que, tenga fe o no la tenga, tienen que soportar las leyes de la naturaleza. Por eso la gente dice: “Tan seguro como la muerte”. Quizá yo piense o tal vez ustedes piensen que: “No me preocupa la muerte”, pero sucederá. Por consiguiente: la conclusión es que no pueden fabricar ninguna ley religiosa. La religión hecha por los hombres no tiene valor. Hay muchos sistemas religiosos, la religión hindú, la religión cristiana, la religión musulmana, esta religión o aquella religión. Esa es una clase de fe. Pero religión significa la orden o las leyes dadas por Dios. Por eso se dice, dharmaḥ projjhita-kaitavaḥ atra. Kaitavaḥ significa el tipo de sistemas religiosos engañosos. La verdadera religión significa: “Dios está allí. Yo estoy allí. Dios es grande. Yo soy subordinado. Debo cumplir las leyes de Dios”. Eso es religión. En la actualidad, bajo el hechizo ilusorio de esta condición material, hemos olvidado nuestra verdadera religión. La religión real consiste es revivir nuestra conciencia —nosotros la llamamos “conciencia de Kṛṣṇa”— o conciencia de Dios. Kṛṣṇa dice al final del Bhagavad-gita, sarva-dharmān parityajya mām ekaṁ śaraṇam vraja (BG 18.66). Él dice que: “Tú has fabricado muchos sistemas religiosos. Abandónalos todos. Tan sólo entrégate a Mí”. Por lo tanto, la conclusión efectiva es que la verdadera religión significa entregarse a Dios. Se explica en otro lugar del Śrīmad-Bhāgavatam,

sa vai puṁsāṁ paro dharmo
yato bhaktir adhokṣaje
ahaituky apratihatā
yayātmā suprasīdati

“Eso es religión de primera clase”. ¿Qué es eso? Sa vai puṁṣaṁ paro dharmaḥ, “Religión de primera clase”, yato bhaktir adhokaje, “que nos enseña cómo entregarnos a Dios y cómo amarlo”. Ahaituky apratihatā yayātmā suprasīdati. Ahaitukī significa sin ningún motivo. Apartihatā significa continuamente. Yayā ātmā suprasīdati. “Si alcanzas ese plano religioso, entonces estarás completamente satisfecho”.

Generalmente, en la sociedad humana, existen cuatro principios: dharma, artha, kāma y mokṣa, que ante todo significa volverse religioso, después resolver su problema económico, luego satisfacer sus sentidos y después unirse con Dios. Quienes siguen los principios védicos piensan así. No sólo ellos, sino también otros, como los supuestos sistemas religiosos, también piensan lo mismo. Así como lo hacen los cristianos. Ellos van a la iglesia: “¡Oh, Dios!, danos el pan nuestro de cada día”. Así es el asunto del suministro de pan: “Dios simplemente nos da pan y nosotros lo comemos y disfrutamos”. Similarmente, en el sistema hindú también ocurre: “¡Oh, Dios!, dame algún dinero. Soy muy pobre. Estoy sufriendo enfermedad. Por favor cúrame”. Y así por el estilo, se encontrará alguna motivación en la religiosidad. La religión no significa resolver el problema económico. Por lo tanto, en la actualidad se están volviendo ateos, porque las personas han avanzado en educación y conocimiento. Piensan que: “Si tengo que pedirle pan a Dios, ¿por qué debo acudir a Dios? Déjame conseguir buen dinero y podré comprar pan. ¿Por qué debo ir a la iglesia?”. Debido a esta religión interesada, los comunistas se están aprovechando y están predicando el ateísmo. En los países comunistas, las personas inocentes de los pueblos van a la iglesia y piden pan, y cuando salen de la iglesia, los líderes comunistas les preguntan: “¿Acaso has conseguido pan?”. Entonces dicen: “Ahora pídenos pan a nosotros”. Y ellos piden pan: “¿Oh, señor líder comunista, deme pan”. Y les dan mucho pan: “Toma lo que quieras”. Y les preguntan: “¿Quién te ha dado pan?”. Y ellos responden que ha sido el líder comunista. De esta manera ellos propagan: “Ahora no hay necesidad de ir a la iglesia para pedirle pan a Dios”. Y ellos ven prácticamente que: “Nosotros, en la iglesia pedimos pan. Pero no se nos da. Y enseguida que se lo pedimos al líder comunista, nos da muchos panes”. Pero las personas inocentes no saben que el líder comunista no les suministra el pan del almacén de su padre; sino del almacén de Dios. Así que ellos son inocentes personas manipuladas. Ellos no saben que en realidad el pan es suministrado por Dios, porque los ingredientes del pan, es decir los granos, la harina o las legumbres, no son hechos por el líder comunista. Los hace Dios. Por lo tanto la conclusión es, que si nos acercamos a Dios por algún beneficio material, tal vez seamos engañados. Por eso se dice, dharmaḥ projjhita atra kaitavaḥ, “Esa clase de sistema religioso interesado, es completamente rechazado en este Śrīmad-Bhāgavatam”.

Las personas inteligentes deben saber que: “Dios suministra alimento a muchas entidades vivientes. ¿Por qué no habría de hacerlo conmigo?”. Existen 8.400.000 formas de entidades vivientes. De ellas, sólo 400.000 formas tienen un cuerpo humano. En ocho millones quiere decir que hay peces, árboles, plantas, insectos, pájaros, bestias, y de esta manera existen ocho millones. Todos consiguen algún alimento suministrado por Dios.

Esta mañana estábamos caminando por el parque. Vimos muchos frutos arrojados en la calle. Eso quiere decir que los pájaros pueden comerlos, y había muchos diseminados. Así que Dios suministra muchísimo pan o cosas comestibles sin ninguna solicitud. En una jungla africana hay muchísimos elefantes, ellos comen a su vez inmensas cantidades de alimento. Pero naturalmente, es suministrado por Dios. En realidad, incluso desde un punto de vista práctico —yo he viajado por todo el mundo—, hay un inmenso lugar. Podemos producir alimentos para proveer comida diez veces de toda la población mundial. Así que no hay necesidad de acercarse a Dios con el motivo de que nos dé cosas materiales o satisfacción material.

En la Literatura Védica se nos informa, nityo nityānāṁ retanaś cetanānām, eko yo bahūnāṁ vidadhāti kāmān (Kaṭha Upaniṣad 2.2.13). Dios, la descripción de Dios es que: “Él es también una entidad viviente como nosotros. Él es también eterno como nosotros”. Pero, ¿cuál es la diferencia entre Él y nosotros? Eso se describe, eko yo bahūnāṁ vidadhāti kāmān, “Que un único Dios está suministrando todas las necesidades de muchos seres”. Por lo tanto, no debemos acercarnos a Dios para la satisfacción económica o por pan, o por madera, o por cualquier cosa necesaria para nuestra vida. Dios ha dispuesto comida para todos, los seres acuáticos, los pájaros, las bestias, los árboles, los elefantes o los demás, los animales de cuatro patas, y ¿por qué no para los seres humanos? También los seres humanos, aquellos que son incivilizados y viven naturalmente en el bosque, ellos no se preocupan por el desarrollo económico, o no saben, pero también consiguen comida. Por lo tanto el śāstra dice,

tasyaiva hetoḥ prayateta kovido
na labhyate yad bhramatām upary adhaḥ
tal labhyate duḥkhavad anyataḥ sukhaṁ
kālena sarvatra gabhīra-raṁhasā

“Uno debe tratar de desarrollar conciencia divina y no otra cosa, porque la felicidad y el sufrimiento vienen automáticamente”. No debemos empeñarnos por eso. Todo el mundo aspira a la felicidad. Nadie desea la adversidad, pero la desdicha nos llega forzosamente. En forma similar, el śāstra dice: “Así como el sufrimiento viene sin desearlo, la felicidad también viene sin ningún esfuerzo”. Mientras estemos en el mundo material, la felicidad y desdicha vendrán y desaparecerán, pero en nuestra vida humana, el esfuerzo debe ser cómo encontrar o revivir nuestra relación con Dios. Ese es nuestro objetivo fundamental. La felicidad y el sufrimiento son como los cambios de estación. Mātrā-sparśās tu kaunteya śītoṣṇa-sukha-duḥkha-dāḥ (
BG 2.14). Tal como en la estación de invierno. Hay frío máximo. Eso no permanecerá. Y el calor sofocante, tampoco durará. Va y viene. Por lo tanto, mientras estemos en el mundo material, la supuesta felicidad y adversidad vendrán y se irán. No hay que preocuparse por ello. Traten simplemente de revivir su conciencia de Kṛṣṇa, o conciencia de Dios. Así ha confundido el ser humano su modo de vida. Sólo se preocupa por mantener su cuerpo día y noche. Debemos por lo tanto concluir que: “Si Dios puede abastecer a ocho millones de diferentes tipos de animales inferiores, entonces ¿por qué no puede Dios proveer las necesidades de la vida para la sociedad humana?”. Así que, no ejecuten sus principios religiosos por algún beneficio material, sino traten de revivir su relación con Dios y traten de amarlo. Ese tipo de sistema religioso está explicado en el Śrīmad-Bhāgavatam; no debe haber motivaciones, sino sólo saber cómo amar a Dios. Se afirma eso. “Esta clase de religión quiere decir amar a Dios”, allí se dice, śivadam tāpa-traya unmūlanam. Śivadam quiere decir favorable, plenamente auspicioso, y las tres clases de condiciones miserables de la vida serán completamente desarraigadas.

Debido a este cuerpo material, tenemos que soportar tres clases de miserias dentro de este mundo material. Una es llamada adhyātmika. Adhyātmika significa condición miserable debida a este cuerpo material y la mente. La otra condición desdichada es adhibhautika, el trastorno o molestias causadas por otras entidades vivientes. Y el tercer inconveniente son las miserias causadas por la naturaleza, tales como los terremotos, hambrunas, pestilencias y muchas otras cosas sobre las cuales no tenemos control. No podemos controlar ninguna condición miserable, especialmente las perturbaciones causadas por la naturaleza. No podemos evitarlas. Por lo tanto, aquí se dice que si aceptan este sistema religioso —es decir, como amar a Dios—, entonces serán trascendentales a todas esas condiciones miserables de la existencia material. Y esa información, esas prácticas, se dan en el Śrīmad-Bhāgavatam que no está compilado por una persona ordinaria, sino por śrīmad-bhāgavate mahā-muni-kṛte, el más grande de todos los sabios, Vyāsadeva. Él nos lo ha dado. Las literaturas ordinarias están llenas de errores, engaño, ilusión e imperfección.

Siendo, como lo somos, almas muy condicionadas, tenemos cuatro defectos, a saber, cometemos errores, caemos a veces en la ilusión y no conocemos apropiadamente nada, y sin embargo, doy mi tesis, “Tal vez, puede ser...”.

¿Qué clase de conocimiento es ese “puede ser”? Eso significa engaño. Uno no tiene suficiente conocimiento y dice “tal vez, puede ser”, tratando de enseñar. Y por encima de todo, debemos saber que nuestros actuales sentidos materiales son imperfectos. Por ejemplo, estamos muy orgullosos de nuestros ojos. Y decimos: “¿Puede mostrarme a Dios?”. Pero nuestros ojos son perfectos mientras exista luz. Esto es condicional. Así que, todos los sentidos que ahora poseemos no son perfectos. Adquirimos conocimiento usando nuestros diferentes sentidos. Por lo tanto, debido a que son imperfectos, cualquier conocimiento lo acumulamos mediante la especulación, y eso es imperfecto. Si recibimos en cambio conocimiento de personalidades que están liberadas, entonces ese conocimiento es perfecto. Este es el proceso de adquirir conocimiento en el movimiento de la conciencia de Kṛṣṇa; recibimos conocimiento de la persona perfecta. Ahora, aquí se dice que, debido a que este es dado por la persona perfecta, Vyāsadeva, debemos tomar el conocimiento de este Śrīmad-Bhāgavatam. Y la prueba es que ahora nos hemos vuelto ateos, carecemos de información acerca de Dios, pero si leemos el Śrīmad-Bhāgavatam, entonces inmediatamente podremos realizar o comprender a Dios. Tal como pueden realmente ver que esos muchachos y muchachas, que se han unido a este movimiento de conciencia de Kṛṣṇa, debido a que están leyendo el Śrīmad-Bhāgavatam y el Bhagavad-gītā, ellos están realizando qué es Dios y cuál es su relación con Dios, Kṛṣṇa.

De manera que, hasta que no comprendamos a Dios, entendamos nuestra posición y nos volvamos amantes de Dios, no hay posibilidad de paz mental. Por eso se recomienda aquí que si desean la verdadera paz de la mente, traten de entender quién es Dios, cuál es su relación con Dios, y actúe de acuerdo a ello. Ustedes se volverán pacíficos inmediatamente. Tan pronto como alcancen la paz, su vida será exitosa. Muchas gracias.

Hṛdayānanda: (cortado) (las preguntas del público) ...podría explicar algo sobre lo que los científicos siempre están hablando, la mutación y el cambio o variación, y cómo unas especies evolucionan de otras especies.


Prabhupāda: Debido a la mente, la inteligencia y el ego. En el momento de la muerte, usted piensa en lo que ha hecho durante toda su vida. La situación mental en el momento de la muerte lo llevará a diferentes formas de vida, de acuerdo a su condición mental. No vemos la mente ni la inteligencia, aunque decimos: “Tengo mente. Usted tiene mente. Tiene inteligencia. Yo tengo inteligencia”. Pero no las vemos. Son cosas muy sutiles. Pero tras la destrucción de este cuerpo grueso, el cuerpo sutil me transporta a otro cuerpo ordinario. Tenemos experiencia práctica. La mente es tan enérgica o vigorosa, que están aquí sentados, y en un segundo, pueden ir inmediatamente a su casa o su patria, que quizás esté a mil millas de distancia. Se da el ejemplo siguiente: tal como el aroma de un jardín de rosas es transportado por el aire y conducido a otro lugar. Así que en esta vida, cualquier creación mental que tengamos o creemos, será transportada a la próxima vida, y de acuerdo a ello, la naturaleza nos otorgará un cuerpo. Si pensamos en un perro, podemos ser transferidos al cuerpo de perro. Si pienso en Dios, entonces seré llevado a un cuerpo divino. Así hemos dispersado nuestro amor por muchas cosas en el mundo material. Tenemos que recolectarlo todo y transferirlo hacia el amor por Dios. En eso consiste el éxito de la vida. Así que si pensamos en Dios, entonces nos purificaremos y después seremos llevados al reino de Dios. Y si pensamos en cosas materiales, entonces tendremos nuevamente que ser llevados a otro cuerpo material. Este movimiento de conciencia de Kṛṣṇa es para educar a las personas como pueden pensar constantemente en Dios. Y si lo practicamos de esta manera, entonces, después de abandonar este cuerpo, obtendremos un cuerpo que es exactamente como el de Dios. Ese cuerpo es llamado sat-cic-ananda. Sat significa eterno, cit significa lleno de conocimiento, y ānanda significa pleno de bienaventuranza. Este cuerpo, este cuerpo material, es justamente lo contrario. Ni es eterno, ni está lleno de conocimiento, ni tampoco tiene completa bienaventuranza. Y si desarrollamos la conciencia de Kṛṣṇa, o conciencia de Dios, entonces el próximo cuerpo que obtengamos, será un cuerpo divino. (fin) 

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