Bg. 2.55-58 - Los síntomas de una persona liberada

Clase de Su Divina Gracia
A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda
Bhagavad-gītā 2.55-58 
Los síntomas de una persona liberada

Nueva York, 15 abril 1966

Prabhupāda: 

prajahāti yadā kāmān
sarvān pārtha mano-gatān
ātmany evātmanā tuṣṭaḥ
sthita-prajñas tadocyate

En los últimos días hemos estado hablando sobre los síntomas, los síntomas de la persona que está situada en el plano de la conciencia pura. Esto es... Debemos recordar que esto se habla en base a cuando se alcanza el estado de perfección, los síntomas. No se trata de que ya hayamos alcanzado esa perfección. Por supuesto, alguno de ustedes puede haber alcanzado ya esa perfección, pero cómo alcanzar esa perfección se va a describir en el Capítulo Tercero. Estamos leyendo el Capítulo Segundo. Estamos dando los contenidos de cómo va a ser. Hemos hablado ya hasta cierto punto y todavía vamos a continuar. 

El Señor dice: kāmān sarvān pārtha mano-gatān. Le especulación mental, mientras estemos en el plano de la especulación mental, debemos entender que estamos en el plano material, porque la mente es material, la mente no es espiritual. Así, mano-gatān. Una palabra especial se usa aquí, mano-gatān. Cualquier cosa que creen en su mente es material. Todas las creaciones. La mente es el líder de los sentidos. Las actividades de la mente, pensar, sentir y desear, se expresan a través de los sentidos. Y estas actividades sensuales son conocidas como nuestra condición de vida. Por lo tanto, el Señor dice, “Cuando alguien se libere de la especulación mental, se debe entender que está en el estado perfecto de la conciencia espiritual”. La especulación mental. Mediante la especulación mental no podemos entender cuál es nuestra posición. Por lo general, la gente se entrega a la especulación mental. Las diferentes filosofías del mundo se establecen bajo el principio de la especulación mental, especialmente en Europa, Aristóteles, Schopenhauer, Kant. Ellos son más o menos... E imitando a los filósofos occidentales, también en India recientemente, personas que son muy conocidas... Tal vez conocen a Śrī Aurobindo. Él también especula muy bien en el plano mental. El plano mental no puede proporcionarnos la verdadera libertad o la felicidad. Por lo tanto, el Señor dice: “Uno debe abandonar toda la especulación mental y debe estar satisfecho con el entendimiento de que: 'soy conciencia y existe una Suprema Conciencia, y yo estoy subordinado a la Suprema Conciencia. Por lo tanto, voy a vincular mi conciencia con la Suprema Conciencia' ”. El último día también hablamos sobre este punto. Y este punto se manifiesta muy claramente en las enseñanzas del Bhagavad-gītā, que Arjuna especulaba mentalmente en el principio: “Si debo aceptar esta lucha o no”. Pero el resultado final fue que abandonó su especulación mental y estuvo de acuerdo con el Señor: “Sí, lucharé”. 

Ahora, este, “Sí, lucharé”, entre este “yo”, y el anterior “yo” —”yo no voy a luchar”— hay una gran diferencia. El anterior “yo” es el representante de la especulación mental, cuando Arjuna decidió que “No voy a luchar. Están mis familiares. Están mis hermanos, no puedo luchar con ellos por culpa del reino. Por el contrario, lo voy a pasar por alto, voy a volverme un mendigo. Voy a... Ya no quiero este reino”. De esta forma. Pero después de leer el Bhagavad-gītā, dijo: “Mi ilusión se ha disipado”. Naṣṭo mohaḥ smṛtir labdhā: “Mi ilusión se ha disipado y he recuperado mi conciencia por Tu misericordia. Por Tu misericordia”. 

Aquí está la cuestión, que sin la misericordia del Señor no podemos mantenernos en el plano de la conciencia pura. Por lo tanto, tenemos siempre que rogar al Señor Supremo. Ésta es la instrucción del Señor Caitanya. Él, Él ha escrito Sus oraciones. Yo tengo ese escrito. Se lo voy a distribuir cuando hayamos acabado la reunión. En él dice que: “Mi querido Señor, Kṛṣṇa, de una manera u otra he caído en este océano de entendimientos erróneos. El océano de los entendimientos erróneos”. Esta oración es exactamente así. Voy a describir toda su estructura sánscrita: ayi nanda-tanuja patitaṁ kiṅkaraṁ māṁ viṣame bhavāmbudhau, kṛpayā tava pāda-paṅkaja-sthita-dhūlī-sadṛśaṁ vicintaya. Él se está dirigiendo al Señor, “Oh, Señor, hijo de Nanda Mahārāja...”. Este Nanda Mahārāja, hijo de Nanda Mahārāja, es muy significativo. Se lo describiré más tarde. “Oh Mi Señor, hijo de Nanda Mahārāja, Yo soy Tu siervo eterno, pero de una manera u otra, he caído en este océano de erróneos conceptos. Por favor, recógeme y colócame como uno de los átomos a Tus pies de loto”. Ésta es la oración.

Debemos ser conscientes de esta manera: “Yo soy Tu siervo eterno. No soy el Señor”. Tan pronto como hacemos el error de pensar: “Yo soy el Señor, yo soy el Supremo”, la energía ilusoria nos atrapa. Eso es también ilusión. Ésta es la última trampa de la energía ilusoria, pensar que “yo soy Dios”. Es una larga filosofía. Por supuesto, hay una clase de filósofos que afirman que: “Yo soy Dios. Yo soy Dios”. Esto es, por supuesto, es debido al conocimiento imperfecto del Señor Supremo que la gente afirma que “yo soy Dios”. ¿Cómo pueden ser Dios? ¿Cuál es la cualificación de Dios? ¿Cuáles son los síntomas de Dios? ¿Están estos síntomas presentes en mí? Estas cosas... Hay tantas cosas que tienen que ser consideradas, y que están muy bien descritas en el Śrīmad-Bhāgavatam y en el Śrīmad-Bhagavad-gītā y, en la medida que progresamos, las entenderemos, que somos simplemente partes infinitesimales del Señor Supremo. Cualitativamente, tenemos todas las cualidades de Dios, pero cuantitativamente, somos diminutos, simplemente diminutos. (Cortado) ...diminutos. Tal como el oro y una partícula de oro. Las partículas de oro también son oro, pero la partícula de oro y la masa de oro, de forma cuantitativa, existe una gran diferencia. Tal como el fuego y una chispa del fuego. La chispa del fuego es también fuego, pero la capacidad... la capacidad de quemar de la chispa es muy pequeña si la comparamos con todo el fuego. Ésta es la situación. 

Tenemos que entender que estamos hechos para servir al todo supremo. Ésta es nuestra posición. De modo que esta... esta posición de mantener por la especulación mental que: “Yo soy el Señor” mediante argumentos, mediante juegos de palabras, el Señor dice, Kṛṣṇa dice, deben abandonar todas estas cosas. Mano-gatān. Mano-gatān. Hay otra instrucción en el Śrīmad-Bhāgavatam, that harāv abhaktasya kuto mahad-guṇā manorathenāsati dhāvato bahiḥ [
SB 5.18.12]. Yasyāsti bhaktir bhagavaty akiñcanā sarvair guṇais tatra samāsate surāḥ: “Si alguien está situado en el servicio devocional puro del Señor, entonces, sin importar lo que pueda ser, todas las buenas cualidades del Señor se desarrollarán en él, se desarrollarán todas las buenas cualidades”. Y harāv abhaktasya kuto mahad-guṇāḥ: “Y aquel que no es un devoto del Señor, no importa lo educado que está académicamente, sus cualificaciones no tienen valor”. ¿Por qué? Ahora, manorathena: “Porque está en el plano de la especulación mental y debido a su especulación mental es seguro que va a ser influenciado por esta naturaleza material”. Eso es seguro. De modo que si queremos librarnos de la influencia de la naturaleza material, entonces este hábito de la especulación mental se tiene que abandonar. Ésta es la instrucción en este verso. 

Luego, la siguiente cualificación: 

duḥkheṣv anudvigna-manāḥ
sukheṣu vigata-spṛhaḥ
vīta-rāga-bhaya-krodhaḥ
sthita-dhīr munir ucyate

Mientras tengamos nuestro, este cuerpo material... Hemos hablado muchas veces sobre este punto, que todas nuestras miserias y aflicciones se deben a este cuerpo. Hay tres clases de aflicciones —adhyātmika, adhibhautika, y adhidaivika: las aflicciones debidas al cuerpo y a la mente; las aflicciones causadas por otras entidades vivientes; y las aflicciones que están más allá de nuestro poder, aflicciones, aflicciones naturales, adhidaivika, aflicciones que nos presenta el poder sobrenatural. Estas tres clases de aflicciones estamos padeciéndolas siempre. No hay, quiero decir, tregua ya sea de las tres, o al menos de una o dos de ellas. Están siempre... Constantemente actuando. Aquel que está situado en el plano de la conciencia pura, tendrá estos síntomas: duḥkheṣv anudvigna-manāḥ: “No se perturbará por estas tres clases de miserias”, las miserias que pertenecen al cuerpo y a la mente, las miserias que se deben a otras entidades vivientes y las miserias que se deben a las perturbaciones naturales, a las perturbaciones naturales. Ahora, las perturbaciones de la naturaleza: de repente, hay una inundación; de repente hay una fuerte nevada; de repente hay hambruna, hay tantas cosas sobre las que no tenemos control. No tenemos control. Esto recibe el nombre de perturbaciones sobrenaturales. Y hay perturbaciones que nos presentan otras entidades vivientes. Vivimos en la sociedad con tantas otras entidades vivientes, tanto hombres como animales, y existe la posibilidad de sufrimientos a causa del comportamiento de las otras entidades vivientes sobre mí. Y además de esto, debido a mi construcción corporal, puedo tener tanto agonía mental como agonía corporal o tantas otras cosas. 

Una persona que está situada en el plano de la conciencia pura, no se perturba por todas estas miserias. Éste es el síntoma. Que no se perturba. Cuando... O... Cuando estamos situados en el plano de la conciencia pura, vamos a entender personalmente: “No estoy perturbado por todas estas miserias”. La gente se perturba mucho, se agita pero aquel que está realmente situado en esta posición de conciencia pura —brahma-bhūtaḥ prasannātmā na śocati na kāṅkṣati [Bg. 18.54]— no siente aflicción. No siente aflicción. Y sukheṣu, sukheṣu vigata-spṛhaḥ. Éste es, quiero decir, el plano de la aflicción. Y a veces también hay felicidad. También felicidad. A veces... supongamos que tengo buena comida. Alguien me alaba, “Oh, Swamiji, usted es una gran alma” y así sucesivamente. Esta alabanza, aquella alabanza... A veces se nos ofrece alguna, quiero decir, condecoración, algún grado de alabanza de las instituciones. Estos son los signos de nuestra felicidad. Pero aquel que está situado en la conciencia pura, ni se disturba por todas estas aflicciones y está realmente feliz por todas estas ofrendas que nos designan ¿Lo ven? Porque él sabe que estas designaciones... Supongamos que he pasado mi examen, y en la universidad, en la convocatoria obtengo un título y la gente me aplaude; pero aquel que está situado en conciencia, va a entender, “¿qué es este título? Este título se debe a este cuerpo. Tan pronto como este cuerpo se acabe, todos los títulos se acabarán. Porque, es un hecho que, vāsāṁsi jīrṇāni yathā vihāya [Bg. 2.22], si tengo que aceptar otro cuerpo después de dejar este cuerpo, entonces todo lo que esté en relación con este cuerpo se va a acabar tan pronto como deje este cuerpo y tenga que aceptar otro cuerpo. Ésta es mi situación”. Por lo tanto, aquel que está convencido, aquel que realmente sabe que: “Yo no soy este cuerpo, soy conciencia pura”, todos estos títulos... O una buena y sabrosa comida. Un amigo me la ha ofrecido. Estoy comiendo. “Oh”, pienso “Oḥ, que feliz soy”. Pero ¿qué es esta felicidad? Siento felicidad sólo por mi lengua, pero no soy la lengua. Estas serán las apreciaciones de aquel que está en conciencia pura. ¿Lo ven? Pero esto no quiere decir que no voy a comer o que no voy a relacionarme en sociedad. No. Lo voy a hacer. Voy a hacerlo todo, pero debo siempre saber que: “Yo no tengo nada que ver con esto. Mi posición es la de ser subordinado a la Suprema Conciencia, y tengo que actuar de acuerdo a esa posición”. 

A pesar de todo esto, él no tiene nada que ver con todas estas cosas. Eso lo hará completamente feliz. Vīta-rāga-bhaya-krodhaḥ sthita-dhīr munir ucyate [Bg. 2.56]. Y debido a que una conciencia como ésta prevalece, no siente apego, rāga-rāga significa apego —ni bhaya. Bhaya significa temor, sentir temor de. Ahora supongamos que alguien dice: “¡Oh, te voy a matar! ¡te voy a matar!”. Cualquiera siente mucho temor. Pero una persona que está situada en conciencia pura no siente temor. Tenemos un ejemplo muy práctico en la vida de un gran filósofo, un filósofo griego, Sócrates. Él creía en la inmortalidad del alma, y cuando le ofrecieron cicuta, veneno: “Si tú crees en la inmortalidad, en la inmortalidad del alma, entonces bebe este veneno”. “Si, lo voy a beber”. De modo que lo bebió y él, su cuerpo dejó de funcionar debido a la acción del veneno. Pero no sentía temor de beber el veneno, porque él estaba completamente situado en este plano. De modo que no hay temor. Mientras exista el concepto corporal de la vida, oh, existirá el temor de forma proporcional. En la medida que me libero de este concepto corporal de la vida, mi temor también decrece. Y mi temor será más grande mientras permanezca absorto en el concepto corporal de la vida. 

Vīta-rāga-bhaya-krodhaḥ [Bg. 2.56]. Porque las funciones del cuerpo... Mientras tengamos un cuerpo, en lo que a nuestro cuerpo se refiere, hay cuatro cosas, demandas del cuerpo... Āhāra, āhāra, nidrā, bhaya, maithuna. Āhāra quiere decir comer, y nidrā quiere decir dormir, y bhaya quiere decir temer, y maithuna quiere decir aparearse. Éstas son las demandas del cuerpo. Aquel que está libre de la concepción del cuerpo, sus demandas, su āhāra, su nidrā o su comer, su dormir, su temer y su deseo sexual, automáticamente disminuirá. Ésta es la situación. Ésta es la situación de, de la conciencia pura. Vīta-rāga-bhaya-krodhaḥ sthita-dhīr munir ucyate [Bg. 2.56]. Sthita dhīr munir ucyate. Incluso no se siente afectado por la más grande las tentaciones. La más grande de las tentaciones. 

La siguiente posición es: 

yaḥ sarvatrānabhisnehas
tat tat prāpya śubhāśubham
nābhinandati na dveṣṭi
tasya prajñā pratiṣṭhitā

Ahora bien, el afecto entre nosotros se debe a este cuerpo. Ahora yo soy de India. Soy de India. Supongamos que encuentro a algún caballero en las calles de Nueva York, otra persona de India, oh, estoy muy ansioso de preguntarle, “Oh, ¿es usted de India? ¿De qué provincia viene? Yo quiero...”. Surge el afecto. ¿Qué es ese afecto? Se debe a este cuerpo. Eso es todo. Porque pienso que: “Mi cuerpo es de India y aquí hay otro cuerpo, cuyo cuerpo también es de India. Oh, voy a tener alguna conversación con él”. Esto es afecto. De forma similar, así es todo nuestro afecto. Hay miles y millones de mujeres caminando por la calle, pero hay una mujer, oh, con la cual estoy muy íntimamente relacionado porque tengo una relación corporal. Dejando a un lado todas las mujeres, yo llamo a esa en particular, “Oh, ella es mi... ella es mi esposa”. O la esposa dice, “es mi marido”. ¿Por qué? Por esta relación corporal. Esta relación corporal... Para aquel que no se identifica con este cuerpo, su afecto corporal también disminuye. Su afecto corporal también disminuye.

Ahora, el estado de sannyāsa, tal como nosotros lo hemos adoptado, éste es un ejemplo práctico de cuánto alguien puede liberarse del afecto corporal. Ésta es una oportunidad. Es una oportunidad que se da. Así como en casa, tengo mi esposa y mis hijos y mis nietos, a todos, tengo mis hijas y a todos pero, de una manera u otra, yo pensé que: “¿Qué es esta relación?”. Por lo tanto, he podido vivir al margen de esta relación corporal..., de los familiares. y en realidad, en la vejez, uno desea vivir con la familia, con la esposa, con los hijos, y hay tantas comodidades. Pero no. Esto se debe... El desarrollo de la conciencia de cada uno consiste, en que voluntariamente, tratar voluntariamente, quiero decir, librarse de este afecto. ¿Por qué? Este afecto no es malo, pero me va a llevar a tener otro cuerpo. Mi proceso consiste en que tengo que salir de esta relación corporal, janma-mṛtyu-jarā-vyādhi [Bg. 13.9]. Todas las actividades humanas tienen que concentrarse en liberarse de esta relación material corporal. Entonces podré realmente ser feliz. Verdadera felicidad, verdadera felicidad. Ésta es la verdadera libertad. Por falta de conocimiento espiritual no sabemos lo libres que somos. 

Incluso en el mundo material, dentro de este mundo material, dentro de este universo, en los planetas superiores... Los plantas superiores son llamados celestiales o... Por supuesto, en el lenguaje védico se llama cielo, y en otras lenguas también se llama cielo. Pero hay muchos planetas. Más allá del cielo, hay muchos buenos planetas. Existen siete sistemas planetarios. Eso se denomina Bhūrloka. Luego, por encima de ellos está Bhuvarloka. Luego, Svargaloka. Luego, Tapoloka. Luego, Maharloka. Luego, Satyaloka. Tal como existen tantos sistemas planetarios. Hay un sistema planetario que se denomina Siddhaloka. Incluso en este mundo material, con este cuerpo material, son tan perfectos que, así como aquí van de un lugar a otro, o de un planeta a otro... Por supuesto, eso no ha sido exitoso. Pero no es muy difícil para los seres vivos lograr ese éxito. Porque tenemos información en el Bhāgavata que en Siddhaloka, allí los habitantes, con este mismo cuerpo, van de un planeta a otro sin ningún instrumento, sin ningún sputnik, sin ningún avión, o sin nada. (Risas) Si. Tenemos esa información. Ellos se divierten en el cielo. Así como nosotros algunas veces paseamos en campo abierto, de forma similar, ellos se divierten viajando por el cielo. ¿Lo ven? De modo que esto es posible. Pero aun así, son mortales. Son mortales. Tienen un cuerpo material. Ahora, cuando tengan un cuerpo espiritual, ¡Cuánta más libertad tendrán! ¡Cuánta más libertad tendrán!

Tenemos que ser muy inteligentes para entender sobre la vida espiritual. No debemos dejarnos arrastrar por la concepción material de la vida, debido a este falso afecto. Este afecto corporal es un falso afecto. Porque el cuerpo dejará de existir. Supongamos que yo y mi esposa o mis hijos somos todos muy felices. Paśyann api na paśyati. Teṣāṁ nidhanaṁ pramattaḥ paśyann api na paśyati. Se dice en el Bhāgavata que... Ahora, por ejemplo, supongamos que estamos preparando algo muy bueno, una buena, una buena casa. Está bien, Si alguien les pregunta, “Bueno señor, ¿por qué está construyendo esta bella casa?”. Ahora bien, si contestan, “si, es simplemente para prenderle fuego”, ¿qué va a pensar la gente? “Qué tonto es, está construyendo una buena casa, y al final le va a prender fuego? ¿Entonces, porque se toma tantas molestias, señor?”. No. Si. Esto se denomina... En realidad, nuestra posición es así mismo. En realidad, nuestra posición es así mismo, porque durante toda mi vida estoy trabajando tan duro para poder mantener este cuerpo temporal mío, a mis hijos, a mis hijas, a mi padre, a mi madre. Para prender fuego. Al final se prende fuego. Prender fuego lo estoy diciendo especialmente porque después de la muerte, cuando son puestos en el cementerio en India, de acuerdo con los hindúes, se prende fuego. Prenden fuego a los cuerpos muertos. 

Todo, todo lo que estamos creando será, al final se le prenderá fuego. El Bhāgavata dice: paśyann api na paśyati, teṣāṁ nidhanam. Todo será destruido, y aun así, estamos tras las cosas que van a ser destruidas. Pero aquello que existe —na hanyate hanyamāne śarīre [Bg. 2.20]— que continuará existiendo incluso tras la destrucción de este cuerpo, de esto no tenemos información. Ni tenemos información ni tratamos de hacer nada por ello. Las enseñanzas del Bhagavad-gītā son sublimes porque nos dan lecciones prácticas para la suprema, para la suprema... su alma espiritual. La educación material, el avance material de la civilización, es tal como construir un edificio y prenderle fuego. Se va a perder. Se va a perder. Tantos imperios han sido construidos y tantos imperios han sido demolidos. Ésta es la historia del mundo. Incluso desde el punto de vista de la historia, este mundo en el que nos apoyamos, esta misma plataforma, también va a ser vencida. Ésta es la ley de este mundo material. Nada va a subsistir. Nada va a continuar. Todo se acabará. Así como nuestro, este cuerpo se acabará. Ahora tengo este cuerpo tan bello. Supongamos hace setenta años, mi edad, hace setenta años mi cuerpo no existía, pero por setenta u ochenta años, esta manifestación de mi cuerpo... 

¿Qué es esta manifestación en el curso de este mundo material en el que pasan tantas cosas? Es tal como una burbuja en el océano. Tal como... Si viajan por el mar, verán que hay tantas olas que chocan las unas con las otras, y se forman tantas burbujas, y de nuevo se sumergen en el agua —no hay cómputo de ellas. De forma similar, todas estas manifestaciones vienen y van y envuelta en este ir y venir está la verdadera alma espiritual, la cual, na hanyate hanyamāne śarīre [Bg. 2.20], la cual existe, y nosotros somos esa existencia permanente. Somos esa forma permanente, y no es que no tenemos forma. Tenemos forma, pero es muy diminuta. No la podemos ver con estos ojos. Nuestros ojos son..., los ojos son siempre imperfectos. ¿Qué podemos ver? No podemos ver aquello que está situado en un largo... en un lugar distante. No podemos ver ni siquiera nuestro párpado. Estos ojos están muy condicionados. ¿Cómo podemos ver cuál es nuestra, cuál es mi constitución? Estas cosas tienen que tomarse en cuenta. Uno debe tomar en consideración lo espiritual. Ahora, comenzando desde esa conciencia: “¿Quién soy? Yo soy la conciencia. No soy este cuerpo”. Esta educación comienza desde aquí. Y la práctica, la idea debe ser desapegarme de esta errónea concepción de vida. De modo que uno de los síntomas es:

yaḥ sarvatrānabhisnehas
tat tat prāpya śubhāśubham
nābhinandati na dveṣṭi
tasya prajñā pratiṣṭhitā

Ahora, na, na abhinandati. Ahora bien, supongamos que uno ha hecho un trabajo maravilloso. No debemos estar muy entusiastas de ser glorificados por ese trabajo. ¿Qué es ese trabajo? Ese trabajo es algo material. Desaparecerá. Nābhinandati. Ni cuando desaparece, tampoco estar apesadumbrados por ello. Estos síntomas se aplican a aquellas personas que están situadas en el plano de la conciencia pura. Tasya prajñā pratiṣṭhitā. Su prajñā, su inteligencia... Tengan en cuenta esto. La inteligencia está por encima de la mente. El primer estado es... El estado general de nuestra vida son las actividades de los sentidos.

Las personas comunes que no tienen ningún conocimiento, actúan todo el día y toda la noche para satisfacer los sentidos. Eso es todo. Esto es la vida normal. La mayoría de la gente trabaja principalmente con esa finalidad. Y por encima de ellos, por encima de ellos, si alguien es inteligente, trabaja con la mente —filosofía, poesía, tener buenas ideas para la novela, buenas ideas para el teatro, algunas psicológicas..., todas estas cosas. Son un poco mejor que aquellos que están trabajando arduamente día y noche para la complacencia de los sentidos. Son un poco... Estos filósofos, los poetas y los pensadores, son un poco mejor. Indriyāṇi parāṇy āhur indriyebhyaḥ paraṁ manaḥ [Bg. 3.42]. Manasas tu parā buddhiḥ. Y por encima de ellos, aquellos que actúan de forma muy inteligente, inteligentemente sobre las leyes de la naturaleza, digamos los científicos o gente así... Manasas tu parā buddhiḥ. Y esta etapa, esta etapa científica, este cálculo científico, es la etapa de la apreciación de la conciencia. La perfección de la vida científica... La ciencia, la ciencia, los científicos están investigando, “¿Cuál es la verdad más allá de todo esto? ¿Más allá de esto? ¿Más allá de esto?”. Cuando llegan al punto de la conciencia pura, éste es el grado más elevado del conocimiento científico. El grado más elevado del conocimiento científico es cuando llegamos a entender que: “Yo no soy el cuerpo, soy la conciencia”. 

En lo que a nuestros sentidos se refiere, a los sentidos se refiere, deben de estar bajo mi control. No debo ser el sirviente de mis sentidos. Y eso es posible cuando estoy situado en el plano espiritual de la conciencia. De lo contrario no es posible. No puedo controlar mis sentidos si estoy en el plano material. Es imposible. Pero controlar mis sentidos... Pero esto es posible. Esto es posible. No es un hecho imposible. Este swami... Se nos conoce como swami. ¿Cuál es el significado de swami? Swami quiere decir aquel que es amo de los sentidos. Esto significa swami. Swami significa amo. Aquel que ha alcanzado el estado de perfección de controlar los sentidos, es denominado swami o goswami, amo de los sentidos. Esto puede hacerse mediante la práctica y mediante el conocimiento. No es algo imposible. Yo también fui un hombre joven. Yo también estuve casado, y tengo mi esposa que todavía vive y mi familia que todavía viven, pero de una manera u otra, mediante la práctica y mediante algún conocimiento, he salido de esas garras.

Todo el mundo puede tenerlo. No... Este atuendo no es el swami. En realidad, ustedes pueden ser también swami, incluso en su atuendo actual. El atuendo es irrelevante. La auténtica realidad es que uno debe, mediante el desarrollo espiritual de la conciencia, debe llegar a la etapa de volverse el amo de los sentidos. Amo de... Yoga. El sistema de yoga... Eso es también para controlar los sentidos. Eso es para controlar los... Los diferentes āsana, las diferentes posiciones del cuerpo, eso es mecánico. Puede hacerse algo de una forma mecánica y puede hacerse algo mediante el conocimiento puro. El Bhagavad-gītā enseña desde el plano del conocimiento puro. Por supuesto, esto también se recomienda. Pero se recomienda para las personas que no pueden concentrarse en el plano del conocimiento. Aquellos que están demasiado adictos al concepto corporal de la vida, el sistema de yoga, el yoga, quiero decir, las prácticas, se recomiendan especialmente para ellos. Volveremos a esto más tarde. 

Ahora, aquí se dice,

yadā saṁharate cāyaṁ
kūrmo 'ṅgānīva sarvaśaḥ
indriyāṇīndriyārthebhyas
tasya prajñā pratiṣṭhitā

Tasya prajñā pratiṣṭhitā. No. Aquí se da un buen ejemplo. ¿Cuál es? La tortuga. ¿Han visto alguna tortuga? La tortuga cuando quiere guarda sus patas y su cabeza y todo dentro de su cuerpo y se vuelve una pieza, la tortuga. ¿Lo ven? De forma similar, debemos saber que nuestros sentidos están hechos para una finalidad particular, y esa finalidad particular ya la he explicado, hṛṣīkeṇa hṛṣīkeśa-sevanaṁ bhaktir ucyate [Cc. Madhya 19.170]. Estos sentidos son nuestros... En realidad no son míos. Los sentidos los da el Señor. Ya lo expliqué el último día. Pero estamos muy orgullosos de nuestros sentidos. Pero estos sentidos nos los da el Señor tal como un padre le da a su hijo algunos juguetes; de forma similar, queremos disfrutar de este mundo material, por lo tanto, se nos conceden nuestros sentidos materiales: “Está bien, disfruten. Tienen que experimentar este mundo material y cuando ya tengan la experiencia de que 'No soy feliz', entonces, regresarán a Mí”. Realmente los sentidos tienen como función, ofrecer servicio al Señor. Los sentidos. Porque soy eternamente, eternamente... Y los sentidos, los sentidos pertenecen al Señor Supremo. Así como esto, es, esto son mis gafas, y deben usarse con esa finalidad. De forma similar, nuestros sentidos en realidad no son nuestros. Así como esta habitación, esta buhardilla. Esta buhardilla en la que estamos sentados. Está bien. Pero la buhardilla pertenece a alguna señora, alguna propietaria. Debemos ser siempre conscientes de ello. No hay ningún problema si la usamos mientras tengamos esa conciencia. Pero si pienso: “Oh, ésta es mi buhardilla. No tengo que pagar la renta. Soy el propietario”, ahí empiezan todos los problemas. Empiezan todos los problemas. De lo contrario., mientras seamos conscientes de que: “Esto, esto... yo soy, yo soy, he dado, he arrendado esta buhardilla para usarla. Está bien, pero no soy el propietario...”. De forma similar, todo, todo el mundo... 

El Īśopaniṣad nos enseña, īśāvāsyam idaṁ sarvam: [
ISO 1], “Nada, nada te pertenece. Todo le pertenece a Dios. Todo le pertenece a Dios”. Hay una historia que cuenta que Dios ríe cuando dos bandos pelean por la tierra. Realmente lo hemos visto. En India, cuando era el día de la partición, los hindúes y los musulmanes lucharon. Los hindúes y los musulmanes lucharon y cuando ambos murieron y estaban tirados por las calles y desperdigados por toda la calle y les preguntaron, “Ahora, ¿de quién es esta tierra?”, nadie contestó. Nadie contestó. La tierra del Señor permanecerá aquí. Y nosotros simplemente peleamos: “Ésta es mi tierra, Ésta es mi tierra”. Esto es, todo esto es, quiero decir, la parafernalia de nuestra ilusión. De la ilusión. 

Aquí el Señor dice: yadā saṁharate cāyaṁ kūrmo 'ṅgānīva sarvaśaḥ: “Así como la tortuga retrae sus sentidos conforme a su voluntad, de forma similar, la persona que es capaz de utilizar sus sentidos conforme a su propio control, debe entenderse que está situada en el plano espiritual”. El uso de los sentidos no es malo, pero deben usarse cuando es necesario, no conforme a los dictados de los sentidos. No conforme a los dictados de los sentidos. Verán aquí, en el Bhagavad-gītā más adelante, cuando Dios dice que: “Yo soy las relaciones sexuales para generar un hijo”. Dios dice, “Yo soy”. Pero más allá de esto, las relaciones sexuales no son... El Señor dice, “No tengo nada que ver con ello”. De modo que de todas las maneras, no está prohibido que usemos nuestros sentidos. No. Debemos usar nuestros sentidos cuando sea necesario, no conforme al dictado de los sentidos. Eso debe... Debemos situarnos en ese plano. Si sigo los dictados de mis sentidos, entonces no soy el amo de mis sentidos. Soy el sirviente de los sentidos. Realmente nuestra posición es así. Debido a que hemos olvidado nuestro verdadero amo, el verdadero amo, el Señor Supremo, hemos sido obligados a ser los sirvientes de los sentidos mediante la energía ilusoria. En lugar de volvernos sirvientes del Supremo, nos hemos vuelto los sirvientes de los sentidos. 

La vida material no es otra cosa más que servir a los sentidos. Sirvientes de los sentidos. Todo... La gente trabaja arduamente todo el día. El Bhāgavata, el Bhāgavata ha diagnosticado por qué son tan entusiastas en trabajar tan arduamente. Ahora, yan maithunādi-gṛhamedhi-sukhaṁ hi tuccham [
SB 7.9.45]. Su único ímpetu es que tendrán algún disfrute sexual. Eso es todo. Éste es el fin de todas sus actividades. Todo el mundo está... No sólo los seres humanos. Lo verán en el reino de las aves, en las bestias, que todo el mundo trabaja, todo el mundo está ocupado. ¿Por qué? Para acabar en la vida sexual. Eso quiere decir que en este concepto material de la vida todo el mundo se ha vuelto el sirviente de los sentidos. Y en el concepto espiritual de la vida ya no será más el sirviente de los sentidos, sino que será el amo de los sentidos. Ésta es la diferencia. Y por, al volverse el amo de los sentidos, ¿cómo se usan los sentidos? Tal como la kūrma, la tortuga. La tortuga siempre que quiere “ahora voy a manifestar mis sentidos” si, manifiesta sus... Y siempre que quiere, conforme a su propia... El mismo ejemplo. La naturaleza, la naturaleza... Esto se denomina estudio de la naturaleza. Tenemos que estudiar tantas cosas de los animales inferiores. Aquí este gran ejemplo queda reflejado, que yadā saṁharate cāyaṁ kūrmaḥ aṅgānīva sarvaśaḥ. Así como la tortuga tiene la práctica de retraer sus sentidos dentro de su cuerpo de acuerdo con su voluntad, de forma similar, indriyāṇi indriyārthebhyaḥ, de forma similar, cuándo usamos los sentidos y para qué finalidad, cuando se llega a entender esto, entonces se está situado en la conciencia espiritual. 

Ahora bien, simplemente tomen el mismo ejemplo de Arjuna. Arjuna dice: “No lucharé. No lucharé con mis familiares y hermanos por alcanzar algún reino. No, no, no”. Para un hombre común parece como: “Oh, Arjuna es un hombre muy bueno, no-violento. Abandona todo por sus familiares. Oh, qué buen hombre es”. Éste es un cálculo ordinario. Pero, ¿qué dice Kṛṣṇa? “Eres un tonto, el peor de los tontos, el tonto número uno”. ¿Lo ven? Y esto ya lo hemos comentado. Aśocyān anvaśocas tvaṁ prajñā-vādāṁś ca bhāṣase: [Bg. 2.11] “Mi querido Arjuna, hablas como un hombre muy erudito, pero eres el tonto número uno”. Sí. Ésta es la, quiero decir, la recompensa que se le da. “Tú estás, ¿estás negándote a luchar? Ésta es tu necedad”. Ahora, ahí lo ven. Las cosas que el público considera que están muy bien, que son muy buenas, son condenadas por Dios. Condenadas por Dios. Tenemos tantos ejemplos y experiencias en la vida en las que somos alabados por algunos de nuestros amigos y condenados por otros En resumen, la perfección de cualquier acto, debe ser certificada por el Señor Supremo. Dharmaḥ svanuṣṭhitaḥ puṁsām... [
SB 1.2.8]. Svanuṣṭhitasya dharmasya saṁsiddhir hari-toṣaṇam [SB 1.2.13]. Hari-toṣaṇam. Tenemos que ver, “Si la Suprema Conciencia está complacida con mi... con esta acción”. La acción de Arjuna no fue aprobada, aprobada por el Señor Kṛṣṇa. Pero el mismo Arjuna, al final peleó. Después de escuchar la instrucción del Bhagavad-gītā, él mismo se ocupó en la lucha. 

Ahora aquí, aquí los sentidos... En la lucha necesitamos usar nuestros sentidos. Ahora, cuando se retraen los sentidos, cuando los sentidos... La satisfacción de los sentidos... La afirmación de Arjuna de que: “No lucharé”, era para su satisfacción de los sentidos. Debido a que estaba pensando en la relación corporal, esta clase de pensamiento, “no lucharé”, este estado mental era su satisfacción de los sentidos. Pero aquí, cuando estuvo de acuerdo en luchar, no era para su satisfacción de los sentidos. Era para la satisfacción del Señor. Por lo tanto, tenemos que purificar nuestros sentidos, no usarlos para mi satisfacción, sino usarlos para la satisfacción del Supremo. Eso es todo. Así es. Ésta es nuestra perfección. No están exentos de sentidos. No es que después de situarse en la conciencia espiritual, sus sentidos se vuelven nulos y sin efecto. No. Los sentidos no pueden ser nulos y sin efecto, porque la vida quiere decir, los sentidos. Sin sentidos no hay vida. Pero el..., éste es el proceso para purificar los sentidos. Eso es todo. 

Ahora, hay, hay otro ejemplo. En India había... ¿Por qué sólo en India? En el mundo. Tal como en nuestra memoria hay dos grandes guerras. La guerra número uno y la guerra número dos. Las hemos experimentado. Pienso que algunos de ustedes o muchos de ustedes no tienen experiencia de la guerra número uno, que comenzó en 1.914, y no creo que ninguna de ustedes hubiera nacido en 19... (Risas) Pero yo la he visto. Era un niño en aquel tiempo. Se declaró la guerra en 1.914. Pero más allá de estas guerras mundiales, hubo, hubo otras dos grandes guerras mundiales. Éstas se mencionan en las historias épicas, las historias épicas de India, el Rāmāyaṇa y el Mahābhārata: la guerra entre Rāma y Rāvaṇa y la guerra entre los dos bandos de primos hermanos, Kurus y Pāṇḍavas. Pero se sorprenderán. En estas dos guerras, Dios es el héroe prácticamente. En la guerra entre Rāma y Rāvaṇa... Rāma es también la Personalidad de Dios, una encarnación de... Y Kṛṣṇa también estaba presente... En las dos guerras, Dios estaba presente. ¿Lo ven? Dios estaba presente. ¿Lo ven? Y Hanumān. Hanumān, por complacer al Señor, prendió fuego al imperio de Rāvaṇa, al imperio de Rāvaṇa. Y aquí también verán que Arjuna, luchó en beneficio del Señor Supremo, Kṛṣṇa. De modo que luchar, luchar no es malo, siempre y cuando se luche por el placer del Señor Supremo. Y luchar también es necesario algunas veces. No podemos hacer el mundo no-violento. Todo va a permanecer. En las leyes de la naturaleza, todo va a permanecer. La vida sexual va a permanecer. La lucha va a permanecer. Y cualquier cosa que pueden ver dentro de su experiencia, permanecerá, va a continuar permaneciendo. No pueden abolir ni una gota de ello. Pero el proceso consiste en que tenemos que purificarlo, purificarlo. 

Exactamente en la mañana estábamos comentando un śloka, un verso del Śrīmad-Bhāgavatam, con un buen punto. El verso dice que la causa de la enfermedad, la cosa... Yasya āmayam. La causa de la enfermedad, si se trata de la forma adecuada, puede, puede curar la enfermedad. Puede curar la enfermedad. La causa de la enfermedad, cuando... Exactamente el ejemplo es así, que una preparación de leche... Supongamos que han tomado demasiada leche y que tienen una alteración en el intestino. La misma preparación de leche, el yogurt o la cuajada, si la toman mezclada con algún polvo carminativo, tal como los granos de comino, oh, inmediatamente va a curar su diarrea e indigestión. El yogurt es también una preparación láctea, y su diarrea se produjo por haber tomado demasiada leche. Ahora la misma preparación de leche, cuando se trata, se vuelve medicina. Y la misma preparación de leche se vuelve la causa de perturbación. De forma similar, toda la situación del mundo causa perturbación, porque no se le aplica un tratamiento espiritual. Eso es todo. Tan pronto como hay un tratamiento espiritual, tan pronto como la gente se vuelve consciente espiritualmente, tan pronto como los líderes de los hombres se apoyen en el plano de la conciencia, toda la situación del mundo cambiará. 

De modo que el Bhagavad-gītā nos enseña esto. Debemos aceptarlo muy seriamente y tratar de asimilarlo nosotros mismos y distribuir este conocimiento para el beneficio de todos los demás, nuestros amigos y... 
(Fin)

Traducción: Nārāyaṇī devī dāsī – España