Discurso de llegada - Su Divina Gracia
A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda
Cultive conciencia de Kṛṣṇa y sea feliz
Londres, 11 septiembre 1969
(Kīrtana)
Prabhupāda: …pero no es que me atraigan mucho estas recepciones.
Lo que yo quiero saber es cómo la gente recibe este movimiento. Eso es lo que
me preocupa.
Devotos: ¡Hari bol!
Periodista: ¿Señor, cuánto
tiempo se va a quedar usted en Inglaterra?
Prabhupāda: Me parece que es la segunda vez que vengo a
Inglaterra. La última vez, en 1967, vine de paso para la India y pasé aquí solo
dos días antes de irme. Prácticamente, es la primera vez que vengo.
Periodista: ¿Y durante cuánto tiempo esta vez?
Prabhupāda: Eso no lo sé.
Devotos: ¡Hari bol!
Prabhupāda: Tengo aquí muchas madres y muchos padres que me cuidan. Así que
mientras ellos me cuiden, puedo quedarme.
Mukunda: Si alguno de ustedes caballeros
tienen preguntas, pueden hacérselas a Prabhupāda.
Periodista: ¿Puedo preguntarle si esta es una bienvenida especial que le brindan
hoy, o es algo habitual por lo que pasa usted cada día?
Prabhupāda: No, yo allí donde voy tengo mis discípulos. En Occidente tengo cerca
de veinte templos, sobretodo en América, EE.UU. y Canadá. Y estos muchachos americanos
son muy entusiastas. Pienso…
Devotos: ¡Hari bol!
Prabhupāda: Pienso que en Los Ángeles y San Francisco me han brindado un gran
recibimiento. En el festival de Ratha-yātrā me estuvieron siguiendo durante unos diez
kilómetros, cerca de diez mil jóvenes.
Devotos: ¡Hari bol!
Periodista: ¿Qué practica o
qué enseña usted, señor?
Prabhupāda: Estoy tratando de enseñar lo que usted ha olvidado.
Devotos: ¡Hari bol! Hare Kṛṣṇa!
(Risas)
Periodista: ¿Y qué es eso?
Prabhupāda: Eso es Dios. Entre ustedes hay algunos que dicen que Dios no existe,
otros dicen que Dios ha muerto y otros dicen que Dios es impersonal o vacío.
Todo eso son tonterías. Yo quiero enseñar a todos esos necios que Dios existe.
Esa es mi misión. A cualquier necio que se me presente yo le voy a demostrar
que Dios existe. Ese es mi movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa. Es un desafío para los ateos. Dios existe, y del
mismo modo que estamos aquí ahora, cara a cara, directamente, también a Dios
puede usted verle cara a cara, directamente. Eso se puede hacer si usted es
sincero y si es serio. Por desgracia, tratamos de olvidar a Dios y por eso
tenemos que soportar tantas miserias en la vida. De modo que lo único que
predico es: “Cultive conciencia de Kṛṣṇa y sea feliz. No se deje arrastrar por estas tontas
olas de māyā, la ilusión”. Eso
es lo que pido.
Devotos: ¡Hari bol!
Periodista: ¿Es este canto esencial
para sustentar su fe?
Prabhupāda: Ese canto es el proceso para limpiar el polvo
acumulado en el corazón. Nuestra relación con Dios es eterna, no se puede
romper. Pero debido al contacto con māyā, tratamos de
olvidarle. Pero si cantamos este santo nombre de Dios, Hare Kṛṣṇa, māyā no actuará sobre nosotros. Y
rápidamente, entenderemos cuál es nuestra relación con Dios. Ese es el proceso.
Ceto-darpaṇa-mārjanam [CC Antya 20.12]. Esta expresión sánscrita habla de “limpiar el
corazón sucio”. El corazón sucio. El Bhagavad-gītā dice, na māṁ duṣkṛtino
mūḍhāḥ prapadyante narādhamāḥ [Bg. 7.15]. Aquellos, las personas que son malvadas, los
sinvergüenzas, lo más bajo de la humanidad, que se ven privados de todo
conocimiento, los ateos; no saben quién es Dios. Mientras que otros, las
personas virtuosas, inquisitivas, sabias, ellos tratarán de entender quién es
Dios, practicarán. Así que lo que les pido es que traten de entender este
movimiento, el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa. No es un movimiento falso, no es una superchería.
Es un movimiento científico y autorizado. Puede venir ante nosotros cualquier
científico, o cualquier filósofo, o cualquier lógico, y se lo demostraremos. Le
demostraremos que Dios existe y que tenemos una relación eterna con Dios. De
modo que si quieren ser felices, deben seguir al movimiento para la conciencia
de Kṛṣṇa. De no ser así,
la raza humana está condenada. Harāv abhaktasya kuto
mahad-guṇā [SB
5.18.12]. Las personas que
carecen de conciencia de Dios no tienen ninguna buena cualidad. Aunque a nivel
académico puedan ser muy ricos, eso no es una buena cualidad. Manorathena asato dhāvato bahiḥ. Su única cualidad son las invenciones mentales.
Invenciones de la mente. Nada más. No tienen otra cualidad. Y todas esas
tonterías nosotros las rechazamos. Simplemente, aceptamos a las almas sinceras
que quieren dedicar su vida al servicio de Dios. Y no es nada fácil. Estos
jóvenes, estos muchachos y muchachas que me siguen son muy elevados. No son
jóvenes corrientes. Han emprendido el cultivo de conciencia de Kṛṣṇa. Su cualidad es más elevada que la de cualquier
erudito mundano. Es un desafío. Yasyāsti bhaktir
bhagavaty akiñcanā sarvair guṇais tatra samāsate surāḥ [SB 5.18.12]. A todo aquel que haya desarrollado conciencia de Kṛṣṇa, amor por Dios, en esa persona se desarrollarán,
surgirán en forma natural, todas las buenas cualidades. Todas las buenas
cualidades. Pueden comprobarlo con cualquiera de nuestros estudiantes, ver
hasta qué punto son buenos, son avanzados. Comprobarlo, ponerlo a prueba. Pueden
traer a cualquier persona de este mundo y compararla con cualquiera de nuestros
jóvenes. Y verán cuánta diferencia hay en su carácter, en su sentimiento, en su
conciencia. De eso se trata, es lo único. Si quieren una sociedad pacífica, tienen
que hacer de la gente personas conscientes de Dios, conscientes de Kṛṣṇa. Eso lo resolverá todo de forma inmediata. De no
ser así, sus supuestas Naciones Unidas, no ayudarán.
Periodista: El señor Billy
Graham vuelve a la gente consciente de Dios de una manera diferente. ¿Me puede
decir lo que piensa de él?
Prabhupāda: Yo no sé quién es ese Billy Graham, yo sigo los
principios védicos, el Bhagavad-gītā tal como es. Kṛṣṇa dice, sarva-dharmān parityajya mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja [Bg. 18.66]. Dios dice: “Tú abandona toda clase de ocupaciones
necias, simplemente entrégate a Mí, y Yo cuidaré de ti y te protegeré”. Esa es
nuestra filosofía.
Periodista: ¿Puedo hacerle
algunas preguntas acerca de su actitud en general, sobre cosas que nos rodean?
Por ejemplo, ¿Qué piensa usted sobre la llegada del hombre a la Luna? (Risas)
Prabhupāda: No es más que una pérdida de tiempo. Ya lo he comentado cuando estaba
en San Francisco. Es una pregunta que metieron los periodistas allí también.
Les he respondido lisa y llanamente que no es más que una pérdida de tiempo y
de dinero. Nada más. (Risas)
Periodista: ¿Y qué me dice
acerca de algo mucho más próximo a nosotros, aquí en este país, donde hay una
guerra civil o un trastorno, conflicto civil...?
Prabhupāda: Bueno, la
guerra continúa.
Periodista: ¿...entre los
cristianos?
Prabhupāda: No, nosotros no somos ni cristianos, ni hindúes, ni musulmanes. Somos
sirvientes de Dios. Nada más. Cuando las personas son sirvientes de Dios, no
hay conflictos. Los conflictos vienen cuando somos sirvientes de māyā. Cuando somos sirvientes de la ilusión surgen los
conflictos. De modo que no importa. Nuestra comprobación es sa vai puṁsāṁ paro dharmo yato bhaktir adhokṣaje [SB 1.2.6]. Nosotros consideramos un sistema religioso de primer
orden a aquel que te enseña a amar a Dios. Eso es todo. No importa si es la
religión cristiana, la religión musulmana, o la religión hindú. Eso lo vemos en
la práctica. Si el seguidor de una religión ha aprendido a amar a Dios,
entonces su religión es perfecta. De no ser así, es inútil.
Periodista: Pero ¿no piensa
usted que vale la pena ir a sitios como Irlanda y tratar de enseñar a la gente
allí, de decirle a la gente que deje de hacer la guerra?
Prabhupāda: Eso es lo que estamos diciendo. Porque la religión de primer orden es
aquella que enseña a la gente cómo amar a Dios. Trate usted de entenderlo. Es
una fórmula muy sencilla.
Periodista: Sí, pero ¿no
piensa usted que vale la pena ir allí para tratar de ayudarlos?
Prabhupāda: Eso ya lo veremos. Supongamos que es usted
cristiano. Si usted ha desarrollado su sentimiento de amor por Dios, entonces
usted es perfecto. Su religión es perfecta. Pero si en lugar de amar a Dios,
usted ha cultivado un sentido de amor por los perros, entonces ha perdido usted
el tiempo. Así se comprueban las cosas. ¿Quieren hacer alguna pregunta?
Periodista: Creo que la
señora quiere que la lleve a alguna parte. (Prabhupāda sonríe)
Periodista (2): Parece que se
ha levantado el viento.
Prabhupāda: Está bien.
Periodista: Quisiera saber cuántos años tiene usted.
Prabhupāda: Tengo setenta y
cuatro años. Nací en 1896.
Periodista: ¿Dónde?
Prabhupāda: En la India,
Calcuta.
Periodista: ¿Está usted
casado, señor?
Prabhupāda: Sí, tengo mis hijos, mis nietos, mi esposa. Todos viven, pero yo no
estoy en contacto con ellos. Soy un sannyāsī, en la orden de vida de renuncia. Tengo hijos
mayores.
Periodista: ¿Usted dice que no tiene
ninguna relación con su familia?
Prabhupāda: No.
Periodista: ¿Por qué?
Prabhupāda: Porque he entrado en la orden de sannyāsa. He dedicado mi vida a Kṛṣṇa. Ese es el sistema védico. Que una parte de su vida
debe simplemente dedicarla a Dios. Eso se llama sannyāsa.
Periodista: Para hacer
esto, ¿ha tenido usted que divorciarse?
Prabhupāda: No. Eso ni se plantea. No sabemos lo que es el
divorcio. En nuestro país no hay divorcio, por lo menos en las leyes hindúes.
Marido y mujer, una vez juntos, es para toda la vida. Ni hablar de separación,
en toda circunstancia. En medio del sufrimiento o la felicidad, no se plantea
la separación. Solo ahora los políticos contemplan, han introducido la ley del
divorcio. De no ser así, en el Manu-saṁhitā, la escritura hindú, no existe la ley del divorcio.
Periodista: ¿Cuándo
renunció usted a su familia?
Prabhupāda: En 1959.
Periodista: ¿Y cómo se las
arreglan sin usted?
Prabhupāda: Se las arreglan, mis hijos son adultos y ganan
dinero. Mi esposa también, es la hija de un hombre rico. Tiene sus propiedades,
no tienen problemas.
Periodista: ¿Ha vuelto
usted a verles alguna vez?
Prabhupāda: No, yo no puedo verles. Por lo menos a mi esposa, no
puedo verla. Pero si mis hijos o mis hijas vienen a verme, les recibo. Mi
esposa, en cambio, no. Eso se ha acabado. Ese es el sistema de sannyāsa. El sannyāsī nunca puede volver a ver a su
esposa. Eso es renuncia. Renuncia significa renunciar a la relación con
mujeres. O renunciar a la vida sexual. Eso es renuncia.
Periodista: ¿Puede usted venir por aquí, señor?
Prabhupāda: Sí. (Cámaras pulsando)
Periodistas: Muchas gracias.
Prabhupāda: Gracias.
Devotos: ¡Todas las glorias a Śrī Śrī Guru y Gaurāṅga! ¡Hari bol! (Fin)
Transcripción: Marcela Reo - Argentina