Pradyumna (conduce el
canto, etc.):
dehino ’smin yathā dehe
kaumāraṁ yauvanaṁ jarā
tathā dehāntara-prāptir
dhīras tatra na muhyati
[Bg. 2.13]
Traducción: “Así
como en este cuerpo el alma encarnada pasa continuamente de la niñez a la
juventud y luego a la vejez, de la misma manera el alma pasa a otro cuerpo en
el momento de la muerte. A la persona sensata no la confunde ese cambio”.
Prabhupāda: Una cosa
tan simple y no la pueden entender. Por eso, en este verso se menciona dhīras tatra na munhyati. Dhīra
significa una persona sobria, con la cabeza bien en su sitio. Lo contrario es adhīra, adhīra significa persona de tercera o cuarta clase, los
sinvergüenzas, adhīra. Dhīra significa sobrio, la traducción
exacta es “caballero”, hombre de bien, dhīra.
Los que no son hombres de bien, las personas incultas, sin educación,
sinvergüenzas, no pueden entender. Por lo demás, ¿donde está la dificultad?
Que sencillamente,
que fácilmente se explica kaumāraṁ
yauvanaṁ jarā. Hay tres etapas, tres fases, kaumāraṁ, hasta los quince años se llama kaumāra. Y a partir de los quince años comienza la vida juvenil
hasta los cuarenta. Pasados los cuarenta somos jarā, personas ancianas. Ancianos más o menos al inicio y ancianos
después. Digamos que de los cuarenta a los cincuenta comenzamos a envejecer, y
pasados los cincuenta somos ancianos. Por eso se aconseja pañcāś ordhvaṁ vrajet. Pañcaś significa cincuenta. Ūrdvam, cincuenta y uno. Y el resto de
nuestros días, tal vez hasta los cien años pero eso ya no es posible ahora.
Puede que lleguemos a los setenta, como mucho a los ochenta, hay quien vive
noventa o noventa y cinco. Los cien años, aunque es el límite, hoy en día nadie
vive cien años. Los que son dhīra,
los caballeros, los hombres de bien, las personas sobrias, de cabeza bien
puesta en su sitio se dan cuenta, pueden entender que, “he cambiado varias
veces de cuerpo, cuando era niño hasta los quince años recuerdo que yo jugaba y
saltaba, entonces me llegó la juventud; yo disfrutaba de la vida con los amigos
y la familia, pero ahora soy un anciano”. “Soy” significa mi cuerpo. Dehinaḥ. Dehi y dehinaḥ. Dehi significa el propietario del
cuerpo, el dueño del cuerpo, y deha significa
el cuerpo.
En el verso
anterior, Kṛṣṇa ha dicho que “todos nosotros ---tú, yo, y todos estos soldados
y reyes aquí presentes--- ya existíamos en el pasado, estamos existiendo ahora
y en el futuro continuaremos existiendo”. Así, esa fue Su afirmación. Pero los
sinvergüenzas dirán que “¿cómo que yo existía?, yo he nacido en tal año y antes
de eso no existía, ahora mismo existo, eso es verdad, pero tan pronto como
muera dejaré de existir. ¿Cómo es que Kṛṣṇa dice que yo, que todos nosotros
existíamos, que todavía existimos y que continuaremos existiendo?”. ¿Es eso
contradictorio? No, no lo es, no es contradicción, es un hecho, existíamos, tal
vez en un cuerpo distinto, pero continuaremos existiendo en un cuerpo distinto.
Dehāntara-prāptiḥ, esto debe
entenderse, no que mi existencia...
Se da el ejemplo, dehāntara. Como yo, por ejemplo, era
niño y después llega la juventud y el cuerpo cambió, y ahora me he hecho viejo,
el cuerpo ha vuelto a cambiar pero yo existo, dehi, el propietario del cuerpo. ¿Qué dificultad hay en entenderlo?
Dehinaḥ, dehinaḥ significa “del
propietario”. El cuerpo cambia, yo me doy cuenta de que mi cuerpo ha cambiado,
y en la siguiente vida el cuerpo puede cambiar. No “puede”, cambia. Pero puede
que yo no lo recuerde, eso es otra cosa. Como, ¿cuál era mi cuerpo en mi vida
pasada? No lo recuerdo. El olvido forma parte de nuestra naturaleza, que yo
olvide algo no significa que ese algo no haya ocurrido. Cuando era un niño hice
tantas cosas de las que no me acuerdo, pero mi padre y mi madre que me han
visto cuando era niño las recuerdan. Olvidar no significa que las cosas no
hayan ocurrido. Del mismo modo, muerte, la muerte significa que he olvidado lo
que yo era en la vida anterior, esto es lo que se llama muerte. Por lo demás,
yo, como alma espiritual no muero. Pongamos que me cambio de ropa, cuando era
niño vestía de una forma distinta, en mi juventud vestía de una forma distinta,
y ahora que soy un anciano, soy un sannyāsī,
visto de manera distinta. El vestido puede cambiar, pero eso no significa que
el propietario de la ropa haya muerto o se haya ido. No.
Se explica esta cosa
tan simple, la trasmigración del alma. E individual. Todos nosotros somos
individuos, no, ni hablar de mezclarnos todos juntos. Todos nosotros somos
individuos. Dios es un individuo y nosotros también somos individuales. Esto lo
hemos explicado ayer. Nityo nityānāṁ
cetanaś cetanānām [Kaṭha Upaniṣad 2.2.13], la única diferencia es que
Dios no cambia de cuerpo, y yo sí cambio de cuerpo. Eso ocurre también en este
mundo material, cuando me vaya al mundo espiritual no tendré que cambiar más de
cuerpo. Un cuerpo eterno, del mismo modo que Kṛṣṇa tiene un cuerpo eterno, sac-cid-ānanda vigrahaḥ, una forma
eterna, llena de bienaventuranza y de conocimiento. Del mismo modo cuando
nosotros vamos de regreso al hogar, de vuelta a Dios obtenemos un cuerpo
similar, sac-cid-ānanda-vigrahaḥ. Īśvaraḥ
paramaḥ kṛṣṇaḥ sac-cid-ānanda vigrahaḥ. Esa es la diferencia. Cuando Kṛṣṇa
viene, Él no tiene que cambiar de cuerpo. En el mundo material Kṛṣṇa no cambia,
por eso Su nombre es Acyuta. Él nunca cambia, nunca cae porque es el
controlador de māyā, y nosotros
vivimos controlados por māyā, esa es
la diferencia. La energía material... Nosotros vivimos controlados por la
energía material, pero Kṛṣṇa es el controlador de la energía material. No sólo
de la energía material sino también de la energía espiritual, de todas las
energías. Todo lo que vemos, todo lo manifestado, todo lo que vemos es energía
de Kṛṣṇa.
Del mismo modo que
el calor y la luz son las energías del sol, las energías de Kṛṣṇa... Hay muchas
energías, pero se dividen principalmente en tres: energía externa, energía
interna y energía marginal. Nosotros somos entidades vivientes, somos por tanto
energía marginal. Marginal significa que podemos quedar bajo la influencia de
la energía externa o bajo la influencia de la energía espiritual, como
queramos; tenemos esa independencia. Yathecchasi
tathā kuru. “Puedes hacer lo que quieras”, Kṛṣṇa da esa independencia a
Arjuna. Él dijo yathecchasi tathā kuru,
después de hablar el Bhagavad-gītā.
Él no obliga, no fuerza; eso no es bueno, una cosa forzada no durará. Como
nosotros aconsejamos, “levántate temprano por la mañana”. Es un consejo, no que
tengo que forzar, que obligar a todo el mundo. Yo puedo forzar, puedo obligaros
un día o dos días, pero si no se practica, simplemente la fuerza es inútil. Del
mismo modo Kṛṣṇa no fuerza, no obliga a nadie a abandonar el mundo material.
Somos almas condicionadas, estamos en el mundo material bajo la influencia de
la energía material. Kṛṣṇa viene aquí para liberarnos de las garras de la
energía material que nos hacen sufrir tanto.
Porque somos partes
integrales de Kṛṣṇa o directamente hijos de Kṛṣṇa. Si el hijo está en
dificultades, el padre también sufre aunque el padre no sufre directamente.
Pongamos que un hijo se ha vuelto loco, o en los tiempos actuales, se ha hecho
hippie. El padre está muy triste porque su hijo no vive como una persona
decente, un hombre de bien, vive como, ¿cómo se llama?, “un pordiosero”. Y el
padre no es feliz. Del mismo modo, nosotros, las almas condicionadas en el
mundo material sufrimos tanto viviendo como sinvergüenzas y desdichados. Y
Kṛṣṇa no es feliz con esto, por eso viene a enseñarnos personalmente, yadā yadā hi dharmasya glānir bhavati,
tadātmānaṁ sṛjāmy aham [Bg. 4.7].
Cuando Kṛṣṇa viene Lo hace en Su forma
original, pero por desgracia entendemos a Kṛṣṇa como si fuese uno de nosotros.
Es uno de nosotros porque Él es el padre y nosotros somos hijos, es uno de
nosotros, pero Él es el principal. Nityo
nityānāṁ cetanaś cetanānām [Kaṭha Upaniṣad 2.2.13]. Él es el más poderoso, el más
poderoso, el poderoso Supremo y nosotros tenemos muy poquito poder. Esa es la
diferencia entre Kṛṣṇa... no podemos ser iguales, nadie puede ser igual a
Kṛṣṇa, igual a Dios o más grande que Él, todo el mundo está por debajo de Kṛṣṇa.
Ekale īśvara kṛṣṇa āra saba bhṛtya [Cc. Ādi 5.142], por lo tanto, todo el mundo es sirviente de
Kṛṣṇa. Kṛṣṇa es el único amo. Bhoktāraṁ
yajña-tapasāṁ sarva-loka-maheśvaram [Bg.
5.29]. “Yo soy el único disfrutador, Yo soy el único propietario”.
Lo dice Kṛṣṇa, esa es la realidad. Nosotros cambiamos de cuerpo, pero Kṛṣṇa no
cambia. Esto debemos entenderlo, la prueba es que Kṛṣṇa dice vedāhaṁ samatītāni. Él recuerda el
pasado, el presente y el futuro.
Tal como Kṛṣṇa dice
a Arjuna en el capítulo cuarto, ustedes lo verán, Kṛṣṇa dice que “esta
filosofía del Bhagavad-gītā se la
hablé al dios del sol hace unos cuarenta millones de años”. ¿Cómo lo recuerda?
Porque Él no cambia de cuerpo, es una cosa muy simple. Nosotros no recordamos
porque cambiamos de cuerpo a cada instante, es un hecho medicinal. Los
corpúsculos de nuestra sangre cambian, a cada segundo el cuerpo cambia
imperceptiblemente, el cuerpo cambia imperceptiblemente. Por eso, los padres no
se dan cuenta de cómo el cuerpo cambia imperceptiblemente. Pero si viene una
tercera persona, si viene y de pronto ve al niño, el niño ha crecido, es mucho
mayor, él dice, “¿oh, cómo has crecido tanto?”. Pero los padres no ven que haya
crecido tanto, porque lo están viendo siempre y el cambio se produce de un modo
imperceptible, a cada instante.
Es como una
proyección de cine, las imágenes cambian pero cambian de tal manera que lo
único que vemos es una persona que baila, pero su danza significa que está
cambiando de cuerpo, está cambiando su imagen. Del mismo modo, nuestro cuerpo
también cambia, pero yo no cambio y ustedes no cambian, lo que cambia es mi
cuerpo. Esto debe entenderse.
dehino ’smin yathā dehe
kaumāraṁ yauvanaṁ jarā
tathā dehāntara-prāptir...
[Bg.
2.13]
Somos todos almas
individuales, y somos eternos, pero como estamos cambiando de cuerpo existen
los cálculos de nacimiento, muerte, vejez y enfermedades. Así que nuestro
movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa significa que para salir de esa posición
cambiante tenemos que llegar a la posición permanente, porque somos eternos.
Esa debe ser la cuestión, que todo el mundo quiere vivir eternamente, nadie
quiere morir. Todo el mundo. Si yo ahora me pongo ante usted con una pistola,
“le voy a matar”, inmediatamente usted se echará a llorar porque no quiere
morir. Morir y volver a nacer no es una cosa muy gustosa, es algo muy penoso.
Imperceptiblemente yo lo sé, sé que si muero tendré que nacer de nuevo, tendré
que situarme de nuevo en el vientre de la madre, y tal vez la madre que me
toque hoy está matando al niño dentro del vientre, y entonces tendré que ir a
otra madre. Este proceso está ocurriendo, y esos problemas, esos pesares, ser
matado, vivir en el vientre de la madre, esas cosas son muy penosas; y en el
subconsciente, en la subconsciencia conocemos todos esos problemas, por eso no
queremos morir porque tendremos que recibir de nuevo, aceptar de nuevo otro
cuerpo; y el proceso de aceptar un cuerpo es muy largo y muy penoso. Sabemos
todo esto y por eso no lo queremos.
La cuestión, por lo
tanto es que si yo soy eterno, ¿por qué me veo en esta vida temporal? Es una
pregunta inteligente. Ese es el problema, pero esos sinvergüenzas han dejado de
lado el verdadero problema. Lo que piensan es en cómo comer, cómo dormir, cómo
tener relaciones sexuales y cómo defenderse. Pero incluso si usted come muy
bien o duerme muy bien, al final tendrá que morir, el problema sigue ahí. Pero
a ellos el verdadero problema no les interesa, están muy alerta en lo que
respecta al problema temporal, pero ese problema temporal no es en realidad un
problema verdadero. También las aves, los mamíferos comen y duermen, tienen
relaciones sexuales y se defienden. Si ellos saben todo eso sin haber llegado a
la forma humana, sin tener educación suficiente, sin tener lo que le han dado
en llamar civilización, si saben cómo vivir, cómo dormir y cómo defenderse, si
ellos pueden vivir, ¿qué problema tienen ustedes? Esas cosas no son problemas.
Los sinvergüenzas dicen que la superpoblación y todas esas cosas, pero todo eso
no son problemas. El verdadero problema es que yo no quiero morir ¿Por qué
entonces viene la muerte? ¿Por qué? Ese es el verdadero problema. Pero esos
sinvergüenzas no lo saben. Ellos piensan que los problemas son esas cosas
temporales. Vivirán cincuenta años y quizás... Eso se explica en el siguiente
verso, mātrā-sparśās tu kaunteya
śitoṣṇa-sukha-duḥkha-dāḥ [Bg. 2.14].
Como nosotros ahora
nos vemos en tantos problemas. Supongamos que hace un frío intenso. Eso también
es un problema. Tenemos que buscar un buen abrigo, un lugar donde calentarnos,
un fuego, y... Esas cosas también son problemas. Si no los podemos conseguir
sufrimos. Esos son problemas, pero son problemas temporales. El frío intenso,
el invierno ha venido y acabará marchándose, no es un problema permanente. El
problema permanente se debe a mi ignorancia, yo tengo que nacer, tengo que
aceptar la muerte, aceptar la enfermedad, aceptar la vejez. Ese es el verdadero
problema, esos son los verdaderos problemas. Por eso Kṛṣṇa ha dicho, janma-mṛtyu-jarā-vyādhi-duḥkha-doṣānudarśanam
[Bg. 13.9]. “En realidad, quienes poseen conocimiento
deben prestar atención a estos cuatro problemas, el nacimiento, la muerte, la
vejez y las enfermedades”.
Tathā
dehāntara-prāptiḥ. Kṛṣṇa dice que “hemos existido, hemos existido con un
cuerpo distinto, ahora existimos en otro cuerpo distinto y en el futuro también
existiremos en un cuerpo distinto”. Tathā
dehāntara-prāptiḥ, de ese modo transmigramos de cuerpo en cuerpo, pero
existimos. Esa es la esencia de este verso.
dehino ’smin yathā dehe
kaumāraṁ yauvanaṁ jarā
tathā dehāntara-prāptir
dhīras tatra na muhyati
[Bg. 2.13]
Dhīras tatra na muhyati, es algo muy sencillo,
es muy simple. Pongamos que un jovencito, un niño cambia de cuerpo, las
características de su cuerpo. Un niño, por ejemplo, no tiene bigote ni barba,
pero de repente le crecen esos pelos. Así él llora, “oh, ¿por qué me crece el
cabello? ¿Por qué crezco? ¿Por qué es el cambio necesario del cuerpo?”. Porque
debe estar confuso, “¿por qué cambia mi cuerpo?” Del mismo modo, mi cuerpo está
cambiando, de este cuerpo paso a otro cuerpo, voy a morir. ¿Por qué debe
confundirme esto? La inteligencia es que “¿qué tipo de cuerpo voy a obtener
después?”. Eso es inteligencia. Por lo demás, ¿por qué debemos estar perplejos
o confusos? Dehāntara-prāptiḥ.
Si te preparas
debidamente... Como en la infancia, cuando usted es niño, si se prepara
debidamente con alguna educación, entonces tiene un buen trabajo, una buena
situación y va a ser feliz. Hay que prepararse también para la próxima vida.
Del mismo modo, si usted se prepara en esta vida para ir de regreso al hogar,
de vuelta a Dios, ¿qué clase de confusión puede haber? No hay confusión, voy
con Kṛṣṇa, me voy de regreso al hogar, de vuelta a Dios; ahora no tendré que
volver a cambiar de cuerpo material, tendré mi cuerpo espiritual. A partir de
ahora podré jugar con Kṛṣṇa, danzar con Kṛṣṇa, comer con Kṛṣṇa. Ese es el
movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa, la conciencia de Kṛṣṇa. Prepararse para
la próxima vida. No sea... El hombre, el moribundo llora, grita porque tal vez
está soñando con su siguiente vida, un vida horrible. Porque según el karma... Las personas que son muy pecaminosas
lloran, gritan porque ven escenas horribles en el momento de la muerte, y van a
tener que recibir un tipo de cuerpo... Pero quienes son piadosos, los que son
devotos, mueren sin ningún tipo de ansiedad, mueren. La muerte puede venir...
Se da el ejemplo de
que... Los necios pueden decir que “ustedes, devotos, ustedes morirán, y las
personas pecaminosas, los no devotos también mueren. ¿Cuál es la diferencia?”.
Pero no, hay diferencia, hay una diferencia. Esto se explica con un ejemplo, el
ejemplo de la gata que sujeta a su cachorro o sujeta al ratón. Antes hemos
visto que la gata lleva al ratón en la boca y también puede llevar a su
cachorro, al gatito, en la boca, pero hay una diferencia en el modo de sujetarlo.
El gatito siente placer, “mi madre me lleva”. Y el ratón siente el aliento de
la muerte, “oh, ahora voy a morir”. Esa es la diferencia. Así, aunque tanto el
devoto como el no devoto mueren, hay una diferencia de sentimiento en el
momento de la muerte, como el ratón y el gatito. Y no piensen que los dos
mueren en el mismo proceso. El proceso puede ser el mismo pero la situación es
diferente.
Tyaktvā
dehaṁ punar janma naiti mām eti kaunteya [Bg.
4.9]. Ahí está la fórmula. Kṛṣṇa dice janma karma ca me divyaṁ yo jānāti tatvattaḥ. Simplemente se trata
de entender quién es Kṛṣṇa, divyam.
Son todas cosas divinas, trascendentales. Las actividades de Kṛṣṇa, el
advenimiento de Kṛṣṇa, la adoración de Kṛṣṇa, el templo de Kṛṣṇa, las glorias
de Kṛṣṇa ---todo es trascendental. Quien entiende esas cosas o trata de
entenderlas, aunque no las entienda, si simplemente trata de entenderlas, esa
persona se libera del proceso del nacimiento y la muerte. Lo dice Kṛṣṇa. Por lo
tanto, ustedes tienen que ser muy serios en entender a Kṛṣṇa, y en permanecer
conscientes de Kṛṣṇa. Entonces este problema del nacimiento, la muerte, la
vejez y las enfermedades se resolverá por si solo de forma natural, muy
fácilmente, no habrá problema.
Esa es la función de
la forma de vida humana, entender que “yo soy eterno”. Kṛṣṇa dice, “Yo ya
existía en el pasado, nosotros ya existíamos en el pasado, en el presente
existimos, y en el futuro continuaremos existiendo”. ¿Por qué, entonces, he
recibido este cuerpo mediante el cual realmente, no realmente sino
superficialmente, existo? Ese el problema. Un dhīra significa una persona sobria que pensará en estos problemas.
Pensará, “yo quiero vivir, ¿por qué viene la muerte? Quiero llevar una vida muy
sana, ¿por qué viene la enfermedad? Yo no quiero envejecer, ser un anciano,
¿por qué viene la vejez?”. Janma-mṛtyu-jarā-vyadhi
[Bg. 13.9]. Esos son los problemas. Resuelvan este problema
simplemente por aceptar el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, simplemente por entender
a Kṛṣṇa. Y para entender a Kṛṣṇa tienen el Bhagavad-gītā,
donde se explica muy bien.
Ustedes tienen que
alcanzar el éxito en la vida, el éxito de que “yo no soy el cuerpo”. Simplemente
con entender que “yo no soy el cuerpo, yo estoy corporificado en este cuerpo,
enjaulado, pero no soy la jaula”. Del mismo modo que un pájaro está dentro de
su jaula. La jaula no es el pájaro, pero los necios se dedican a cuidar la
jaula, no el ave. El pájaro está pasando hambre y sufre. Y nosotros estamos
pasando hambre espiritual. Por eso, nadie es feliz en el mundo material. Hambre
espiritual. Por eso vemos en un país tan opulento como los Estados Unidos, hay
suficiente comida, suficiente lugar donde vivir, suficiente disfrute material,
y aun así la gente se hacen hippies, por todo el mundo. No están satisfechos
porque pasan hambre espiritual. Materialmente podemos ser muy opulentos, muy
ricos, pero si usted pasa hambre espiritual no puede ser feliz. Este es el
proceso.
Se necesita un
rejuvenecimiento espiritual. Ahaṁ
brahmāsmi, “yo no soy el cuerpo. Soy Brahman, alma espiritual”. Entonces
usted será feliz. Brahma-bhūtaḥ
prasannātmā na śocati na kāṇṣati [Bg. 18.54], samaḥ sarveṣu... Entonces habrá igualdad, fraternidad, hermandad.
Si no es así, todo será falso, simplemente palabras grandilocuentes. No, esas
son cosas que no pueden ser. Elévese al plano espiritual, brahma-bhūtaḥ prasannātmā na socati na... [Bg.
18.54], samaḥ sarveṣu
bhūteṣu. Entonces usted podrá ver las cosas de un modo ecuánime. Si no es
así, lo que verá es que “yo soy un ser humano, tengo manos y piernas, y la
pobre vaca no tiene ni manos ni piernas. Matémosla y comámosla”. No. Samaḥ sarveṣu bhūteṣu. Asamata. Falta de
igualdad. ¿Por qué? ¿Qué derecho tiene usted para matar a otro animal? Se debe
a que le falta la visión de igualdad, de ecuanimidad, por falta de conciencia
de Kṛṣṇa. Por lo tanto, la mal llamada educación, la cultura, la fraternidad de
este mundo material son todos cosas falsas, supercherías. El proceso de
conciencia de Kṛṣṇa es el tema correcto para ser estudiado por las personas
sanas, cuerdas, sobrias, dhīra. Esa es
la manera de que la sociedad sea feliz, no hay otra. Muchas gracias. (Fin)