Conferencia de Su Divina Gracia
A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda
El cómo y el porqué del movimiento Hare Kṛṣṇa
Londres, 26 agosto 1973
(oraciones maṅgalācaraṇa) Śrīla Prabhupāda dice en
medio de las oraciones, “Nadie se siente de espalda a las Deidades”.
Prabhupāda: Damas y caballeros, les agradezco mucho que hayan
venido aquí a participar en las actividades de este movimiento para la
conciencia de Kṛṣṇa. Ustedes poseen ya una cierta comprensión acerca de este
movimiento. Aun así, como ustedes han tenido la bondad de venir aquí, les
trataré de explicar en qué consiste este movimiento. Este movimiento significa
despertar la conciencia original de la entidad viviente. Hay muchos tipos de
seres vivos o de entidades vivientes, hay ocho millones cuatrocientos mil tipos
distintos. Hay en el agua 900.000 especies vivientes y 2 millones de especies
vivientes tienen forma de árboles y de plantas. Jalajā nava-lakṣāṇi sthāvarā
lakṣa-viṁśati. A continuación, entre insectos y reptiles hay un millón cien
mil especies distintas. Y hay también un millón de aves. Pakṣiṇāṁ daśa-lakṣaṇam.
Después hay tres millones de animales, en general. Hay tres millones de especies
de animales, de mamíferos, de animales de cuatro patas y a continuación hay
400.000 formas de seres humanos, entre las cuales el hombre civilizado es la
que hay que tener en cuenta. Todas las demás especies están en un estado de
vida inferior. No pueden entender el proceso de conciencia de Kṛṣṇa. No les es
posible. La conciencia se desarrolla en el cuerpo de forma humana. También el
árbol tiene conciencia. Ahora se ha demostrado científicamente. Cuando usted corta
un árbol, cuando quita las hojas, el árbol lo siente, se ha demostrado, queda registrado
en una máquina. Es una máquina que ha sido inventada por el señor Jagadish
Chandra Bose, un gran físico de Calcuta. Todo el mundo tiene conciencia, de
ello no hay la menor duda. Pero la conciencia desarrollada sólo se encuentra en
el ser humano. Y el estado de conciencia más elevado es el estado de conciencia
de Kṛṣṇa. Por eso, nosotros ahora pedimos a todos los habitantes del mundo que
ahora que tienen una conciencia desarrollada, más elevada que la de los
animales inferiores, que la de las aves, que la de los árboles y que la de los
mamíferos. Ahora tienen que seguir desarrollando esa conciencia para que puedan
recobrar su conciencia original, que se llama conciencia de Kṛṣṇa. Entonces su
vida será un éxito. Este es el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa.
Ya tienen conciencia. Un niño, un bebé ya tiene
conciencia. Va a la escuela, va a las universidades. Y allí desarrolla su
conciencia. Puede entender las verdades científicas, hasta llegar a ser una
persona muy importante, una persona de éxito. Estas son consideraciones que se
hacen en el mundo material. Y del mismo modo, el desarrollo de una conciencia
superior es la conciencia espiritual. Esto se llama conciencia de Kṛṣṇa. La
conciencia espiritual debe cultivarse en primer lugar entendiendo que todos
somos seres espirituales. No somos el cuerpo material, eso lo tenemos que
entender antes que nada. Dentro del cuerpo material se halla en alma
espiritual, y esa alma espiritual, debido a la ignorancia desea la complacencia
material de los sentidos; por eso tiene que trasmigrar, pasando por diversos
cuerpos. Y tan pronto como recibimos un cuerpo material –no importa si es un
cuerpo de rey o un cuerpo de perro, eso no importa– debido a que el alma
espiritual ha recibido ese cuerpo material, tiene que soportar las tres
condiciones de sufrimiento de la existencia material. Ese es el problema. Por
eso, Kṛṣṇa nos aconseja, mātrā-sparśās tu kaunteya śītoṣṇa-sukha-duḥkha-dāḥ [Bg. 2.14]. Nuestra
comprensión material de los sufrimientos y el placer se basa en el cuerpo.
Cuando el cuerpo siente frío, nos cubrimos. Cuando el cuerpo siente mucho
calor, se descubre. Ese abrigarse o desabrigarse se debe a los cambios de
estación. Por eso, el mundo material significa que siempre cambia. Se llama jagat.
Jagat significa que siempre cambia. Y en función de los cambios del mundo
material sentimos dolores y placeres en el cuerpo material. Por esa razón, Kṛṣṇa
nos aconseja, mātrā-sparśās tu kaunteya śītoṣṇa-sukha-duḥkha-dāḥ. Los
dolores y los placeres materiales se dan en función del cuerpo. Pero no somos
el cuerpo, somos almas espirituales. Nuestra principal misión es cómo llevar al
alma a su posición original de eternidad. Ese es nuestro problema.
Estas cosas se explican muy claramente en el libro
titulado Bhagavad-gītā. Estamos presentando este Bhagavad-gītā tal como es, y todos los días por la
mañana tenemos clases en esta sala. Por ello, les invitamos a todos ustedes,
damas y caballeros, a venir aquí y tratar de entender el Bhagavad-gītā.
Hemos recibido esta oportunidad, la forma humana de vida. Podemos entender quien
soy yo, quien es usted. No somos el cuerpo; somos almas espirituales. Y como
almas espirituales, somos eternas, llenas de bienaventuranza y plenas de
conocimiento. Pero debido a la cubierta material, sufrimos los tormentos
materiales, los tres tipos de vida miserable. Es muy difícil, un poco, pero ése
es el problema. Esto tenemos que entenderlo, de lo contrario estamos perdiendo
la oportunidad que representa esta forma humana de vida. Si dejan de lado estos
aspectos, simplemente son como animales. Los animales no les interesa esta filosofía
de la vida, entender que “yo no soy el cuerpo, soy un alma espiritual y estoy
en este cuerpo como en una jaula. De una u otra forma, tengo que librarme de
este enredo y de nuevo recobrar mi conciencia original y ser feliz, gozar de
vida eterna, llena de bienaventuranza y llena de conocimiento”. Ese es el
problema. Pero la gente ahora es tan torpe, tan sinvergüenza, que ni siquiera
se preocupa de entender esta filosofía de la vida, de que “yo no soy este cuerpo,
que soy un alma espiritual”. Y en realidad, el hecho de que somos distintos del
cuerpo es algo que podemos entender incluso en nuestra vida diaria. Todos
nosotros, por ejemplo, hemos tenido un cuerpo de bebé, un cuerpo de niño, un
cuerpo de joven. Yo, ahora soy un anciano, pero puedo recordar que he tenido un
cuerpo de bebé. Yo personalmente, recuerdo que cuando tenía seis meses de edad,
estaba acostado en el regazo de mi hermana mayor. Lo recuerdo todavía, ella
estaba haciendo punto. Después recibí otro cuerpo, y otro cuerpo, y otro, y en
función del desarrollo del cuerpo, pasé por diferentes estados de conciencia,
como por ejemplo, la conciencia del niño es diferente de la conciencia del
padre. De modo que en realidad recibimos diversos cuerpos a cada momento, y la
conciencia también cambia en función del cuerpo. Es un hecho. Yo recuerdo que
he tenido aquel cuerpo y el otro, y hacía todas aquellas tonterías cuando era
niño. Todas estas cosas las recuerdo. Por eso yo, la persona, el alma, existo
aunque los cuerpos no existen. Es un hecho. Aquellos cuerpos, mi cuerpo de
bebé, mi cuerpo de niño, mi cuerpo de joven ya no existen, es un hecho. Ahora
tengo un cuerpo distinto, pero recuerdo que he tenido aquellos cuerpos. Por eso
la conclusión es que a pesar del cambio de cuerpo, el alma espiritual sigue
siendo eternamente la misma. Del mismo modo, cuando tenga que cambiar este
cuerpo, obtendré otro cuerpo distinto. Tathā dehāntara-prāptir [Bg. 2.13]. Eso se llama trasmigración del alma.
Por desgracia no se da educación acerca de este
conocimiento espiritual en ninguna escuela, en ninguna universidad, aunque los
libros existen. Pueden leerlos y por leerlos entender la posición constitucional
del alma. Pero no está organizado. Tal vez, este movimiento para la conciencia
de Kṛṣṇa sea la única institución que enseña a la gente que no es el cuerpo,
que es el alma espiritual, que es diferente del cuerpo y que transmigra de un
cuerpo a otro, de nacimiento a muerte. En realidad, el alma espiritual no pasa
por el nacimiento y la muerte. Na jāyate na mriyate vā kadācit [Bg. 2.20]. El alma espiritual es
eterna. Ni nace ni muere. El cuerpo cambia. Y los cambios del cuerpo se
denominan nacimiento y muerte. Somos eternos, y por ello nadie prefiere morir,
porque somos eternos por constitución. La persona no quiere cambiar, pero hay
algún poder que la obliga a cambiar. Esa es la comprensión, “yo no prefiero
morir. ¿Qué fuerza es ésta que me obliga a tener que morir? Yo no deseo
envejecer, pero hay un cierto poder que me obliga a envejecer”. Ése es mi
problema. Por desgracia, hemos abandonado el verdadero problema de la vida.
Estamos muy confusos con la existencia temporal del cuerpo, digamos durante
algunos años, cincuenta años, cien años. Pero somos eternos y no nos
preocupamos del alma eterna, qué necesita esa alma. Pero en una persona más
evolucionada, la conciencia espiritual se desarrolla de forma natural. Y en ese
momento ya no se siente satisfecha con las comodidades del cuerpo material. En
Occidente, ese sentimiento ahora ha cobrado tanta importancia porque hay muchos
jóvenes confusos, frustrados, los hippies. No están satisfechos con el modo de
vida que llevan sus padres y sus antepasados. Lo que hacen es protestar. Eso
significa que están pasando hambre espiritual. Por eso vemos que tan pronto
como un swami o un yogi viene de la India, acuden en masa a verlo. Corren a
recibir algún mensaje, porque tienen ya esa inquietud. Athāto brahma-jijñāsā.
Ahora deben aprovechar esa inquietud que sienten, y aprovechar el movimiento
para la conciencia de Kṛṣṇa. Es para su beneficio. Ustedes quieren algo
espiritual y aquí tienen el movimiento espiritual, el movimiento para la
conciencia de Kṛṣṇa. Simplemente tienen que estudiar este movimiento con gran
atención y con mucha inteligencia. Entonces entenderán que esto es lo que
estamos buscando. Así es.
Por ello, estamos abriendo templos por todo el
mundo. En los Estados Unidos tenemos ya cerca de cincuenta templos y en su
Europa ya tenemos una media docena más, tenemos una docena de templos, contando
entre ellos el de Francia, Alemania, en Ámsterdam, en Inglaterra, en Irlanda,
en Escocia. Este es un nuevo centro, en el que nos hallamos ahora, que hemos
abierto. Esta casa nos la ha regalado bondadosamente George Harrison, es un
buen chico, él practica el proceso de la conciencia de Kṛṣṇa. De modo que ahora
poseen facilidades para entender en qué consiste el movimiento para la conciencia
de Kṛṣṇa. Lo único que les pedimos es que se beneficien de este centro que
hemos abierto. No cobramos nada. No tienen que pagar nada. Si vienen por la
mañana a acompañarnos, a participar, tenemos una clase cada día. Estamos
veinticuatro horas ocupados en el templo, pero especialmente tenemos clases por
la mañana de siete a ocho y otras clases, además de ārātrika. Seis veces
al día hacemos ārātrika, bhoga. Estamos ocupados las veinticuatro horas
del día. Pueden venir en cualquier momento. Tenemos libros. Tenemos un proyecto
de publicar sesenta libros. Hasta ahora hemos publicado ya veinte libros,
libros muy grandes, cuatrocientas páginas cada uno. De modo que si lo entienden,
si quieren entender este movimiento a través de la filosofía, de la ciencia y
una buena lógica, con argumentos, tenemos argumentos más que suficientes para
convencerlos de lo bueno y lo importante que es el movimiento para la
conciencia de Kṛṣṇa. Pero supongamos que no les interesa leer, o no saben leer,
que no pueden entender la filosofía, aun así tenemos un método muy sencillo,
cantar el mantra Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa,
Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare.
Así que, tanto si son eruditos, o son personas
comunes, pueden beneficiarse de este movimiento, no necesitan ninguna cualidad
en particular. Nosotros no decimos que antes de venir aquí tienen que reunir
unas ciertas cualidades. No. En cualquier condición, hasta un niño puede
participar. Si vienen, lo verán. Cuando hacemos kīrtana, hasta los niños
pequeños participan. Es un movimiento muy bueno. Y si participan en este
movimiento, de forma natural, enseguida, inmediatamente sentirán un éxtasis, éxtasis
espiritual. Y comenzarán a danzar. No les pedimos que dancen, pero el que canta,
de forma natural danza. Ésta es la importancia espiritual de este movimiento, e
invitamos a todo el mundo. No hay ningún tipo de restricciones en cuanto a
casta, credo o raza. Debido a que Dios es uno, y todo el mundo, conforme a
nuestra filosofía, todas las entidades vivientes... Como ya les he explicado,
hay 8.400.000 tipos distintos de entidades vivientes. Kṛṣṇa, el Señor Supremo
dice, “Yo soy el padre que aporta la simiente de todas las entidades
vivientes”. De modo que no hacemos discriminaciones ni siquiera entre hombres y
animales. También a los animales se les considera hijos del Supremo, pero su
vestimenta es distinta. Nosotros simplemente hemos cambiado de vestimenta. Y
debido a ese cambio de vestimenta, pensamos que morimos y que nacemos. Vāsāṁsi
jīrṇāni yathā vihāya [Bg. 2.22]. Este verso lo estábamos comentando esta
mañana. De modo que todas las entidades vivientes son hijos de Dios, Kṛṣṇa. Por
eso, las personas que son avanzadas en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa,
reciben el nombre de paṇḍita, que significa culto, o erudito. Paṇḍitāḥ
sama-darśinaḥ. El paṇḍita ve a todo el mundo con la misma visión.
vidyā-vinaya-sampanne
brāhmaṇe gavi hastini
śuni caiva śva-pāke ca
paṇḍitāḥ sama-darśinaḥ
[Bg. 5.18]
Esto es paṇḍita–-cuando podemos ver. Y eso es
realmente la existencia espiritual.
brahma-bhūtaḥ prasannātmā
na śocati na kāṇkṣati
samaḥ sarveṣu bhūteṣu
mad-bhaktiṁ labhate parām
Un devoto adquiere todas esas cualidades. Las
adquiere... La primera cualidad es que entiende que no es el cuerpo material
sino un alma espiritual. Eso es lo primero que entiende. Brahma-bhūtaḥ.
Y los signos de esa condición de vida, de que “yo no soy este cuerpo material.
Soy un alma espiritual”, son na śocati na kāṇkṣati. En esa situación, él
ha perdido todo interés por las pérdidas y las ganancias materiales. No es que
en brahma-bhūtaḥ, la persona espiritualmente iluminada, si de pronto...
Por ejemplo, de pronto hemos recibido esta hermosa casa. Es una mansión de 220.000 libras
esterlinas. No nos esperábamos tener una casa tan buena, tan cara, o tener
tanto dinero. Pero es un hecho que a veces vienen estas cosas. Estamos
manteniendo cien centros de este tipo. Pero nos los ha dado la gente. Kṛṣṇa
envía. Y porque hemos obtenido una casa tan buena, porque tenemos ahora esta
casa... Por supuesto, nos sentimos muy complacidos porque ahora podemos
acomodar a Kṛṣṇa aquí, instalar la Deidad y dirigir la adoración en el templo.
Eso sí nos hace felices, pero no desde el punto de vista material, “Oh, ahora
tenemos una casa tan buena”. No. Nosotros podemos dormir en la calle. Na kāṇkṣati.
Pero Kṛṣṇa nos la envía para ayudarnos en nuestra misión. Kṛṣṇa nos provee de
todo lo que necesitamos, es un hecho. Aunque no hemos hecho ningún esfuerzo
para construir esta casa o tantas otras casas, Kṛṣṇa nos provee, nos envía el
dinero, nos envía los medios para tener una casa tan buena, para acomodar a los
devotos confortablemente, para tener también buenos coches, para tener buena
comida, de todo. No falta de nada. No piensen que las personas conscientes de Kṛṣṇa...
Nosotros no hacemos negocios. No somos profesionales. Y aun así, vivimos mejor
que cualquier persona común. Ésa es la gracia de Kṛṣṇa. Kṛṣṇa dice, teṣāṁ
satata-yuktānām [Bg. 10.10], yoga-kṣmaṁ vahāmy aham. Él sabe, del
mismo modo que un padre conoce las necesidades de su inocente hijo. De su hijo
pequeño, de su hijo inocente, que simplemente depende de su padre y de su
madre. Y el padre y la madre saben qué necesita el niño para su comodidad. De
modo que el padre y la madre le abastecen de lo que necesita.
De modo que si dependen de Kṛṣṇa, porque Él es el
padre supremo, si dependen de Él completamente, todas sus necesidades... Él ya
les está dando todo lo que necesita para vivir. Eko yo bahūnāṁ vidadhāti kāmān.
Ésa es la diferencia entre Dios y un ser común y corriente. Dios también es un
ser vivo como usted y como yo. Él también es una persona, como ustedes son una
persona y yo soy una persona. Pero la diferencia está en que esa persona
provee, abastece a ilimitadas personas de todo lo que necesitan. Y nosotros,
que somos ilimitadas personas, dependemos de Dios. Ésa es nuestra filosofía.
Otra filosofía es que todo le pertenece a Dios y nada nos pertenece a nosotros.
Es un hecho. Por eso, como hijos de Dios, todo el mundo tiene el derecho de
utilizar la propiedad del Padre. Pero no debe tomar más de lo que necesita. Ésa
es nuestra filosofía. Quien toma más de lo que necesita, es un delincuente. De
forma similar, podemos vivir con toda comodidad en este planeta, porque este
planeta pertenece a Dios. No debemos identificarnos con los nombres de soy “inglés”,
soy “americano”, “hindú”, “africano” y luchar entre nosotros. Siempre debemos
saber que somos hijos de Dios. La propiedad de Dios. Podemos utilizar todo lo
que necesitemos por la gracia de Dios -tenemos provisiones en abundancia, no
hay escasez- y de ese modo ahorrar nuestro tiempo, vivir en paz, y cantar Hare
Kṛṣṇa.
Muchas gracias. (cortado) (Fin)
Invitado: (no se distingue)
Prabhupāda: Eso no es muy difícil.
Suponga que usted tiene hambre, usted puede comer lo que usted pueda digerir.
Usted mismo sabe cuánto usted puede comer. Pero si después de comer, usted toma
un poco de comida para tener en su casa, eso no es permitido. Usted puede comer
cuanto usted quiera, usted puede saber sus necesidades. Usted no necesita
instrucciones para saber cuánto necesita.
Invitado: Eso es un aspecto, pero
la comida es solo una comodidad. El mundo está muy preocupado sobre muchas
comodidades del momento. ¿Qué hay acerca de todas esas necesidades, cosas
materiales sin tratar...? Son cosas más importantes que la comida.
Devoto: Él dice que la comida es solamente una de las
necesidades del ser vivo. Pero en la sociedad actual también hay muchas otras
necesidades.
Prabhupāda: No. Sólo tenemos cuatro necesidades. Usted quiere
comida, quiere refugio, quiere complacer los sentidos y quiere defenderse. Eso
es todo. Āhāra-nidrā-bhaya-maithun. Son necesidades que están incluso en
los animales. También ellos comen, también ellos duermen, también tienen vida
sexual y también se defienden a su propia manera. Esas son las cuatro cosas que
usted necesita. Puede organizarse para tener esas cuatro cosas, pero no de una
forma extraordinaria. La gente tiene problemas porque aumenta sus necesidades
de forma artificial. Tan pronto como se acumulan más cosas de las que se
necesitan... Si usted acumula más de lo que necesita, yo también le imitaré
para acumular más de lo que yo necesito, y surgirá la competición. Es una
competición que existe hoy en día. Y esa es la causa de la guerra. Los que son
conscientes de la historia, saben que las dos grandes guerras que ha habido en
Europa fueron comenzadas por los alemanes debido a la gran envidia que sentían
por los ingleses. Los alemanes no podían hacer negocios en todo lo que abarcaba
el imperio inglés. Nosotros los hindúes lo sabemos. De modo que estaban muy
envidiosos de los ingleses y por eso comenzaron las dos grandes guerras mundiales.
De modo que si reunimos más... Ahora, el Imperio británico ya no existe. Si
reunimos más, si adquirimos más de lo que necesitamos, los otros sienten
envidia. Y de ese modo las envidias aumentan y eso es causa de guerras y la
causa de las luchas. Pero si usted se siente satisfecho, si se conforma con sus
necesidades mínimas o máximas, nadie sentirá envidia de usted. Es como un
elefante, por ejemplo, come treinta kilos de comida de una vez. Nosotros no
podemos comer ni un cuarto de kilo, pero no sentimos envidia del elefante
porque sabemos que él necesita comer tanto. Ni el elefante siente envidia de
nosotros. Usted puede reunir lo que necesite, puede comer –pero no más de esto.
De acuerdo a la ley de Dios, usted es un delincuente, merece un castigo. Ésa es
la ley de Dios. Es una cuestión de sentido común. Usted come, yo como. Es una
filosofía común. Yo tengo que comer lo que necesito y usted tiene que comer lo
que necesita. No es un gran problema filosófico. Todo el mundo sabe lo que come.
Pero no coma más. Supongamos que hay una cierta cantidad que puedo ingerir, si
como más que esto, sufriré indigestión. Ése es el castigo de las leyes de la
naturaleza. Me he enfermado de disentería y entonces tendré que ayunar durante
tres días porque he comido demasiado. Yuktāhāra-vihārasya yoga bhavati
siddhitaḥ. El Bhagavad-gītā explica que si usted quiere ser un yogi
o un espiritualista, no debe comer más de lo que puede digerir, de lo que puede
comer. Yuktāhāra. Puede satisfacer su hambre, pero conforme al principio
yóguico. O desde el punto de vista de la salud, incluso si usted come tanto, se
da cuenta de que “estoy comiendo tanto”, y sabe que no debe comerlo todo, debe
comer la mitad. Y debe dejarlo vacío, para llenarlo con agua, una cuarta parte
del estómago y otra cuarta parte debe de dejarla vacía, para que haya
ventilación y para hacer fácilmente la digestión. Ésa es la ley ayurvédica. Y
si cree que puede comer tantísimo, no debe comer tanto voluntariamente, debe
comer la mitad de lo que piensa que puedes comer y una cuarta parte debe
llenarla de agua y la otra cuarta parte debe dejarla vacía para que circule el
aire. De ese modo no se enfermará. Es un principio de higiene. Y tan pronto
como coma más de lo que puede ingerir, se enferma. Eso significa que recibe un
castigo. Similarmente, en todo lo que haga puede tener la parte que necesite,
pero no más. Eso ayuda en el cultivo de la conciencia de Kṛṣṇa. Yuktāhāra vihārasya yogo bhavati
siddhi.
Devoto: Este caballero pregunta que, “¿cómo podemos aplicar
eso a nivel internacional?”.
Prabhupāda: La nuestra es una sociedad internacional. Recogemos
personas de esta mentalidad, pero no pensamos que el mundo entero vaya a
seguirnos, no tenemos esas expectativas. Pero por todo el mundo hay personas a
quienes les gusta este movimiento; por eso nosotros decimos sociedad
internacional. Y está ocurriendo realmente. Nuestros devotos vienen de todas
partes del mundo, por eso es internacional.
Invitado: Muchas gracias.
Prabhupāda: Hare Kṛṣṇa. Está bien, canten Hare Kṛṣṇa. (Fin)
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