Discurso de llegada - Su Divina Gracia
A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda
Real solución a los problemas económicos
Ginebra, 30 mayo 1974
Guru-gaurāṅga: (Traduciendo del francés) En
nombre del cantón de Ginebra y de la ciudad, deseamos extender a usted nuestra
más sincera bienvenida. Esta república es un estado independiente, parte de
Suiza, y tiene la reputación de ser un gran centro de diálogo entre todos los
hombres de ciencia, filosofía y religión. Ginebra es la sede del Consejo
mundial de Iglesias, y hay un Pastor Protestante que actúa ahí como representante
del cantón de Ginebra. Única entre las ciudades del mundo, Ginebra ha tenido el
privilegio de recibir a muchos grandes líderes religiosos como el Papa Pablo
VI, la cabeza de la Iglesia Ortodoxa Rusa, y muchos otros. Como autoridades
civiles, nos sentimos muy animados por los grupos religiosos o espirituales
porque contribuyen a despertar la conciencia de la gente, siempre y cuando, por
supuesto, respeten las leyes. Por miles de años, el hombre ha tratado de buscar
la perfección por métodos religiosos y para nosotros lo más importante es que
esto se haga con tolerancia, que cualesquiera que sean los libros, sean los
libros de la India o la Toraḥ o el Corán, que contribuyan a un bienestar
general de todos los hombres y no a que luchen entre sí. Hoy en día existe la
necesidad de que los hombres se entiendan unos a otros mejor y de que se
escuchen unos a otros mejor. El mundo moderno no tiene ni tiempo ni interés en
tolerar divisiones entre los hombre, especialmente en el plano espiritual. Como
resultado, todo el mundo debe tratar de mejorar el destino del hombre
individual por esos medios. ¿No debemos entonces tratar de hallar un lenguaje
común con el que resolver esos problemas, respetando al mismo tiempo la
dignidad del hombre común? Y finalmente esperamos que este viaje a Europa de a
Su Divina Gracia le de nuevas perspectivas en la búsqueda de la verdad.
Prabhupāda: ¿Puedo hablar en inglés?
Guru-gaurāṅga: (Él pregunta en francés) El
presidente dice que usted puede hablar directamente en inglés, no necesita
traducción.
Prabhupāda: Sr. Presidente, damas y
caballeros, las amables palabras que ustedes han pronunciado para recibirme, se
las agradezco mucho. En nuestra prédica seguimos el principio del bhāgavata-dharma, y nosotros no decimos “Esta
es la religión cristiana” o “La religión Hindú” o “La religión musulmana”. Nosotros
hablamos la ciencia de Dios. Así que en el Śrīmad-Bhāgavatam
hay un verso que dice,
sa vai puṁsāṁ paro dharmo
yato bhaktir adhokṣaje
ahaituky apratihatā
yenātmā samprasīdati
“Que el
sistema religioso de primera clase es aquel que enseña a sus seguidores a amar
a Dios”. No es importante de cuál tipo de religión se trate, o proceso
religioso. Phalena paricīyate. Es
algo que se muestra por su resultado, cuanto uno ha aprendido a amar a Dios. Sa vai puṁsāṁ paro dharmaḥ. Hay dos
tipos de ocupaciones religiosas: una es llamada inferior y la otra es llamada
superior. El sistema religioso superior es aquel que enseña a sus seguidores a
amar a Dios. Ahora, ¿qué tipo de amor? Eso también está expresado aquí: ahaitukī, libre de motivaciones, y apratihatā. Apratihatā significa que ese
sistema religioso no lo puede obstaculizar ningún tipo de impedimento material.
Si nos elevamos a esa plataforma, entonces ātmā-ātmā
significa la mente, el alma y también el cuerpo, inteligencia— todo eso alcanza
una plena satisfacción.
Nuestro
principio de enseñanza está basado en el Bhagavad-gītā.
(Al lado) Dale a él un libro. Tal vez han escuchado este título del Bhagavad-gītā, y tal vez alguno de
ustedes lo ha leído, Bhagavad-gītā. Bhagavad-gītā fue hablado en el Campo de
Batalla de Kurukṣetra a grupos de primos-hermanos. Ellos estaban enfrentados a
ver quién ocupaba el reino, y en ese lugar estaba el Señor Kṛṣṇa, quien es la
Suprema Personalidad de Dios, actuando como auriga de uno de los bandos,
Arjuna. Arjuna trató de evadir el combate porque en el otro bando estaban sus
familiares, hermanos. En ese momento se estaba lamentando por sus relaciones corporales:
“En el otro bando está mi hermano, mi abuelo, mis sobrinos, mis cuñados”. Así
que esa fue la situación en la que se habló el Bhagavad-gītā. Primero que todo, Kṛṣṇa explicó que “No somos el
cuerpo”. La primera instrucción que dio,
dehino 'smin yathā dehe
kaumāraṁ yauvanaṁ jarā
tathā dehāntara-prāptir
dhīras tatra na muhyati
La
primera enseñanza en la vida espiritual es entender que “Yo no soy este
cuerpo”. Se da el ejemplo, es algo muy sencillo, yo estoy presente ahora, pero
puedo recordar que tuve un cuerpo pequeño y que estaba en el regazo de mi
madre. Puedo recordar cuando tenía seis meses de edad, estaba en los regazos de
mi hermana mayor y ella me acunaba. Todavía lo recuerdo. Todos recordamos que
hemos tenido un cuerpo pequeño, y después otro cuerpo pequeño, y después otro
cuerpo pequeño. Esos cuerpos se han ido. Ahora tengo un cuerpo distinto, pero
puedo recordar que he tenido todos aquellos cuerpos. Por eso la conclusión a la
que tiene que llegar el hombre sobrio es que “Aunque hemos cambiado pasando por
tantos cuerpos, yo, la persona, el alma, sigo existiendo”. Por eso el Bhagavad-gītā says, tathā dehāntara-prāptiḥ
[Bg. 2.13]. Similarmente, cuando yo abandone este cuerpo,
tendré que aceptar otro cuerpo. Este es el comienzo de la comprensión, que “Yo
no soy este cuerpo. De que estoy viviendo en este cuerpo, del mismo modo que no
soy el abrigo, pero vivo dentro del abrigo”. Hay un ejemplo muy claro en el Bhagavad-gītā. Si lo leemos, podremos
entender que “Yo no soy este cuerpo. Soy un alma espiritual”. Cuando tenemos
esa realización que “Soy un alma espiritual”, ahaṁ brahmāsmi... Las palabras exactas que se utilizan en la
literatura védica, ahaṁ brahmāsmi. Ese
es el estado que hay que alcanzar en la forma de vida humana. En las formas de
vida animales, esta comprensión de que “Yo no soy este cuerpo, soy un alma
espiritual”, en el estado de vida animal no es posible entender. Pero en la
forma de vida humana si es posible porque el ser humano es más avanzado en
conciencia y conocimiento, y si ha recibido educación, él puede entender. Y si
realmente entiende, entonces su posición se vuelve brahma-bhūtaḥ, auto-realizado, prasannātmā.
Inmediatamente se llena de júbilo. Ya no hay la menor causa de tristeza. Ese es
el síntoma. Brahma-bhūtaḥ prasannātmā na
śocati na kāṅkṣati [Bg. 18.54]. Entonces ya no hay más anhelo
o lamentación. Samaḥ sarveṣu bhūteṣu.
En esa fase, el estado brahma-bhūtaḥ,
podemos ver que todos son almas espirituales. Ya no veo a un americano o a un
caballero francés o a un caballero suizo o a un gato o aun perro o un árbol, lo
que veo es el alma espiritual. En ese estado espiritual, el estado brahma-bhūtaḥ, samaḥ sarveṣu bhūteṣu, podemos ver que dentro del cuerpo está el
alma espiritual, y que debemos actuar para beneficio del alma espiritual, no
para el cuerpo temporal.
Nuestro
movimiento para la conciencia Kṛṣṇa justamente se basa en los principios de
este Bhagavad-gītā, para comprender
su verdadera identidad, identidad espiritual. Paṇḍitāḥ sama-darśinaḥ.
vidyā-vinaya-sampanne
brāhmaṇe gavi hastini
śuni caiva śva-pāke ca
paṇḍitāḥ sama-darśinaḥ
Aquel que
realmente es paṇḍita... Paṇḍita significa
culto, y sabiduría espiritual, él ve que el gran sabio erudito, brāhmaṇa, y un perro, un elefante, una vaca,
o un hombre de bajo origen, todos están en el mismo plano de la vida
espiritual. A no sea que nos elevemos hasta ese
plano, todas nuestras supuestas luchas y sectarismos continuarán. Queremos
enseñar a la gente… No solo grupos sectarios en India o los así llamados
hindúes o musulmanes o cristianos. Todos. Porque todos somos almas espirituales,
y tan pronto como entiendan que “No soy este cuerpo. Soy un alma espiritual”, entonces
se volverán completamente felices. Yenātmā
samprasīdati. Así que las personas no se sentirán ni felices, ni
satisfechas, mientras no se eleven a ese plano de comprensión espiritual. Nuestro
humilde método se basa en este principio, que “No soy este cuerpo. Soy alma
espiritual”. Y que el alma espiritual es eterna; y por lo tanto debe elevarse
al plano de la felicidad eterna, vida eterna y el conocimiento completo. Esa es
la perfección de la vida. Y en todo tipo de religión —no importa quien la
enseñe— que enseñe esta filosofía de vida, es un sistema religioso de primera
clase. Esa es nuestra conclusión.
Muchas
gracias. Hare Kṛṣṇa.
Guru-gaurāṅga: (Tiene una conversación con
alguien en francés) Al presidente le gustaría hablar con usted unos minutos.
Prabhupāda: Sí. Dame un poco de agua. (Más
conversación en francés) Fui recibido formalmente por el Cardenal de Francia.
Guru-gaurāṅga: Danielou.
Prabhupāda: Daniel. (Francés)
Guru-gaurāṅga: Él dice que la conversación que
usted tuvo con el Cardenal fue muy interesante.
Prabhupāda: Sí. A no ser que nos elevemos a
la posición de entender que “Yo no soy este cuerpo”, no comienza el verdadero
conocimiento espiritual. (Conversación en francés)
Guru-gaurāṅga: Aunque el Señor Presidente
entiende la filosofía, no comprende porqué es necesario que nos vistamos de
forma distinta.
Prabhupāda: El vestirse de modo distinto
significa que usted tuvo que pagar por ello. Por ejemplo, podemos ir a un
sastre, él le dará una vestimenta según lo que usted le pueda pagar. Similarmente,
de acuerdo a nuestro karma, de
acuerdo a nuestras actividades, la naturaleza material nos da distintos tipos
de cuerpos. Así lo explica el Bhagavad-gītā.
Prakṛteḥ kriyamāṇāni guṇaiḥ karmāṇi sarvaśaḥ [Bg. 3.27]. De
acuerdo... Porque realmente yo no poseo este cuerpo material, pero debido a que
estoy en este mundo material, la naturaleza me da un determinado tipo de cuerpo
en función de mis actividades. (Conversación en francés)
Guru-gaurāṅga: Hablando de vestimenta, el Señor
Presidente dice que él ha estado en India, y entiende que en India la gente se
vista así. Pero por qué sus discípulos en Europa o en América se visten de esta
manera. ¿Es eso necesario?
Prabhupāda: No. Eso no es necesario. Usted
puede vestirse como desee. Eso no es importante, porque el vestido es algo
muerto. La realidad es que queremos un ser vivo que pueda entender. Esa es la
verdadera posición.
Guru-gaurāṅga: Al Señor Presidente le gustaría
saber, si este movimiento sigue creciendo y creciendo, ¿no va terminar creando
problemas en cuestiones de trabajo, economía? ¿No va a sufrir la economía si
nuestro movimiento cada vez crece más y más?
Prabhupāda: No. La economía no va a sufrir, pero
la economía simplemente se simplificará porque nos hemos creado una economía
artificial. Realmente, en el Bhagavad-gītā
vemos que el problema económico se resuelve cultivando cereales. Ahí lo afirma,
annād bhavanti bhūtāni [Bg. 3.14] “Por
comer cereales, tanto los hombres como los animales, se ponen fuertes y
robustos”. Eso es un hecho. De acuerdo al Bhagavad-gītā,
el problema económico se puede resolver en todas partes. Si usted posee, si
usted tiene algo de tierra, usted puede producir sus cereales y darlo a sus
animales, especialmente las vacas, y ellas a cambio le darán a usted leche. Así
que si usted tiene leche, frutas, vegetales y cereales, todo el problema
económico se resuelve. Hemos comenzado a dar este ejemplo en Nueva Virginia. Un
grupo de personas, tenemos unos quinientos acres de tierra, y tenemos vacas, y
ellos trabajan para cultivar vegetales y cereales. De moco que no tienen que
irse a otro sitio para resolver el problema económico. Ahora mismo —acabo de
llegar de India— en Bombay había una huelga, huelga ferroviaria. Las personas
tienen que pasar tantas miserias para ir a su trabajo a cincuenta millas,
cuarenta millas, cien millas, para ganarse el pan. Ese tipo de situación
económica ha aumentado los problemas de la vida. En cambio si aceptamos esta
solución al problema económico, en cualquier lugar del mundo donde usted viva.
No tendrá que ir usted a otro lugar, cien millas, doscientas millas, quinientas
millas. No. Usted produce ahí mismo sus alimentos, cuida sus animales, entonces
todo está resuelto. En realidad, el problema como afirma el Bhagavad-gītā, janma-mṛtyu-jarā-vyādhi-duḥkha-doṣānudarśanam
[Bg. 13.9]. Estos son los problemas que debemos afrontar más
seriamente: el nacimiento, la vejez, la muerte y las enfermedades. En realidad,
como almas espirituales, no tenemos que nacer, ni morir. Usted puede verlo en
el Bhagavad, na jayate na mriyate vā
kadācit. “La entidad viviente no ha nacido”. Na jayate na mriyate vā. “Ni muere”. Na hanyate hanyamāne śarīre [Bg. 2.20] “Tras
la destrucción del cuerpo, la entidad viviente no es destruida. Él...”. Así
como tenemos este ejemplo: mi cuerpo, cuerpo de niño, está aniquilado; aun así,
yo aún existo. Similarmente, continuaré existiendo. Ahora, ¿el problema es cómo
continuaré existiendo? Existiré eternamente con conocimiento pleno y lleno de
bienaventuranza. Esa es la idea. Pero mientras aceptamos este cuerpo material,
es justamente lo contrario. Es miserable, sin ningún conocimiento y sin
eternidad. La filosofía debe ser la de ahorrar nuestro tiempo de complicados
problemas económicos. Debemos llegar una vida simple y ahorrar tiempo para el
cultivo espiritual, de manera que podamos liberarnos del ciclo repetido del
nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades
Guru-gaurāṅga: (Traduciendo para el Presidente)
Muchas gracias. (Fin)