Bg. 2.13 - La comprensión básica es conocer al alma espiritual

Clase de Su Divina Gracia
A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda
Bhagavad-gītā 2.13
La comprensión básica es conocer al alma espiritual
Mombasa, 13 septiembre 1971
[Original en inglés]

(grabación parcial)
                                   
Prabhupāda:

dehino 'smin yathā dehe
kaumāraṁ yauvanaṁ jarā
tathā dehāntara-prāptir
dhīras tatra na muhyati

“Así como en este cuerpo el alma encarnada pasa continuamente de la niñez a la juventud y luego a la vejez, de la misma manera el alma pasa a otro cuerpo en el momento de la muerte. A la persona sensata no la confunde ese cambio”.

Este es el principio básico de la comprensión espiritual. Todo el mundo habla del conocimiento espiritual, pero muy pocos pueden obtener lo que es en realidad el principio básico del conocimiento espiritual. Aquí en este verso del Bhagavad-gītā...

(aparte) Creo que entienden inglés, ¿todo el mundo?

Devoto: Sí, Śrīla Prabhupāda.

Prabhupāda: El principio básico de la comprensión espiritual... El principio básico de la comprensión espiritual es conocer el alma espiritual, en primer lugar. ¿Qué es esa alma espiritual? Esa alma espiritual está dentro de este cuerpo. Dehinaḥ asmin dehe. Asmin, “este”; asmin significa este, y dehe significa el cuerpo. Asmin dehe, en este cuerpo hay un alma espiritual que se llama dehī. Dehī significa el que posee este cuerpo.

Tal como su abrigo, su camisa, ustedes poseen este abrigo y la camisa, no es que ustedes son el abrigo y la camisa. Traten de entenderlo claramente. Esta es mi camisa; yo no soy la camisa, soy diferente. Yo estoy dentro de la camisa. Del mismo modo, este cuerpo es burdo, el abrigo. Tal como cuando ustedes se ponen el vestido, tienen una ropa interior, una camisa, y luego sobre la camisa hay un abrigo. Es muy fácil de entender; no hay ninguna dificultad.

Del mismo modo, el alma espiritual está dentro de este abrigo y esta camisa. ¿Qué es este abrigo? Este cuerpo burdo. Hay cinco..., ocho elementos materiales: tierra, agua, fuego, aire, éter, mente, inteligencia y ego. Estos son los ocho elementos materiales. Y de estos ocho, los elementos burdos podemos verlos o percibirlos con los sentidos materiales. Puedo tocar la tierra; puedo saborear el agua; puedo oler el aire; puedo sentir el cielo. De esta manera. Estos son los elementos burdos. Y todavía hay elementos más finos, tal como la mente. Todos nosotros sabemos que hay una mente, pero no podemos verla. ¿Qué es esa mente? Todo el mundo sabe que hay inteligencia, pero nadie puede ver lo que es esa inteligencia. Del mismo modo, todo el mundo tiene su individualidad: “yo soy esto”, “soy muy erudito”, “soy muy hermoso”, “soy blanco”, “soy negro”, “soy de la India”, “soy americano”. Esto se llama ego. Existe el egoísmo, pero no podemos verlo. Son cosas muy finas. Existen, pero nuestros presentes ojos materiales..., los sentidos materiales pueden experimentar el tipo más burdo de materiales, no los tipos más sutiles o más finos.

Hay tres tipos de materiales más finos y cinco tipos de materiales burdos, en total ocho. Bhūmir āpo 'nalo vayuḥ khaṁ mano buddhir eva, bhinnā me prakṛtir aṣṭadhā [Bg. 7.4] y son la energía externa de la Suprema Personalidad de Dios. Todo lo que experimentamos son las diferentes energías del Señor. Tal como podemos sentir que hay fuego cuando sentimos calor o luz.

No vemos el fuego directamente, pero cuando sentimos calor, consideramos que debe haber fuego. O si hay calor..., quiero decir si hay luz, eso es fuego. Del mismo modo, podemos experimentar la presencia del Señor por Sus diferentes energías. Parasya brahmaṇaḥ śaktis yathaiva akhilaṁ jagat [Viṣṇu Purāṇa 1.22.52], toda esta manifestación material... Porque sólo podemos ver las cosas materiales, las cosas burdas; pero no podemos ver, pero podemos percibir los elementos materiales más finos.

Y los elementos materiales más finos son: la mente, la inteligencia y el egoísmo, y el alma es todavía más fina. Traten de entender. El alma existe, pero como no tenemos visión para verla, pensamos... Los supuestos científicos, los filósofos, han concluido que no hay alma, y que esto es sólo el cuerpo, eso es todo. Esta es la enfermedad de este mundo material en la actualidad. Son... Ellos no tienen prácticamente ningún conocimiento de cuál es el principio básico de la vida, y aun así pasan como científicos, filósofos, personas religiosas, yogīs, svāmīs, pero no tienen conocimiento... Sobre el concepto claro del alma, ellos no tienen conocimiento.

Ese concepto claro del alma lo pueden tener de la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa. Él está hablando a Arjuna, y Vyāsadeva lo registra y eso se presenta ante nosotros como el Bhagavad-gītā. Y nosotros estamos presentando el conocimiento del Bhagavad-gītā tal como es, sin ninguna interpretación errónea. Porque no podemos interpretar el Bhagavad-gītā. El Bhagavad-gītā lo habla Dios, y en lo que Él ha hablado, no puede haber ningún error, no puede haber ninguna ilusión, no puede haber ningún engaño y no puede haber ninguna imperfección de los sentidos.

Los demás, aquellos a los que llamamos almas condicionadas... Tal como tenemos nuestros ojos, pero los ojos... Estamos muy orgullosos de nuestros ojos y decimos: “¿puede mostrarme a Dios?”, pero el punto es, si pueden ver a Dios, si tienen los ojos necesarios para poder ver a Dios. Tal como, en su presencia hay tantos planetas, pero dejando a un lado todos los demás planetas, tomemos el Sol y la Luna.

Todos podemos verlos en el día y en la noche, pero aún así no tenemos suficiente conocimiento sobre el Sol y la Luna. ¿Por qué? Porque sus sentidos son imperfectos. Pero aun así, ellos están tratando de explicar sobre el Sol y la Luna. Eso es engañar. No tienen suficiente conocimiento sobre el Sol o la Luna, pero aun así están tratando de hablar sobre el Sol y la Luna.

Si no tienen suficiente conocimiento sobre un tema y quieren iluminar a otros con su discurso, eso es engañar. Si no tienen suficiente conocimiento, ¿por qué hablan con otros? Eso es engañar. Él se presenta diciendo “yo sé”, pero él no sabe. Eso es engañar. Imperfección de los sentidos. Ellos declaran que “estamos estudiando los sistemas planetarios mediante”, cómo se llama, “el telescopio”. Pero ¿quién ha fabricado ese telescopio? Ustedes lo han fabricado, o sus hermanos lo han fabricado. Pero sus sentidos son imperfectos. ¿Cómo el telescopio puede ser perfecto?

Y esto está sucediendo. Simplemente están engañando al público. Ellos no tienen suficiente conocimiento, pero aun así tratan de hablar de algún tema del que no tienen suficiente conocimiento. Además de eso, los científicos... Un científico propone, hoy hace una teoría, y otro científico hace otra proposición, otra teoría, nula y vacía y explica otra cosa. Eso también se debe a la imperfección de los sentidos.

Eso se llama error o ilusión. Error significa, en el cálculo, en el cálculo matemático: “dos más dos es igual a cuatro”; pero a veces por error podemos poner “tres” o “cinco”. Eso se llama error. E ilusión, aceptar una cosa por otra. Tal como aceptamos, cuando alguien pregunta, “¿quién eres?”, respondemos identificándonos con el cuerpo: “yo soy tal y tal. Soy americano. Nací de tal padre y madre, por un...”, pero estos cuerpos no son ustedes. Ustedes son un alma espiritual. Por lo tanto, eso se llama ilusión. Y porque estamos luchando en la plataforma de la ilusión, hay error, hay engaños, y los sentidos son imperfectos. Esta es la posición.

Por lo tanto, el llamado mundo científico moderno, avanzado, no sabe cuál es la verdadera fuerza viva dentro del cuerpo y qué está moviendo el cuerpo. Mientras el alma o la fuerza viva esté dentro de este cuerpo, este se está moviendo, pero tan pronto como el alma del espíritu sale del cuerpo, es..., decimos que está muerto.

Tenemos la ciencia médica para este cuerpo, tenemos psicología para la mente —lo tenemos todo— pero ¿dónde está la ciencia del alma, que es la que está moviendo el cuerpo y la mente? ¿Dónde está esa ciencia? ¿Hay alguna ciencia así? Ustedes son todos estudiantes, creo. Pero para entender cuál es el principio básico que mueve el cuerpo y la mente, ¿hay algún departamento de conocimiento en las universidades de todo el mundo, para entender esta ciencia? ¿Hay alguna?

Entonces, ¿dónde está su conocimiento? Algunos aceptan la mente como el ser, y otros aceptan el..., este cuerpo burdo como el ser. No saben que tanto el cuerpo como la mente son materiales. Y la fuerza, o la entidad que está moviendo este cuerpo y mente, es el espíritu. Así que no tienen conocimiento.

Pero ese conocimiento lo imparte la Suprema Personalidad de Dios, dehino 'smin yathā dehe [Bg. 2.13]. Dehī, el alma, el propietario del cuerpo... Tal como, ustedes son los propietarios de su cuerpo. Cuando toco su dedo, si le pregunto incluso a un niño pequeño, “¿qué es esto?”, él dirá inmediatamente “es mi dedo”, él nunca dirá “yo dedo”. “Mi dedo”. Traten de entender. Cuando toco alguna parte de su cuerpo, si pregunto “¿qué es esto?”, ustedes dirán, “esta es mi mano”, “esta es mi pierna”, “esta es mi nariz”, “este es mi...”, en todas partes se dice “mi”, pero nadie sabe lo que es ese “yo”, nadie lo sabe.

Pero el “yo” está ahí, si no, ¿cómo se dice “mi”? Si el “yo” no estuviera, no podríamos decir “mi”. Si usted está sentado aquí, mientras está ahí, usted dice, “esta es mi camisa”, “este es mi abrigo”, “este es mi libro”, “este es mi amigo”, “esta es mi esposa”, “este es mi marido”, pero cuando un hombre está muerto, pueden preguntarle y no hay respuesta de “yo” o “mi”.

Esta vida humana está hecha especialmente para entender lo que es este “yo”. En el concepto corporal de la vida, tal como los animales, que luchan por un trozo de carne. Hay dos perros luchando y un perro dice: “es mi carne”; otro perro reclama, “es mi carne”, pero ellos no pueden entender lo que es este “yo”. Ellos reclaman que es “mi” pero no tienen ninguna comprensión del “yo”. Por lo tanto, si un ser humano simplemente reclama el “mi” —“mi país”, “mi sociedad”, “mi esposa”, “mi marido”, “mi cuerpo”, “mi vestido”, “mis muebles”, “mi casa”— ¿dónde está el “yo”? Eso no lo piensan. No tienen conocimiento de ello.

En la escuela, los colegios, las universidades, no existe este conocimiento de lo que es el “yo”, simplemente del “mi”. Así que este movimiento de conciencia de Kṛṣṇa tiene como fin educar, educar a la gente sobre lo que es este “yo”. Todo el mundo está absorto en las cosas, en el pensamiento ilusorio del “mi”, pero no tienen ninguna identificación con lo que es ese “yo”.

Kṛṣṇa está dando instrucción en el Bhagavad-gītā de que ese “yo” está dentro del cuerpo. Y el “yo” o el alma espiritual está cambiando el cuerpo. Dehino 'smin yathā dehe [Bg. 2.13]. ¿Cómo cambia? Es como un bebé. Un bebé crece para convertirse en un niño, un niño crece para convertirse en un joven. Un muchacho, un muchacho crece para convertirse en joven, un joven crece para convertirse en anciano, pero este cambio no es de ese “yo”, es un cambio del cuerpo exterior, que se conoce como camisa y abrigo. Tal como ustedes tienen abrigo y tienen camisa también. Pero cuando el abrigo ya no es útil, ya no se puede usar, tiran el abrigo, o guardan la camisa, y buscan otro abrigo.

Del mismo modo, la entidad viviente, la fuerza viviente dentro de este abrigo, del cuerpo y de la mente, es el alma. El alma está cambiando de un abrigo a otro. Del mismo modo, tathā dehāntara-prāptiḥ [Bg. 2.13]. Dehāntara significa aceptar otro cuerpo. El alma está cambiando de vestido: a veces este cuerpo de forma humana, a veces un cuerpo con forma de gato, un cuerpo con forma de perro, un cuerpo con forma de árbol, un cuerpo con forma de bestia, un cuerpo con forma de semidiós, de esta manera. La misma alma. Tathā dehāntara-prāptir dhīras tatra na muhyati [Bg. 2.13].

Traten de entender esto. Este es el principio básico del conocimiento espiritual. Si se entienden a sí mismos, entonces pueden comprender a Dios muy fácilmente. Porque somos parte y porción de Dios. Así que si yo me entiendo a mí mismo... Supongan que soy oro, así que soy parte y porción del oro supremo. Por lo tanto, si puedo entenderme a mí mismo, entonces puedo entender al supremo. La pequeña partícula de oro... Tal como los orfebres, los que trabajan con oro, toman un trozo de oro para evaluar el precio. Ellos simplemente frotan el mismo oro en una piedra que se llama... ¿cómo se llama?

Devoto: ¿Una piedra de prueba?

Prabhupāda: Una piedra de prueba. Y al ver el color y al probarlo con ácido, pueden evaluar inmediatamente cuál es el valor la gran masa de oro. Del mismo modo, somos una pequeña porción fragmentaria de Dios. Se supone que Dios es la masa de oro, y nosotros somos una pequeña partícula de oro. Así que aunque somos una pequeña partícula, cualitativamente somos oro. Dios es oro y nosotros somos oro.

Y si pueden entender su posición, entonces pueden entender a Dios también. Tal como si toman unos pocos granos de una bolsa de arroz y los examinan, entonces pueden entender cuál es la calidad del arroz en la bolsa y se puede evaluar el precio. Así que si tratan de entenderse a sí mismos, entonces pueden entender lo que es Dios. O de otra manera: si entienden a Dios, lo entienden todo. Una manera es el proceso ascendente, y otra es el proceso descendente.

Tal como si en el tejado hay algún sonido. Ahora nosotros estamos aquí, y como no estamos en el tejado podemos conjeturar o teorizar sobre qué es ese sonido. Alguien dirá que ahí debe haber algún gato; otros dirán que debe haber algún hombre. Y podemos seguir de esa manera, especular. Este es también un proceso. Esto se llama el proceso ascendente. Y el proceso descendente es que si hay una persona en el techo y dice, “este sonido se debe a esto”, entonces eso es conocimiento perfecto. Así que obtenemos conocimiento de las autoridades superiores, y ese es el conocimiento perfecto, y es más fácil.

Y si se estudian a sí mismos, “¿quién soy? ¿soy este cuerpo? ¿soy esta mano? ¿soy este dedo? ¿soy este pelo?”, pueden seguir estudiando, y un día..., llegarán al punto de entender, pero les llevará muchos, muchos años. Pero si lo aceptan de la autoridad, tal como Kṛṣṇa dice, aceptan que la fuerza viviente dentro del cuerpo, esa fuerza viviente está cambiando de un tipo de cuerpo a otro.

Sólo en nuestra experiencia de la vida, cada uno de nosotros sabe que yo fui un niño, yo fui un niño. Tal como yo soy un anciano y recuerdo cuando estaba jugando en el regazo de mi hermana mayor, todavía lo recuerdo, y mi cuerpo en ese momento tenía seis meses. Pero aun así recuerdo a mi hermana mayor, ella era nueve años mayor que yo, y yo estaba jugando en su regazo y ella estaba tejiendo. (Cortado) (Fin)

Traducción: Nārāyaṇī devī dāsī – España