Clase de Su Divina Gracia
A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda
Bhagavad-gītā
2.55-56
Vincularse con la conciencia de Kṛṣṇa
Nueva York, 19 abril 1966
Vincularse con la conciencia de Kṛṣṇa
Nueva York, 19 abril 1966
Prabhupāda:
prajahāti yadā kāmān
sarvān
pārtha mano-gatān
ātmany
evātmanā tuṣṭaḥ
sthita-prajñas
tadocyate
[Bg. 2.55]
Hemos estado hablando en los últimos días sobre vincular la conciencia con la suprema conciencia. Éste es el estado de perfección de la vida. Estamos, en la actualidad, en nuestras condiciones materiales, estamos creando ideas y también sintiéndonos desconcertados porque la función de la mente es crear algo y después rechazarlo. La mente pensará en algo: “Sí, voy a hacer esto”. Y de nuevo decidirá: “Oh, mejor no hacerlo”. Si. Esto se denomina saṅkalpa-vikalpa, decidir y rechazar Y se debe a nuestra condición inestable en el plano material. Pero cuando decidimos actuar de acuerdo con la conciencia suprema, en esa etapa, ya no hay tal dualidad “voy a hacerlo” o “No voy a hacerlo”. No. Sólo hay una cosa, “voy a hacerlo. Voy a hacerlo porque está autorizado por la conciencia superior”. Todo el Bhagavad-gītā está basado en este principio de vida.
Ahora, en el principio, en el principio del Bhagavad-gītā, Arjuna, en el campo de batalla, estaba perplejo sobre si debía luchar o no. Éste era su problema. En primer lugar pensó: “Mis primos hermanos me han dado tantos problemas. Me han usurpado el reino. Debo luchar contra ellos y recuperar mi reino perdido”. Esto es determinación. Y de nuevo, cuando realmente vio en el campo de batalla a sus hermanos y a sus amigos... Debido a que era una disputa familiar, todos los amigos y familiares se unieron en ambos lados, tanto en un bando como en el otro. Pero la belleza radica en que Arjuna se volvió compasivo: “Por qué voy a luchar simplemente por un reino? ¿Por cuánto tiempo voy a quedarme en el reino? No voy a... no voy a luchar. No voy... No voy a luchar”. Ésta fue su decisión. Debido a que era un devoto del Señor, su compasión bondadosa vino a su mente. El otro bando no lo consideró. El otro bando estaba determinado a luchar. Ahora, Arjuna estaba dudando, y por lo tanto, fue explicado el Bhagavad-gītā. El Señor, en primer lugar trató de ocuparlo en la batalla, por las formas ordinarias, y cuando él... cuando no fue posible y se suscitó una polémica entre Arjuna y Kṛṣṇa a favor y en contra de la lucha... Pero al final Arjuna decidió: “Voy a nombrar a Kṛṣṇa, el mejor entre nosotros, para que me aconseje sobre lo que hacer y lo que no hacer”. Entonces, comenzó el Bhagavad-gītā. Ésta es la historia. Ya la han comentado y ya la conocen.
Ahora, aquí la conciencia suprema... Kṛṣṇa es la conciencia suprema Y Arjuna es la conciencia individual. Acerca de la conciencia, ya he explicado muchas veces que todos nosotros somos conciencia, pero que no somos la suprema conciencia. La Suprema conciencia es el Señor Supremo. Esto es lo primero que tenemos que entender, que la suprema conciencia... Somos conciencia, sin duda, pero no somos la suprema conciencia. Si afirmamos falsamente que: “Yo soy también la suprema conciencia”, será una falsa afirmación. Nosotros no somos realmente la suprema conciencia. Cualitativamente somos uno. Cualitativamente somos uno. La conciencia suprema y mi conciencia son uno cualitativamente. Pero de forma cuantitativa, la conciencia suprema es diferente de la conciencia individual. La conciencia individual es limitada y la suprema conciencia es ilimitada. Esto... Así como cuando piensan en su conciencia dentro de este cuerpo... Siempre que hay algo doloroso o alguna picazón en alguna parte de mi cuerpo, soy consciente de ello. Lo sé, cómo y dónde se hizo. No se cómo se ha hecho pero sé donde está. Esta conciencia significa, que soy consciente de cualquier parte de mi cuerpo, pero no soy consciente de las partes de su cuerpo. Por lo tanto, mi conciencia es limitada. De forma similar, tomen toda la manifestación cósmica como el cuerpo externo de la suprema conciencia. Por lo tanto, la suprema conciencia es, quiero decir, consciente de cualquier cosa que tiene lugar en cualquier parte de la conciencia suprema, es decir de la manifestación. Y verán en el Bhagavad-gītā que la conciencia suprema conoce el pasado el presente y el futuro, pero nosotros, no estamos, quiero decir, familiarizados de esta manera, que yo conozco el presente el pasado y el futuro. Ésta es mi deficiencia.
Ahora, Arjuna se negó a luchar, y después de escuchar el Bhagavad-gītā, después de entender el Bhagavad-gītā, estuvo de acuerdo: “Sí. Voy a luchar. Si”. Kṛṣṇa le preguntó, “Ahora, Yo te he explicado todo lo relativo al conocimiento, sobre el yoga, sobre las actividades fruitivas, sobre el servicio devocional, sobre todo. Te he explicado todo lo relacionado con la sabiduría védica. Ahora depende de ti hacerlo o no”. Señalen esto. El Señor Supremo puede darnos instrucciones. Somos personas individuales, entidades vivientes individuales, infinitesimales. El Señor es infinito y nosotros somos infinitesimales. El Señor puede aconsejar a la partícula infinitesimal que actúe de una cierta manera, pero la partícula infinitesimal, debido a que tiene una independencia infinitesimal, puede rechazarlo también. Puede aceptarlo o rechazarlo. Esto es lo que tenemos. Esta individualidad, esta independencia… (Cortado) “...todas las otras ocupaciones y simplemente entrégate a Mí. Simplemente trata de seguirme. Entonces, Yo me encargo de que no haya reacción en tu trabajo, y no lo dudes”. Mā śucaḥ. Esta misma palabra. Mā śucaḥ quiere decir, “No dudes. Acéptalo. Acéptalo”. Ésta es la afirmación clara del Señor. Lo ven. Esto no es sólo para Arjuna, sino para cada uno de nosotros, porque todos estamos en la posición de Arjuna. Arjuna es una entidad viviente, una entidad viviente individual. Nosotros somos también, cada uno de nosotros, una entidad viviente. Y la suprema entidad —nityo nityānām. En la literatura védica encontrarán este himno, nityo nityānāṁ cetanaś cetanānām [Kaṭha Upaniṣad 2.2.13]. La descripción del Supremo. El Supremo es nityaḥ nityānām. Nityānām quiere decir... Nitya significa eterno. Nosotros somos todos eternos. Esto ya lo hemos comentado.
Somos almas, almas espirituales. Somos eternos. Na hanyate hanyamāne śarīre [Bg. 2.20]. No morimos cuando el cuerpo es aniquilado. Simplemente cambiamos de cuerpo tal como cambiamos nuestro vestido. Pero somos eternos. Pero debido a que estamos bajo el hechizo de la energía material, no tomamos seriamente el hecho de que: “¿Por qué debo estar de acuerdo con cambiar mi cuerpo vida tras vida?”. Lo hemos aceptado como si fuera habitual. Ésta es nuestra necedad. Tenemos una vida eterna, y en esta vida eterna tenemos una inmensa cantidad de libertad, inmensa cantidad de poder, casi iguales a Dios. Pero no hacemos ninguna investigación sobre ello en nuestra vida. Nos sentimos satisfechos simplemente con..., con tener un poco más de las necesidades de nuestra, de esta vida material actual. Supongamos que tengo cien millones de dólares. Pienso, “Si consigo diez mil millones de dólares, voy a ser feliz”. Ésta es nuestra necedad. No pueden ser felices con ninguna cantidad de millones de dólares porque no son materia. Son espíritu. Piensan así, que: “Voy a ser feliz”. No. Tal como... Voy a darles un ejemplo: Un hombre enfermo, un hombre que está sufriendo, supongamos que tiene un fuerte dolor de cabeza. Él algunas veces piensa: “Oh, estoy sufriendo. Si este... si en lugar de tener dolor de cabeza tuviera algún otro dolor en la mano o en el pie, entonces, estaría contento”. Es así. Nuestros pensamientos son así. No queremos deshacernos de los sufrimientos.
Hay otro ejemplo muy bueno. Por supuesto, no está dentro de su experiencia, pero en nuestra India tenemos experiencia de que en la ribera del río un barquero arrastra su barco con una cuerda. ¿Tienen alguna experiencia así en América? No pienso que la tengan. El bote está en el medio, en el medio del río y hay un gran madero en el medio del bote y ese gran madero se ata con una cuerda y esa cuerda es, quiero decir, de la que tira el barquero y el bote va al medio del río. Ahora, mientras pasa por la orilla de río, hay tantas cosas que lastiman, quiero decir, las plantas de sus pies. De modo que está pensando: “Cuándo seré un hombre rico para que pueda cubrir la orilla de este río con, quiero decir, suaves cojines, para que pueda ir por los cojines, al arrastrar el bote y así no sentir dolor”. Nuestra situación es así mismo, como la del tonto barquero pensando que: “Cuando seré un hombre rico para poder continuar empujando este negocio todavía”. Él no sabe que: “Si en algún momento se vuelve un hombre rico no tendrá necesidad de empujar el barco de esa manera”. De forma similar, queremos ser felices de la misma manera: “Cuando seré capaz de cubrir el mundo entero con almohadillas y suaves cojines para poder viajar por él y no sentir el dolor de trabajar así”. ¿Lo ven? Éste es nuestro plan.
Tenemos que rechazar este plan. El Señor dice: “Tu plan, tantos planes, planes absurdos, debes rechazarlos”. Prajahāti. Ahora, Él dice... Que... Arjuna preguntó: “¿Cuál es el signo de una persona que ya ha vinculado su conciencia con la conciencia suprema? Sthita-prajñaḥ. Sthita-prajñaḥ quiere decir estable, de conciencia estable. ¿Cuáles son los signos? Ahora, estos signos han sido explicados por el Señor así: Prajahāti yadā kāmān sarvān pārtha mano-gatān. Hacemos planes como este barquero. Por nuestra felicidad, hacemos múltiples planes: “Voy a hacer esto. Entonces voy a ser feliz. Si lo consigo entonces seré feliz”. De esta manera. Pero todo... No sabemos que “Yo soy conciencia pura. Cualquier cantidad de planes que estén basados en el concepto corporal de la vida, nunca me harán feliz”. Nadie lo sabe. Nadie lo sabe. Simplemente hacen planes. ¿Lo ven? Porque este plano en el que se apoyan, ese mismo plano se tambalea, se tambalea. No pueden impedir ese tambaleo. Este, este cuerpo... Ya hemos comentado que todas las miserias de nuestra vida se deben a este cuerpo. Mātrā-sparśās tu kaunteya śītoṣṇa-sukha-duḥkha-dāḥ [Bg. 2.14]. Mātrā-sparśās tu.
Toda la aflicción y la felicidad que
vemos en este mundo material se deben a la piel, a este cuerpo. De lo
contrario, las cosas tal y como son no son fuente ni de miseria ni de
felicidad. Se da el ejemplo, es como el agua. El agua ahora, en esta estación,
en la estación del verano la encontrarán muy placentera. Pero esa misma agua,
en la estación del invierno se vuelve punzante. El agua, tal y como es, no es
ni punzante ni fuente de placer. Pero debido a este cuerpo, bajo ciertas
circunstancias sentimos placer, y bajo ciertas circunstancias sentimos
aflicción. El placer y la aflicción, estas formas duales de nuestra existencia
están presentes. Ahora, si queremos trascender y situarnos por encima del plano
material, entonces nuestro... tenemos que rechazar completamente el concepto
corporal de la vida. Tenemos que permanecer en una conciencia de vida
espiritual. Esto es lo que se está enseñando.
Todo el esquema del Bhagavad-gītā es así, que tenemos que permanecer en una conciencia de vida espiritual. ¿Y cuál es esta conciencia de vida espiritual? Ahora, algunos filósofos... Tal como Śaṅkarācārya. Hay muchos filósofos en el mundo. Yo, podemos citar algunas de las autoridades. Tal como el Señor Buda. Luego Śaṅkarācārya. Luego Rāmānujācārya. El Señor Caitanya. Son las grandes autoridades incondicionales, las autoridades. Han expuesto diferentes puntos de vista. El punto de vista del Señor Buda es que sólo pueden ser felices cuando se liberen de esta conciencia. El Señor Buda dice que la conciencia es un producto derivado de la combinación de la materia. Por lo tanto, si desmontan este cuerpo material, entonces no habrá conciencia y de esa manera no habrá sentimientos ni de aflicción ni de felicidad. Esto se denomina nirvāṇa, parar, parar los sentimientos de... Es tal como un paciente que está sufriendo de alguna enfermedad y el doctor le da alguna pastilla para que muera y que no haya más sentimientos. Oh. Entonces él piensa que está bien. Si por parar los sentimientos de esa manera, que un... “Doctor, mi hijo tiene 107 grados de temperatura”. “Está bien. Lo voy a parar. Vamos a darle una inyección, venenosa”. El niño muere. Ahora ya no tiene fiebre. Ahora, el padre dice, “Mi hijo no se mueve”. “Oh, ¿pero se ha parado la fiebre o no?”. “Si, ya no hay fiebre”. “Está bien. Yo ya hice lo que tenía que hacer”. Esta clase de doctor absurdo no es suficiente. (Risas) No debemos parar la conciencia. No. Esto es el... Esto es el, quiero decir, secreto de la filosofía. Si mi conciencia se para totalmente, ¿qué es lo que yo gano? Esto significa mi muerte. Toda mi existencia se acaba. No. Luego viene... Estoy dando brevemente la esencia de los diferentes filósofos.
Luego viene Śaṅkarācārya. Śaṅkarācārya predica que: “No, tu eres sólo la conciencia. Tu eres sólo la conciencia y este cuerpo es falso”. Brahma satyaṁ jagan mithyā. Mithyā quiere decir falso. Deben siempre saber que: “Yo soy Brahman, o la conciencia” y deben siempre rechazar: “Yo no soy este cuerpo”, ésta es otra filosofía. Ahora, supongamos que por muchos años yo pienso: “Yo soy la conciencia, yo soy la conciencia, yo soy la conciencia”, ¿piensan que van a ser felices? Simplemente por entender que “yo no soy este cuerpo, yo soy la conciencia”, ¿eso les ayudará? Eso tampoco les ayudará. Porque si dicen simplemente de forma teórica que “yo no soy este cuerpo”, debido a que la conciencia no está atada al cuerpo, ustedes..., la conciencia siempre está activa. De modo que la conciencia debe actuar a través del cuerpo y por lo tanto sus sentidos, tendrán que complacer sin ninguna duda sus sentidos. Ésta es la verdadera filosofía. ¿Lo ven? No pueden impedir que la conciencia deje de actuar. Es algo muy simple de entender. Exactamente, simplemente piensen en ello, la actividad de mi cuerpo se debe a mi conciencia. Estoy hablando porque soy consciente de que estoy hablando. Ustedes están escuchando porque son conscientes de que están escuchando. Tan pronto como esta conciencia se va, ni ustedes pueden escuchar ni yo puedo hablar. Cualquier actividad, ya sea escuchar o hablar o moverse o comer o ver, cualquier cosa. Tenemos diferentes sentidos. Somos activos. Activos quiere decir que somos activos con nuestros sentidos. La mente, la mente es el punto central para activar los sentidos. Esto es nuestra vida. La vida significa la actividad de los sentidos. Y esto, más allá, más allá de la mente está la conciencia. Si la conciencia se va entonces ¿qué queda? No queda nada. Por lo tanto, no pueden... Simplemente por pensar que “yo soy la conciencia”, oh, eso tampoco solucionará sus problemas. Tienen que ocupar su conciencia en los asuntos de la suprema conciencia. No pueden mantener su...
Así como, les voy a dar un ejemplo. Un niño travieso que está haciendo algunas travesuras. El padre lo llama, “Mi querido niño, ¿puedes hacer esto?”. “Si, padre. Lo puedo hacer”. De modo que él desplaza su atención de las travesuras para hacer algo bueno, porque quieren estar activos, los niños quieren estar activos, no pueden pararlos. No pueden decir: “¡Para y siéntate aquí! ¿Cómo él va a poder...? Artificialmente lo pueden hacer. Por temor a su padre o a su madre, puede sentarse por un momento. Pero eso no es posible. Eso no es posible. Deben darle alguna ocupación, una buena ocupación. Yo, yo tengo mi experiencia personal. Mi hijo mayor, cuando tenía unos dos años era muy travieso, siempre haciendo alguna travesura. Mis amigos que solían visitarme llamaban a mi hijo. Su nombre era Paccha. “Paccha, si te sientas en silencio por un minuto, te voy a dar esto”. Y el niño fallaba. No podía sentarse ni por un minuto. De modo que esto no es posible. Ésta es la naturaleza. ¿Cómo pueden impedir que su conciencia trabaje? Eso no es posible.
Si piensan: “Vamos a detener la conciencia totalmente”, es algo que no es perfecto, y si aceptan simplemente la conciencia: “Yo soy conciencia” sin ninguna ocupación para la conciencia, esto tampoco es perfecto. Tienen que entender que son la conciencia, no este cuerpo, y al mismo tiempo tienen que ocupar su conciencia en las actividades supremas. A menos que hagan eso, su vida no será perfecta. El Señor Śrī Kṛṣṇa dice,
prajahāti yadā kāmān
sarvān
pārtha mano-gatān
ātmany
evātmanā tuṣṭaḥ
sthita-prajñas
tadocyate
[Bg. 2.55]
Sthita-prajña signi... Sthita-prajña significa aquel que está situado de forma estable en el plano de la conciencia. Prajña quiere decir conciencia y sthita quiere decir establecido de forma estable. Ésta es la única..., que no tienen que crear ninguna invención mental para volverse felices. Simplemente tienen que vincularse con la voluntad suprema. Habrá actividades. Habrá actividades porque su conciencia no puede permanecer inactiva. Pero habrá actividades. Estas actividades serán estándar y sin ningún error, sin ningún defecto, porque son dictadas por el Supremo. Tal como un pa..., a un niño se le instruye que escriba “A”. Pero él no lo escribe, no sabe cómo escribirlo. Lo está haciendo de esta forma, de aquella forma. El profesor dice, “Mi querido niño, por favor haz esto, de esta manera, de esta manera, 'A' ”. Si lo hace, estará bien, estará bien. De forma similar tenemos que ocupar nuestra conciencia... Existe un plan supremo, un plan supremo por toda la creación del mundo, un plan supremo. Todo sucede bajo cierto plan. ¿No ven cómo el Sol sale exactamente en el momento justo? ¿Cómo la Luna sale exactamente en el momento justo? ¿Cómo los cambios de estaciones llegan exactamente en su momento? ¿Eh? Todo está sucediendo bajo el control de la suprema conciencia. (Cortado) ...C, A, T, cat (Gato), C, A, T, cat (Gato), C, A, T, cat (Gato). Ahora, esto se necesita. Ahora, si alguien dice, “Oh, 'cat, (Gato)' él ha dicho ya una vez 'cat (Gato).' ¿De qué sirve decir de nuevo 'cat' (Gato)?”. No. Cuando aprendemos algo, tenemos que repetirlo, incluso con las cosas materiales. ¿Y qué decir de las espirituales? Lo ven.
De modo que vincularse, vincularse, vincular nuestra conciencia con la conciencia suprema. Voy a darles un pequeño ejemplo que también es del Bhagavad-gītā. No doy ningún ejemplo que esté más allá del ámbito de este Bhagavad-gītā porque estamos hablando sobre el Śrīmad-Bhagavad-gītā. Ahora, verán en el Bhagavad-gītā:
patraṁ
puṣpaṁ phalaṁ toyaṁ
yo
me bhaktyā prayacchati
tad
ahaṁ bhakty-upahṛtam
aśnāmi
prayatātmanaḥ
[Bg. 9.26]
El Señor dice: patraṁ puṣpaṁ phalaṁ toyam. Patram
quiere decir una hoja. Y puṣpam
quiere decir una flor. Y phalam
quiere decir una fruta. Y toyam
quiere decir algún líquido, agua. La última palabra, la última palabra es agua.
“Si algún devoto Me ofrece estas cuatro cosas con devoción y con amor, oh, Yo
las acepto. Yo las acepto. No sólo las acepto, las como, las como”. Lo ven.
Ahora, simplemente vean cómo aquí hay un ejemplo en el que Dios desea comer
algo de su mano. Él no es un hombre pobre como yo, que quiere alguna donación
para comer. No, no, no. Él no es un hombre pobre como yo. Él está alimentando a
todo el mundo. Su nombre es Bhūta-bhṛt.
Bhūta-bhṛt. Bhūta-bhṛt quiere decir aquel que alimenta a todos los seres
vivos. Tal vez lo saben. Lo pueden ver prácticamente. Ahora, aparte de los
seres humanos, existen innumerables seres vivos. Si hacen un recuento, verán
que el número de seres humanos es muy pequeño en todo el mundo. Son cuatro de
cada ochenta. Si los vivos, quiero decir, los seres humanos, incluyendo todos
los civilizados, incivilizados, cualquier número de cualquier parte, de India,
América y Europa, de cualquier parte, los ponen todos juntos, van a ser cuatro,
cuatro partes y todas las otras criaturas vivientes, van a ser ochenta partes.
La proporción es tan grande. Pero en la sociedad humana verán que tenemos
alguna ocupación para nuestra subsistencia. Uno puede estar haciendo negocios,
otro trabaja, otro es ingeniero, otro es abogado, o uno es un obrero cotidiano
de una manera u otra, hacemos todas estas cosas para tener nuestra
subsistencia. Pero sólo representamos estas cuatro partes. Sin embargo, en la
creación del Señor existen otras ochenta que no tienen tales ocupaciones. Ni
son abogados ni son ingenieros, ni hacen ningún negocio, ni tienen ninguna
ocupación, ni tampoco realizan ninguna agricultura, nada parecido. Pero son
felices. Tienen su alimento. Esto es algo práctico. No sólo eso, incluso a cada
animal en particular se le proporciona la comida en particular que a él le
gusta.
Tal como los niños. Cuando un niño nace no puede tomar nada en el mundo excepto la leche de su madre. La mujer, cuando un niño nace de una mujer por primera vez... Antes del nacimiento del niño no había leche en los pechos, pero tan pronto como hay un niño, oh, la leche viene a los pechos. ¿Lo ven? Ésta es la ley de naturaleza. Ésta es la ley de Dios. En la práctica, no tenemos nada por lo que preocuparnos, simplemente tenemos que actuar de acuerdo con la dirección del Supremo. Ustedes, ustedes... En lo que a los animales se refiere, son llamados... También están trabajando. También están trabajando, pero trabajan con la ayuda de la naturaleza. Pero nosotros vamos más allá de la naturaleza, porque tenemos una mejor inteligencia, no estamos satisfechos con los productos de la naturaleza, sino que nos esforzamos en transformar los productos de la naturaleza, mediante la industria, en alguna otra cosa, y el resultado es que nuestra inteligencia que es más elevada, se utiliza sólo para la satisfacción del cuerpo, sin ninguna cultura del espíritu. Éste es todo el error de la civilización, que podemos entender mejor, que tenemos más inteligencia que los animales, pero ¿cómo la estamos usando? En los mismos principios de comer, dormir, temer y aparearse. De modo que mi energía está siendo... (Cortado) “...no les hará felices. Simplemente traten de... (Cortado)
...Mi. Simplemente traten de
vincular su conciencia con Mi suprema conciencia. Eso les hará felices”. Lo
mismo. Tal como Arjuna no quería luchar, y Kṛṣṇa dijo: “Yo deseo que luches”.
Pero no estuvo de acuerdo en el principio. Sin embargo, en el último momento,
cuando se le preguntó a Arjuna: “Ahora, cuál es tu decisión”, él dijo, naṣṭo mohaḥ smṛtir labdhā tvat prasādān
mayācyuta kariṣye vacanaṁ tava: [Bg. 18.73]. “Mi querido
Señor, ahora mis dudas, mis malentendidos se han ido por Tu misericordia. Ahora
he decidido luchar porque Tú lo deseas”. Éste es el supremo bien del
aprendizaje. Que uno debe decidir qué es lo que desea Dios. Eso es todo. Eso
hará que su vida sea perfecta. No se debe desear nada. No se debe desear nada.
La capacidad de desear no se debe detener. Alguien dice, “No desees; vuélvete
libre de deseos”. Esto es absurdo. Nadie puede estar libre de deseos. ¿Cómo se
puede estar libre de deseos? Sin deseos. El deseo es el síntoma de mi vida.
¿Cómo pueden detenerlo? No es posible. Sin deseos no puedo estar, pero debo
desear, quiero decir, puramente. Eso es todo. No debo desear de forma impura.
Si deseo desde el plano corporal de mi vida, mis deseos serán impuros. Y cuando
desee como el deseo de la Suprema Voluntad, mi deseo es puro. No se tienen que
cortar o parar los deseos. Tienen que ser purificados. Eso es todo. Todo esto
se explica en un verso que se llama Nārada
Pañcarātra. Esta definición de vincular la conciencia con la suprema
conciencia, está muy bien descrita en dos líneas:
sarvopādhi-vinirmuktaṁ
tat-paratvena
nirmalam
hṛṣīkeṇa
hṛṣīkeśa-
sevanaṁ
bhaktir ucyate
Sarvopādhi-vinirmuktam. Ahora, somos... Este cuerpo significa una designación, este cuerpo, una designación. ¿Quién es usted? “Yo soy el señor tal y tal”. ¿Cuál es su nacionalidad? “Oh, soy americano”. ¿Qué es lo que hace? “Estoy haciendo esto”. Éstas son todas mis designaciones que se deben a este cuerpo, designaciones. De modo que el Nārada Pañcarātra dice: “Uno debe estar libre de las designaciones”. Esto significa conciencia pura. Tan pronto como entiendo que: “Yo no soy este cuerpo, el cuerpo está actuando a través de mi conciencia”, si estoy firmemente convencido, si permanezco estable en esta convicción, que “yo soy la conciencia” entonces todas mis designaciones inmediatamente desaparecen. Sarvopādhi-vinirmuktaṁ tat-paratvena nirmalam [Cc. Madhya 19.170].
Ahora, simplemente librarse de la concepción corporal de la vida, no es... Ésta conciencia tiene que ser purificada, purificada. Tal como detener los síntomas de la fiebre, o disminuir los grados de fiebre no lo es todo. Supongamos que un hombre sufre de fiebre. El doctor le da medicina. Entonces la fiebre disminuye y vuelve a la temperatura normal. Eso no lo es todo. Este hombre enfermo tiene que levantarse de la cama y ocuparse en actividades saludables. Entonces, eso será la verdadera cura de su enfermedad. Por lo tanto, simplemente entender que, “no soy la conciencia, no soy este cuerpo; soy conciencia pura”, eso no va a curar. Tienen que ocupar su conciencia en actividades puras. Sarvopādhi-vinirmuktaṁ tat-paratvena nirmalam, hṛṣīkeṇa hṛṣīkeśa-sevanam [Cc. Madhya 19.170]. Hṛṣīkeśa. Hṛṣīkeśa es el nombre del Señor Supremo. Hṛṣīka quiere decir los sentidos, eso. E īśa quiere decir el Señor. Si se combina hṛṣīkeśa, eso se denomina sandhi, combinación. Hṛṣīkeśa. Hṛṣīkeśa significa el Señor Supremo. Debemos entender que nuestros sentidos, estos sentidos que estamos usando, estas manos, estas piernas, estos ojos, estos oídos, son todos alquilados, tal como si tenemos un coche alquilado. Estos sentidos realmente pertenecen al Señor Supremo. Debido a que Él ve, nosotros podemos ver. Así como en la literatura védica, vemos:
yac
cakṣur eṣa savitā sakala-grahāṇāṁ
rājā
samasta-sura-mūrtir aśeṣa-tejāḥ
yasyājñayā
bhramati saṁbhṛta-kāla-cakro
govindam
ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi
El Sol se describe aquí: yac cakṣur eṣa savitā sakala-grahāṇāṁ rājā: “El Sol es el rey de todos los planetas”. ¿Pero qué es? “Es el ojo del Señor Supremo”. Simplemente imagínense: tenemos ojos, pero a menos que el Señor vea con los ojos del Sol, nuestros ojos no sirven para nada. Para nada. Si no hay luz del día, todos los ojos, todo nuestro orgullo de tener dos, un par de ojos, se termina. Todo se termina. Debemos de tener luz. Y esto es, esta luz es el Señor. En todos los aspectos... Por lo tanto, el Señor recibe el nombre de Hṛṣīkeśa. Nuestros sentidos son en realidad Su propiedad, Su propiedad. Yo pienso, “Oh, tengo esta mano. La muevo de esta manera. Está bien. Ésta es mi mano. Lo puedo hacer de esta manera o de la otra, como quiera”. No. No pueden hacerlo. Tan pronto como la mano se paraliza, no pueden hacer nada. Afirman que es su mano: “Ésta es mi mano”, pero cuando su mano se paraliza, no pueden moverla. Su, esa conciencia individual es incapaz de hacer nada.
Por lo tanto, debemos saber que incluso los sentidos que tenemos, por los cuales estamos tan orgullosos, y que por medio del disfrute de estos sentidos tratamos de ser felices, estos sentidos pertenecen al Señor Supremo. Por lo tanto, el mejor curso de acción es que apliquemos los sentidos en el servicio de Su propietario. No debemos aplicar los sentidos para nuestra satisfacción individual. Ésta es la diferencia entre el plano material y el plano espiritual. Eso es todo. No tienen que detener sus sentidos, detener sus deseos. No. Simplemente, la cosa más simple es que en lugar de aplicarlos a sus deseos personales deben vincularlos con el deseo supremo. Eso es todo. Ésta es la perfección de nuestra vida. Ésta es la perfección de nuestra vida. Así como el mismo ejemplo que estaba tratando de darles. Ahora, el Señor dice:
patraṁ
puṣpaṁ phalaṁ toyaṁ
yo
me bhaktyā prayacchati
tad
ahaṁ bhakty-upahṛtam
aśnāmi
prayatātmanaḥ
[Bg. 9.26]
“Mi devoto...”. Este patraṁ puṣpaṁ phalaṁ toyam ha sido específicamente mencionado por el Señor, porque es universal. Es universal. Si un hombre dice: “Está bien, El Señor quiere comer de mí. Pero yo soy un hombre pobre. ¿Qué puedo darle al Señor para comer?”. No, no, no. Incluso si usted es un hombre pobre, el más pobre de los hombres, oh, puede reunir estas cuatro cosas, una hoja, un poco de agua, una fruta y una flor. Cualquier, cualquier hombre pobre. Por supuesto, en una ciudad como Nueva York es muy difícil, (Risas) pero en India no es difícil en absoluto. Porque en gran parte viven, el noventa por ciento de la población son aldeanos. Cualquier aldeano, si va a otro aldeano, “Señor, quiero algunas flores para adorar a Dios”. “¡Oh, tómelas!”. Inmediatamente. Nadie... Tampoco en su país nadie negaría eso. Pero aquí en la ciudad no hay flores en absoluto. ¿Dónde se puede ir a recogerlas? Si van a la floristería entonces tengo que pagar. Ésta es una propuesta diferente. Pero en realidad, en el curso normal de la vida, no le faltan a nadie estas cuatro cosas.
Pero una cosa: cuando permanecemos en la suprema concien..., quiero decir, en el plano de mi conciencia, deben saber que este plano de la conciencia y el vincular nuestra conciencia con la suprema conciencia —todo ello está basado en amor, amor, amor puro. Así como un niño pequeño que ofrece su galleta rota a su padre: “Mi querido padre, simplemente pruébala. Está muy buena” Oh, padre... “Oh, está muy buena. Está bien. Dámela”, pero esa pequeña parte, partícula de galleta no es nada para el padre, pero el padre puede ver: “Oh, mi hijo es tan cariñoso que le ha sabido muy bien y me la ha ofrecido”. Ésta es la consideración de amor, el intercambio de amor. Dios no es pobre ni necesita nada de ustedes. Él es auto-satisfecho. Él satisface a muchas, muchas criaturas vivas como yo. No necesita nada de mí. Es por su propio interés. Es por su beneficio que deben ofrecer de esta manera. Esto es vincularse. “¿Oh, Dios quiere comer de mí? ¿Por qué no voy a darle, a darle algo de comer?”. ¿Es tan difícil? De forma similar, en cada esfera de su vida pueden vincularse. Pueden vincularse. En lugar de pensar que “voy a comer” si piensan que “Dios va a comer”, esto no va a impedir su proceso de comer. Pero simplemente por pensar que Dios va a comer, vinculan su deseo con el Supremo. Ustedes... Dios quiere comer de ustedes y ustedes quieren darle de comer. De modo que su deseo y el deseo de Dios están vinculados. Y se vuelven perfectos. De forma similar, en cada paso podemos cambiar nuestras actividades actuales, vinculando nuestra conciencia actual, vinculándola con la suprema conciencia y el resultado será, si continúan practicando de esta manera, ¿cuál será el resultado? El resultado es,
karma-jaṁ
buddhi-yuktā
hi
phalaṁ tyaktvā manīṣiṇaḥ
janma-bandha-vinirmuktāḥ
padaṁ
gacchanty anāmayam
[Bg. 2.51]
Si practican en su vida, mientras
son seres humanos, si utilizan su vida de esta manera, entonces al final,
cuando abandonen este cuerpo, irán de vuelta a Dios para una vida eterna, una
felicidad eterna y un conocimiento eterno y para vivir felizmente sin ninguna
de las miserias materiales. Éste es el resultado. ¿Es tan difícil vincular
nuestra conciencia con la conciencia suprema? ¡En absoluto! ¡En absoluto!
Ningún hombre cuerdo diría que: “Es un problema muy difícil. Oh, no es posible”.
Tienen que comer “Si. ¿Eh?”. Dios quiere comer algo. ¿Por qué no se lo ofrecen
primero a Dios? Luego ya pueden comer. “No. Si Dios se lo lleva, entonces, ¿qué
vamos a comer?”. No, no, no. Dios no se lo va a llevar. Nosotros ofrecemos
diariamente. Después de preparar nuestro alimento diariamente para Kṛṣṇa, hay
un testigo, el señor Paul. Se lo ofrecemos a Kṛṣṇa, pero Kṛṣṇa no se lo lleva.
Nosotros lo comemos todo. Lo ven. Él no considera... ¡Él lo come! Pero debido a
que come espiritualmente, incluso después de haber comido, todo permanece allí.
Pūrṇasya pūrṇam ādāya pūrṇam evāvaśiṣyate
[Śrī Īśopaniṣad, Invocación]. De modo que no sufriremos en absoluto si
vinculamos nuestros deseos con el Señor Supremo. Simplemente tenemos que
aprender el arte de cómo vincularnos. Eso es todo. Y algunos de los ejemplos
que les ha citado... Tal como este asunto de comer. De forma similar...
No es sólo en el comer. También en la lucha. También en la lucha. (Cortado) ¡En la lucha! Él era un guerrero. Pero después, después de haber recibido instrucción del Bhagavad-gītā, cambió su actitud, oh, de que no iba, de que él no debía de luchar. Él dijo, “Si, lucharé”. Esto es vincularse. Él, el guerrero permaneció. El guerrero no cambió para hacerse artista o músico. No. No se necesita cambiar. Si son guerreros, permanezcan como guerreros. Si son músicos, permanezcan como músicos. Si son médicos, permanezcan como médicos. Cualquier cosa que sean, permanezcan de esa manera, pero vincúlenlo. Vincúlenlo.
La perfección, toda la perfección es que todos somos activos en algún aspecto. Esto es un hecho. Si nuestras actividades se vinculan con el deseo supremo y Él está satisfecho, entonces saṁsiddhi, ésta es nuestra perfección. Svanuṣṭhitasya dharmasya saṁsiddhir hari-toṣaṇam [SB 1.2.13]. Un bello... Svanuṣṭhitasya dharmasya saṁsiddhir hari-toṣaṇam. Todo el mundo está dedicado a alguna clase de ocupación, un tipo particular de ocupación. Nadie está libre de ocupaciones. Todo el mundo. ¿Pero cuál es la perfección de estas ocupaciones? Ahora, saṁsiddhir hari-toṣaṇam [SB 1.2.13]. Si mediante esta actividad el Señor está satisfecho, ésa es la perfección. Si el Señor se satisface con lo que como, ésa es mi perfección. Si mediante mi lucha el Señor está satisfecho, ésa es mi perfección. En cada esfera de la vida, tenemos que saber si el Señor está satisfecho. Eso está bien. Tenemos que aprender esa técnica. De lo contrario, no sirve para nada. Tenemos que dejar de crear nuestros propios pensamientos y nuestros propios planes. Tenemos que tomar el plan, el perfecto plan del Señor Supremo y llevarlo a cabo. Entonces, eso se vuelve la perfección de nuestra vida.
Muchas gracias. Ahora, si tienen alguna pregunta que hacer. (Fin)
Traducción: Nārāyaṇī devī dāsī – España