A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda
Bhagavad-gītā 6.1-4
Todos
son sirvientes de la ilusión
Nueva York, 2 septiembre 1966
(Sāṅkhya, el sistema de yoga)
Prabhupāda: Hemos terminado el Quinto
Capítulo del Bhagavad-gītā. Hoy comenzaremos el Sexto Capítulo. En el
Sexto Capítulo encontrarán el proceso de yoga.
Han escuchado muchas veces acerca del sistema de yoga. Ese sistema de yoga
es aprobado por el Bhagavad-gītā. Pero el sistema de yoga según lo prescrito en el Bhagavad-gītā,
está especialmente indicado para la purificación de su estado. Karma-śuddhasya
vijitātmanaḥ. Karma-śuddhasya vijitātmanaḥ. Para el control de los sentidos
y para purificar el proceso de
trabajo, que es el propósito del yoga.
Yoga significa purificar el proceso
de nuestras actividades y controlar los sentidos. Śrī-bhagavān uvāca.
Bhagavān. El otro día explicamos quién es Bhagavān. Bhagavān es
la última palabra de la Verdad Absoluta. La Verdad Absoluta se comprende en
tres fases: el Brahman impersonal, el Paramātmā localizado, la Superalma, y finalmente, como la Suprema Personalidad de Dios.
En última instancia Bhagavān, o la Suprema
Verdad Absoluta, es una persona; y secundariamente, Él es la Superalma
omnipresente y la efulgencia brahmajyoti.
Así pues, aquí se dice: śrī-bhagavān uvāca. Bhagavān significa el propietario de todo y omnipotente,
todo... Él tiene todo el… Él es plenamente famoso. Nadie puede ser más famoso
que Dios, plenamente bello, completo en conocimiento y con renunciación plena.
Pleno en opulencias y simultáneamente, pleno en renunciación. Aquí, en el mundo
material, verán que si un hombre tiene grandes opulencias, a él no le gusta la
idea de abandonarlas. No le gusta. No le gusta renunciar. En la Suprema
Personalidad de Dios encontrarán opulencia plena, pero al mismo tiempo,
plenitud de renunciación. Las seis cualificaciones: propietario de toda
opulencia, toda fama, toda fuerza, toda belleza, todo conocimiento y toda
renunciación. Si ven que en alguien se manifiestan plenamente éstas seis
opulencias, Él es la Suprema Personalidad de Dios.
Así pues, aquí se dice: śrī-bhagavān uvāca. La Suprema
personalidad de Dios está hablando. Que Él está hablando quiere decir que está
hablando con conocimiento pleno. Su conocimiento no tiene defectos. Nuestro
conocimiento tiene tantos defectos. Cometemos errores y estamos ilusionados. A
veces decimos una cosa y en nuestro corazón hay algo diferente. Eso quiere
decir que engañamos. Y nuestra experiencia es completamente imperfecta, porque
nuestros sentidos son imperfectos. Por eso yo no puedo decir nada. Si me
preguntan: “Swamiji, ¿qué está
diciendo?”. Estoy diciendo tan solo lo que dice la Suprema Personalidad de
Dios. Solo estoy repitiendo las mismas palabras. Eso es todo. No piensen que yo
estoy hablando. Simplemente soy un instrumento. El verdadero orador es la
Suprema Personalidad de Dios, que está fuera y dentro. Así pues, ¿qué es lo que
Él dice? Él dice:
anāśritaḥ karma-phalaṁ
kāryaṁ karma karoti yaḥ
sa sannyāsī ca yogī ca
na niragnir na cākriyaḥ
Anāśritaḥ. Anāśritaḥ significa sin refugio. Karma-phalam. Todos están trabajando esperando un resultado.
Esperan un resultado de todo lo que hacen. Aquí Bhagavān, la Suprema
Personalidad de Dios dice: “Cualquiera que trabaja sin refugiarse en el resultado
del trabajo...”. Él trabaja, entonces, si no espera ningún resultado, ¿por qué
trabaja? Supongamos que le pido a alguien que trabaje de ésta manera. Él
esperará un resultado, una remuneración, alguna recompensa o un salario. Esa es
la forma en que aquí se trabaja. Pero Kṛṣṇa prescribe: anāśritaḥ
karma-phalam. “Aquel que trabaja sin esperar
un resultado o una recompensa”. Entonces, ¿por qué trabaja? Kāryam. “Es mi deber”. Es mi deber, no
por un resultado, sino por deber. “Es mi deber hacer esto”. Kāryaṁ karma karoti yaḥ. Si alguien trabaja de esa manera, sa sannyāsī, él está realmente en la orden de vida de renuncia.
Según la cultura védica hay
cuatro etapas en la vida. Ya se las he explicado muchas veces, brahmacārī, gṛhastha, vānaprastha, y sannyāsī. Brahmacārī significa vida de estudiante. Ser entrenado
completamente en la comprensión espiritual, la conciencia de Kṛṣṇa. Él recibe el nombre de brahmacārī. Luego,
después de un entrenamiento cabal, él acepta una esposa, se casa y vive con la
esposa y los hijos. Eso se llama gṛhastha. Más tarde,
después de los cincuenta años, deja a los hijos, se va de casa acompañado por
su esposa y viaja por los lugares sagrados. Eso se llama vānaprastha, vida de retiro. Y al final, deja a su esposa al
cuidado de sus hijos mayores y permanece solo. Eso se llama sannyāsa, o la orden de vida de renuncia. Existen estas cuatro
órdenes en la vida.
Ahora bien, Kṛṣṇa
dice que el mero hecho de renunciar no lo es todo. Debe haber algún deber. Kāryam. Kāryam significa “es mi
deber”. Ahora bien, ¿cuál es ese deber? Él ha renunciado a la vida en familia,
él no tiene más preocupaciones acerca de cómo mantener a su esposa y sus hijos.
Entonces, ¿cuál es su deber? Ese deber es de una gran responsabilidad. Trabajar
para Kṛṣṇa. Kāryam. Kāryam significa que “ese
es el verdadero deber”. En nuestra vida hay dos tipos de deberes. Un deber es
servir a la ilusión, y el otro deber es servir a la realidad. Cuando sirven a
la realidad, eso se llama verdadero sannyāsa. Y cuando servimos a la ilusión, eso se llama māyā. Estoy en una
posición en la que tengo que servir, o bien a la realidad, o bien a la ilusión.
Mi posición no es la de volverme el amo, sino la de volverme el sirviente. Esa
es mi constitución.
En este mundo material todos son
sirvientes, nadie es amo. Uno cree: “Yo soy el amo”, pero en realidad es un
sirviente. Supongamos que su familia. Si están pensando que son los amos de su
esposa, de sus hijos, de sus sirvientes, de sus negocios, eso es falso. Son los
sirvientes de su esposa, los sirvientes de sus hijos, los sirvientes de sus
sirvientes. Esa es su verdadera posición. En cualquier caso que consideren. El
presidente se considera que es el amo de su país. Pero en realidad, es el
sirviente de su país. Si continúan analizando, verán que nuestra posición es
siempre la de sirviente. Así que podemos volvernos los sirvientes de la ilusión
o los sirvientes de Dios. Pero si permanecemos como los sirvientes de la
ilusión, entonces desperdiciamos nuestra vida. Todos son los sirvientes de la
ilusión. Él no es el sirviente de nadie, sino el sirviente de la ilusión. Está
esperando algún beneficio. Él está esperando un beneficio a cambio de su
servicio. Pero ese beneficio es pasajero e ilusorio. Por eso es un sirviente de
la ilusión. Y cuando una persona vuelve a sus sentidos, a sus sentidos
trascendentales o jñānam,
cuando verdaderamente se vuelve una persona con conocimiento; se vuelve el
sirviente de la realidad. Porque de una u otra manera, siempre somos
sirvientes.
Así pues, conocimiento
significa: “¿Por qué debo servir a la ilusión? Serviré a la realidad”. “Si mi
ocupación es tan solo servir, nunca la de ser el amo sino el sirviente, ¿por
qué tengo que servir a la ilusión? Serviré a la realidad”. Ese sentido se llama
conocimiento: anāśritaḥ
karma-phalam. Sannyāsa,
orden de vida de renuncia, significa que una persona que tiene conocimiento
perfecto, puede tomar sannyāsa. De lo
contrario, si acepta la orden de vida de renuncia de un modo precipitado, se
creará problemas a sí mismo y creará problemas a los demás. Sannyāsa quiere decir “con conocimiento
pleno”. Así pues, aquí la Suprema Personalidad de Dios explica cómo se
manifiesta ese conocimiento después de aceptar sannyāsa. ¿Qué es eso? Kāryam. “Es mi deber volverme consciente de Kṛṣṇa, y servir la causa de Kṛṣṇa. Ese es mi deber, ese es mi verdadero deber”.
Cuando llegamos a este punto, cuando llegamos a este conocimiento, nos volvemos
mahātmās, grandes almas. Vāsudevaḥ
sarvam iti sa mahātmā sudurlabhaḥ. Lo verán en el Bhagavad-gītā.
Bahūnāṁ janmanām ante jñānavān māṁ prapadyate.
[Bg. 7.19] “Cuando una persona, un alma, se eleva
perfectamente al nivel del conocimiento verdadero, del conocimiento
trascendental, ¿qué hace? Kṛṣṇa dice: “Él se entrega a Mí”. ¿Por qué? Vāsudevaḥ sarvam iti [Bg. 7.19] “Tú lo eres todo Vāsudevaḥ”. Vāsudevaḥ significa Kṛṣṇa. Esto es conciencia de Kṛṣṇa. Pero Kṛṣṇa dice: sa mahātmā
sudurlabhaḥ. “Semejante gran alma es muy
difícil de encontrar”. Pero si una persona inteligente comprende esta
filosofía, que la meta última de la vida es entregarme a Kṛṣṇa: “¿Por qué no entregarme inmediatamente? ¿Por qué
debo esperar? Bahūnāṁ janmanām ante.
“¿Por qué debo esperar durante tantos nacimientos?”.
Ese estado es verdadero sannyāsa.
Kāryam. Kāryam significa: “Es mi deber. No soy forzado, sino que lo
hago voluntariamente debido al amor, al amor trascendental”. Igual que la madre
sirve al hijo debido al amor. No hay cuestión de salario o remuneración. La
madre ama a su hijo. Similarmente, pueden amar al Señor Supremo de muchas
maneras. Pueden amar al Señor como amigo, como hijo, como su esposo. De
cualquier manera. Hay cinco diferentes rasas
o melosidades, a través de las cuales nos relacionamos
eternamente con el Señor Supremo. Y cuando en realidad estamos en la etapa de
liberación de todo el conocimiento, podemos comprender que “Nuestra relación
con el Señor está en este modo”. Eso se llama svarūpa-siddhi. Esa es la verdadera iluminación espiritual.
Eso es verdadera autorrealización. Todo el mundo tiene una relación eterna con el Señor, ya sea en la
concepción de amo y sirviente, o en la concepción de amigos, o en la concepción
de padres e hijos, o en la concepción de esposos, o en la concepción de
amantes. Estas relaciones existen eternamente.
Ahora bien, el proceso de la
comprensión espiritual es llegar a este estado trascendental. Estas relaciones
con el Señor están reflejadas en el mundo material de un modo pervertido. Y por
eso aquí existe esta relación de amo y sirviente. Pero puesto que está
pervertida, esa relación no es de amo y sirviente. Esa relación es con el
dinero y el beneficio. Aquí, en este mundo material, la relación entre amo y
sirviente continúa en tanto que el amo sea capaz de pagar al sirviente. Tan
pronto como se interrumpe el pago, desaparece. Por eso no es eterna. No es
eterna. Similarmente, aquí también existe la relación entre amigos. Pero a la
menor diferencia de opinión, la amistad se rompe. Los amigos se vuelven
enemigos. Por eso es un reflejo pervertido. De la misma forma, la relación
entre la madre y el hijo. Una pequeña diferencia de opinión rompe la relación,
y el hijo abandona la relación con su madre. En todos los aspectos. Esposo y
esposa, a la mínima diferencia de opinión, divorcio, separación.
En este mundo material, ninguna
relación es verdadera. Recuerden siempre que todas las relaciones en este mundo
material son un reflejo pervertido de esa relación que tenemos eternamente con
la Suprema Personalidad de Dios. Aquí sólo está reflejado, como la luz del Sol.
La luz del Sol se refleja en el cristal, y ese reflejo entra en mi apartamento.
A las seis la luz del Sol viene de Oriente, así que por la tarde no es posible
que la luz del Sol venga de Oriente. La luz del Sol viene de Occidente, pero
viene de Oriente porque se refleja en un cristal de la casa de enfrente. Esta
es la idea del reflejo. El reflejo de la luz del Sol no es auténtico, pero
parece la luz del Sol. Similarmente, todas las relaciones que tenemos aquí, ya
sea como amo y sirviente, o como amigos, o como padre e hijo, o como esposos, o
como amantes; cualquier relación que vemos aquí, es un reflejo pervertido de
nuestra relación eterna con Dios.
Cuando llegamos a ese nivel de
entendimiento estamos perfectamente situados en el conocimiento. Aquí se afirma
que cuando se llega a ese conocimiento, se acepta el servicio del Señor, la
conciencia de Kṛṣṇa: kāryam. Kāryam
significa: “Es mi deber”. Porque tengo una relación amorosa eterna con Kṛṣṇa. No hay cuestión de remuneración. Por supuesto, hay una remuneración
miles de veces más grande que la remuneración que obtenemos aquí a cambio de
nuestro servicio. No miles de veces... no hay límite.
Hay una historia de un gran devoto: Bali Mahārāja. Bali
Mahārāja era un rey muy poderoso, y conquistó los planetas
celestiales. Así que los habitantes de los planetas celestiales apelaron al
Señor supremo para que los salvase. “Ahora hemos sido conquistados por el rey
de los demonios, Bali Mahārāja”. Y Kṛṣṇa aceptó la forma de
un enano y fue a mendigarle a Bali Mahārāja
como si fuese un niño. Y se aproximó a él, a Bali
Mahārāja: “Yo quiero pedirte algo. Tú eres un gran rey, tú
das caridad a los brāhmaṇas. Así que quiero pedirte algo”. Entonces Bali Mahārāja dijo: “Sí, yo te lo daré. ¿Qué
quieres?”. “Bien, quiero que me dé tres pasos de tierra según mi propia medida.
Eso es todo”. Él era un niño, Sus pies no eran muy grandes. Y Bali Mahārāja dijo: “Y ¿qué vas a hacer con
un trozo de tierra tan pequeño?”. Pero Él dijo: “Sí, eso será suficiente para
Mí. Si me prometes estos tres pasos de tierra, eso será suficiente”. Bali Mahārāja aceptó y con dos pasos cubrió
todo el universo. Entonces le preguntó: “Bali Mahārāja, todo lo que tenías sólo ha servido para dar dos
pasos. ¿Dónde pondré el tercero?”. Entonces Bali
Mahārāja comprendió que ese era el favor del Señor Supremo.
Él dijo: “Mi querido Señor, ahora lo he perdido todo, no tengo ninguna
propiedad, pero tengo mi cabeza. Por favor, ponlo en ella”. ¿Comprenden? El
Señor se complació mucho con él y le ofreció: “Bali
Mahārāja, ¿Qué quieres que te dé?”. “No, yo no espero nada
de Ti. He podido entender que Tú quieres todo lo que poseo. Así que te lo he
ofrecido todo. Eso se acabó, no lo quiero”. Entonces el Señor dijo: “Sí, pero
por mi parte, tengo algo que ofrecerte. Yo permaneceré a tu puerta como tu
sirviente recadero”. Así pues, Él se quedó siempre, igual que estamos sentados
aquí y puede que haya un portero. Él, el Señor, se volvió su portero. Esa es la
recompensa. Si ofrecemos algo al Señor, recibimos millones de veces más. Así
que no debemos esperar algo a cambio.
El Señor siempre es muy serio en
lo que respecta a recompensar el servicio de Su sirviente, de Su devoto. Hay
muchos devotos. Este devoto, Bali Mahārāja, lo entregó todo para el servicio del Señor. Y así
se volvió un rey famoso. Sarvātma-snapane abhavad
balir vaiyāsakiḥ. Así
pues, cualquiera que piensa: “Mi deber es servir al Señor, ese es mi deber”, él
es un hombre con conocimiento perfecto. Sa
sannyāsī. Sa sannyāsī ca yogī ca. Él es un verdadero yogī. Hemos escuchado los nombres de muchos yogīs.
Pero aquí, Kṛṣṇa dice en el Bhagavad-gītā: “Él es un verdadero yogī. ¿Quién?
Aquel que se ha entregado plenamente a Mí y se ocupa en Mi servicio como una
cuestión de deber”. Eso es todo. Sa sannyāsī ca yogī ca na
niragnir na cākriyaḥ. Na niragniḥ. Niragniḥ
significa: “Aquellos que han abandonado el hogar”. En el varṇāśrama-dharma el casado tiene que
llevar a cabo yajña. Hay un fuego. Aun verán
que los parsis son adoradores
del fuego. Esta adoración se recomienda en las escrituras védicas. Así que se
espera que los gṛhasthas, los casados, hagan un sacrificio de fuego
diariamente.
yaṁ sannyāsam iti prāhur
yogaṁ taṁ viddhi pāṇḍava
na hy asannyasta-saṅkalpo
yogī bhavati kaścana
Aquí hay un punto muy
importante, yaṁ sannyāsam iti prāhur.
Śrī Kṛṣṇa instuye a Arjuna:
“Lo que se denomina sannyāsa, la orden de
vida de renuncia, eso también es yoga”.
No hay diferencia entre el sistema de yoga
y sannyāsa. Porque todo en el sistema de yoga... este Bhagavad-gītā también se conoce como el
sistema de yoga. Aquí verán tres
clases de yoga: karma-yoga, jñāna-yoga y bhakti-yoga. Al
igual que tienen una escalera para subir a la quinta, a la sexta o a la décima
planta, o aun más; la escalera o el ascenso se llama yoga. Ahora bien. Puede que alguien esté en la quinta planta, otro,
puede que esté en la décima planta, otro en la decimoquinta planta. Pero ese
mismo ascensor... Comparen el ascensor con el yoga. La conexión entre la última planta y la planta baja.
Cualquiera que sea elevado hasta cierto nivel... A uno se lo llama karma-yogī, a otro jñāna-yogī, a otro bhakti-yogī. Teniendo
en cuenta esto, hay diferentes clases de yoga.
De otra manera, el servicio de ascensor, el servicio de yoga, es el mismo. La diferencia está en el punto de elevación.
Similarmente, yaṁ sannyāsam iti prāhur yogaṁ taṁ
viddhi pāṇḍava [Bg. 6.2].
“Oh Arjuna”. Pāṇḍava significa
“El hijo de Pāṇḍu, Arjuna”. “Deben saber que lo que se denomina sannyāsa y
el yoga son el mismo principio”.
¿Cómo es que son el mismo principio? Porque asannyasta-saṅkalpo
yogī bhavati kaścana. Porque nadie se
puede volver ni un yogī ni
un sannyāsī si no se ha
liberado de los deseos por la complacencia de los sentidos. Todos están
tratando de conseguir algún beneficio de sus actividades. Hay muchos yogīs
que practican el sistema de yoga, o
enseñan el sistema de yoga en busca
de algún beneficio. Pero esa no es la idea del sistema de yoga. Todo debe ocuparse en el servicio del Señor, todo. Todo lo
que hagamos, ya sea como un trabajador ordinario, o como un sannyāsī, o como un yogī, o
un jñānī, hay que acoplar
todas nuestras energías con la conciencia de Kṛṣṇa. Eso es verdadero sannyāsa, verdadero yoga.
Ārurukṣor muner yogaṁ karma kāraṇam ucyate. “Aquellos que progresan por la escalera del sistema
de yoga, para ellos, karma kāraṇam ucyate, ellos tienen que
trabajar”. Al principio nadie debe dejar de trabajar. Nadie debe dejar de
trabajar.
Como verán en el Bhagavad-gītā, Kṛṣṇa le pide a Arjuna que se vuelva un yogī,
pero nunca le pide que deje de luchar. ¿Cómo alguien puede volverse un yogī y al mismo tiempo continuar
siendo un guerrero? Aquí ven un ejemplo práctico. Kṛṣṇa le pide a Arjuna: tasmād
yogī bhavārjuna. “Por lo tanto, mi
querido Arjuna, vuélvete un yogī ”. Pero al mismo tiempo, está pidiéndole que luche.
Nosotros sabemos que un yogī se sienta en un lugar, medita, concentra su mente y
controla sus sentidos. ¿Cómo es eso de que él está luchando y al mismo tiempo
es un yogī ? Ese es el misterio
del Bhagavad-gītā, pueden continuar siendo un guerrero y al mismo
tiempo el yogī más elevado, el sannyāsī más elevado. ¿Cómo? Con
conciencia de Kṛṣṇa. Quiere luchar para
Kṛṣṇa, eso es todo. Ese
es el secreto. Si luchan para Kṛṣṇa, si trabajan para Kṛṣṇa, si comen para Kṛṣṇa, si duermen para Kṛṣṇa, si lo hacen todo para Kṛṣṇa; entonces es un yogī
, un sannyāsī y todo lo demás. Ese es el secreto del Bhagavad-gītā. Es un ejemplo
práctico. Vemos que a Arjuna se le pide: tasmād
yogī bhavārjuna. En este capítulo
verán que Kṛṣṇa le instruye a
Arjuna acerca de cómo volverse un dhyāna-yogī. Eso es meditación. En este capítulo, Él le pedirá
esto a Arjuna, y verán que Arjuna dirá: “Mi querido Kṛṣṇa, es imposible para mí. Este sistema que me has
recomendado para la meditación, es imposible para mí”. Y también, aunque Kṛṣṇa instruye acerca del sistema de yoga en pleno detalle, nunca verán en la historia de la vida de
Arjuna que él se volviese un meditador. Nunca. Entonces, ¿cómo se vuelve el yogī más perfecto? Eso lo verán al final de este
capítulo. “Aquel que siempre está pensando en Kṛṣṇa...”.
yoginām api sarveṣāṁ
mad-gatenāntar-ātmanā
śraddhāvān bhajate yo māṁ
sa me yuktatamo mataḥ
Cuando Kṛṣṇa vió que Arjuna estaba rechazándolo, dijo: “Mi
querido Arjuna, tú eres el yogī más elevado. Tú eres el mejor yogī. ¿Por qué? Porque siempre estás pensando en Mí. Eso
es todo. No tienes otra ocupación aparte de pensar en Mí”. Este es el sistema
de yoga. El sistema de sannyāsa. Este es el
sistema de dhyāna. Todas las
perfecciones de jñāna,
yoga, dhyāna y cualquier otra actividad, el sacrificio, la
caridad, y las penitencias; todas las actividades recomendadas para la
iluminación espiritual, culminan en la conciencia de Kṛṣṇa. Así pues, si se vuelven conscientes de Kṛṣṇa directamente, es un yogī, un sannyāsī y todo lo demás. Como se afirma
aquí: sa sannyāsī ca yogī ca.
“Él es un sannyāsī, es un yogī y todo lo demás”. Él lo es todo.
Este simple método, volverse consciente de Kṛṣṇa, es la perfección más elevada de la vida. Por eso
esta sociedad se ha establecido para la conciencia de Kṛṣṇa. Las técnicas están en el Bhagavad-gītā y en el Śrīmad-Bhāgavatam. Traten de aceptar este principio de vida y esta vida
humana será un éxito y será perfecta, debido a la conciencia de Kṛṣṇa.
Así pues: ārurukṣor muner yogaṁ karma kāraṇam
ucyate. “Los que están en la etapa preliminar, siempre deben
trabajar para Kṛṣṇa”. Siempre. Siempre
deben encontrar algún deber. “¿Qué hay que hacer ahora para la conciencia de Kṛṣṇa?”. Karma kāraṇam ucyate. “Ellos no deben estar ociosos ni por un segundo.
Siempre deben encontrar algún deber”. Eso es meditación. “¿Cómo debo trabajar
para Kṛṣṇa?”.
ārurukṣor muner yogaṁ
karma kāraṇam ucyate
yogārūḍhasya tasyaiva
śamaḥ kāraṇam ucyate
Y cuando uno es avanzado, está
en la etapa perfecta de esa conciencia de Kṛṣṇa, entonces, puede que físicamente no trabaje, pero
internamente siempre está trabajando para Kṛṣṇa. Karma kāraṇam ucyate. Así pues, al principio, como los niños pequeños,
siempre están ocupados en la educación, veinticuatro horas al día. De no ser
así se echan a perder. Similarmente, aquellos que están en la etapa preliminar
de la conciencia de Kṛṣṇa,
siempre deben ocuparse en algún trabajo. Hay diversos tipos de trabajo.
Ahora bien, aquellos que están
trabajando en nuestra sociedad, prácticamente hablando, no encuentran tiempo,
no encuentran ningún descanso. Hay tanto trabajo que no se puede acabar. Día y
noche tenemos trabajo para la conciencia de Kṛṣṇa. Y estamos felices de llevar a cabo ese trabajo. Y
los estudiantes que están trabajando con nosotros, que están cooperando,
también son felices. Encontrarán felicidad, si cantan Hare Kṛṣṇa durante las veinticuatro horas, nunca se cansarán.
Si cantan o repiten tres veces cualquier otra cosa material, se cansarán. Es
una prueba práctica. Pero si continúan cantando Hare Kṛṣṇa durante veinticuatro horas, nunca se cansarán. Así
que si se ocupan en las actividades de la conciencia de Kṛṣṇa, nunca se cansarán. Porque están actuando en el
nivel espiritual. El nivel espiritual es absoluto. El nivel material es diferente,
si trabajan muy arduamente se cansarán.
Ahora bien, aquí se explica muy
claramente:
yadā hi nendriyārtheṣu
na karmasv anuṣajjate
sarva-saṅkalpa-sannyāsī
yogārūḍhas tadocyate
Se considera que uno se vuelve
un yogī de primera clase,
que está situado en el nivel de yoga
más elevado, en el nivel de sannyāsa, yadā, cuando indriyārtheṣu. “No trabaja para la complacencia de los sentidos”.
Eso es todo. Todos trabajan para la complacencia de los sentidos. En el mundo
material todos trabajan para la complacencia de los sentidos. Aquí todos
trabajan para obtener alguna recompensa, alguna remuneración, un sueldo. Y eso
lo utilizan para la complacencia de los sentidos. Ahora bien, aquí se dice: yogārūḍha. “Cuando se es un yogī perfecto...”. Eso se explica aquí: yadā hi na indriyārtheṣu. “Cuando no
se trabaja para la complacencia de los sentidos”, na
karmasv anuṣajjate, “Uno no trabaja
sólo para la complacencia de los sentidos”. Y sarva-saṅkalpa-sannyāsī, “Que no tiene ningún deseo de obtener algún fruto,
porque él ya tiene lo que desea, Kṛṣṇa”. Así que no tiene ningún otro deseo. Sarva-saṅkalpa-sannyāsī yogārūḍhas tadocyate.
En ese momento se considera que se encuentra en la etapa perfecta de... (Fin)
Transcripción: Marcela Reo - Argentina